Carta treinta

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Querido Gilberto:

Hace mucho que no hablo de ti, todos sabían lo que había sucedido, todos sabían cuanto me afectaba, pero la herido ha vuelto a abrirse, con como siempre la curiosidad.

¿Recuerdas aquel ultimo día que caminábamos a casa y tu volteaste con Franco, sonreíste de lado esa sonrisa burlona, aquella que me indicaba problemas y dijiste, "Debes de cuidarla, he", Franco se sonrojó y negó con la cabeza, yo me enoje, nadie necesitaba cuidarme.

Por lo visto me equivoque, como constantemente lo hago.

Se lo mencione a Uriel aquel chico que se parece a ti, aquel del cual digo estar enamorada pero que ambos sabemos no es verdad, lo veo como a ese hermano mayor que perdí, él, tan parecido a ti, con tantos gustos en común, que hasta sonríen igual, como si más que alegría mostraran burlan ante la situación, siendo unos egocentricos hechos y derechos, en toda la extensión de la palabra.

Es difícil de decir pero aún te extraño, sé que te molestaras por esta carta lo sé porque tú te solías molestar por todo, pero de igual manera te extraño, sé que estarás molesto sé que dirías que soy una dramática, pero tú fuiste quien decidió acabar todo como una novela de mala calidad.  Aunque no lo creas se que nunca me quisiste cerca, sé que soy esa molesta chica que solía estar cerca de ti en todo momento, pero me agradaba tu cercanía, me sentía segura a tu lado porque tú lo podías hacer todo, la palabra no , no existían en tu vocabulario y te extraño a montón, eres como mi hermano, a veces entro a tu habitación me siento en tu cama, esa perfectamente tendida tal y como la dejaste como te gustaba tenerla y me acuesto, imagino que entraras y veras como la he des tendido toda y comenzaras a quejarte, imagino que yo rodare los ojos y haré oídos sordos y entonces tu realmente te enojaras y vendrá mi tía y te regañara y te dirá que no debes hablarme así y entonces tu dirás cuan grosero es que des arregles las cosas de otra persona y yo te pediré una disculpa hipócrita, y tu bufaras, entonces prenderas la televisión y jugaras un de esos videojuegos que tanto te gustaban y yo te veré acostada en la cama destendida ... y lloro, porque sé que eso realmente jamás volverá a suceder.

 Aún no entiendo cómo es que ella no te quiso, eres el chico perfecto, eres la persona que más he admirado en toda mi vida y ella no te supo apreciar.

¿Quién más sino tú aquel que reía con ganas viendo una simple serie?

Te extraño mucho, a veces me cuesta hablar de ti en tiempo pasado, en ocasiones solo pretendo que nunca exististe, duele menos.

Me gustaría volverte a ver reír, a jugar tus estúpidos juegos de video, tomar un chocolate caliente de los que hace mamá, cantar una canción en inglés, adornar la casa para navidad, a insistir más cuando supe que estabas cambiando.

No tuviste que haberte ido. No lo merecías, tu habrías hecho mucho por este mundo, insisto aún tenías un millón de cosas por hacer ¿Quién pondrá el escudo de Tamaulipas en la luna? ¿Quién me regañara? Nada es igual aquí, nadie lo es.

Brianna




Querido AlienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora