No lloraré por ella,
lloraré porque es otra razón y otro motivo por el cual suspiro y me río, en caso de que me pregunte algún tío o hasta el primo más entrometido que porqué sonrío sin ningún hastío, ¿si me entiendes lo que te digo?
Y entonces yo, para no llorar, sonrío. Le sonrío al árbol, mi amigo, quién a pesar de ser tan seco y frío tenía razón aunque éste ha desaparecido, por más que lo busco entre otros para mí todos son idénticos o parecidos y no logro diferenciar aquél árbol, mi amigo, quién me recordó lo que es sonreír hasta cuando tropiezas y has caído entre los brazos de un corazón que se jacta de ser prohibido. ¿Hay que ser prohibido para comportarse tan engreído? No lo creo, el ladrón humilde no es creído incluso cuando comete el peor de los delitos, sin presumir el habla pero calla como buen asesino.
¿Será que la chica aquella lo ha escondido al hacerse tan notoria mi falta de cariño?
Es que... Ya no le hago cumplidos, ni siquiera cuando la vi con ese oscuro vestido que... ¡Ay Dios mío! Lucías preciosa, cariño.
Pero no, ahora yo sólo observo, te miro y volteo mis ojos hacia el cielo mientras río. ¿Si me entiendes lo que te digo?
No me gusta que me copien pero este acto si puede ser repetido, sonríe incluso cuando sientas que no estás vivo. ¿Entendido?” 🔚
Y eso fue el relato La sabia ternura del árbol y la luna, un amor sin cura. 🌙🌳✨
— L.U.G 👽💖
02/May/2016 • 19:09 ⌚
📷: Sharon Barboza.
