Fue un golpe fuerte para Meg lo que sucedió con su padre. Ella no cambio nada aun con semejante fortuna en el banco. Sigue trabajando en la agencia. Aunque su cercanía con Daniel me ponía nervioso. Pero confiaba en ella. En el no. Daniel la miraba de una manera en que me hacía pensar que estaba esperando que la arruine de nuevo para estar con ella cosa que no haría.
Era extraña la sensación que tenia. Yo siempre había tendido dinero y mi posición económica no era mala pero ahora ella era millonaria. Muy pocas cosas cambiaron en ella desde el día de la lectura del testamento. Había hecho donaciones a algunas instituciones para la lucha contra el cáncer y apoyo a niños abandonados y familias maltratadas. Le había regalado a Margaret la ejecutiva que trabajaba con ella un departamento mientras ella seguía alquilando su pequeño piso. El paso más grande que había dado era asociarse con Paul en la agencia de publicidad. Había comprado el 40 % de las acciones convirtiéndose en la segunda socia mayoritaria. Aun así mantuvo su puesto decía que aun le faltaba aprender mucho para ponerse a la cabeza de la agencia y admiraba su humildad.
Dormíamos casi todas las noches juntos ya sea en mi casa ya amoblada la mayoría por ella o en su departamento. A veces ella solo me decía que necesitaba tiempo con las chicas o descansar y dormíamos solos. Esas noches eran una tortura para mí porque mil cosas pasaban por mi cabeza, mi inseguridad me mataba. Ella era bella, millonaria, profesional. Podía tener a cualquier hombre de rodillas y aun seguía conmigo.
Mi empresa iba levantando la cabeza de apoco. Nos íbamos posicionando en el mercado gracias a la gran estrategia de mercado y publicidad que había ideado Meg. Mis inversores eran confiados en mi pero la bancarrota de mi padre atrajo muchos temores. Dos de los inversores iniciales se retiraron trayéndome algunos problemas pero no quise decírselo a Meg. Necesitaba salir adelante por mis medios.
Una noche cenábamos en mi casa, el jardín tenía un aire cálido y hermoso con las flores y la piscina a ras de suelo. Terminamos el postre y ella me mira algo seria
_ ¿pasa algo Meg?_ pregunte preocupado
_ ¿confías en mi Jo?_
_ Claro que si no entiendo la pregunta_
_ no me dijiste que dos de tus inversores se habían retirado, tuve que enterarme por chismes de pasillo_ dijo pensativa
_ no quería preocuparte, esto es muy importante para mí y sé que puedo salir adelante solo necesito que me tomen confianza, la bancarrota de mi padre está afectando mi negocio pero solo debo permanecer tranquilo y hacerme ver confiado. Tengo un gran equipo trabajando para mí, nuestro producto es el mejor del mercado. Solo debo tener paciencia_ dije tratando de parecer calmado
_ Paciencia y liquidez para afrontar gastos y sueldos hasta que todo marche, Jo déjame ayudarte, déjame invertir en tu empresa, se que vas a tener éxito_ dijo segura
_ no quiero tu dinero hermosa, es solo una mala racha, se que saldremos adelante_ dije pensativo
_ quiero hacerlo, voy a hacerlo Jo... esto es parte de nuestro futuro_ dice mirándome a los ojos_
_ ¿ves un futuro conmigo Meg?_
_ si lo veo, no me veo con nadie más en mi vida, te amo Joseph, siempre te he amado aun en el dolor..._ me arrodillo delante de ella y la beso profundamente
_ te amo Megan... eres mi vida..._ le susurro y la tomo en brazos para llevarla a la cama y hacerle el amor.
Tres meses después la inversión de Megan daba sus frutos. Se había corrido la voz de que nuestro software era inviolable y dos de los bancos más importantes del país nos contrataron para cambiar su seguridad informática. Todo iba sobre ruedas. Megan estaba cada vez más segura de mi y de mi amor. Yo la amaba cada día más. Pero una sombra llego a oscurecer nuestro paraíso por un momento. Y fue mi peor momento.