El esposo de mi hermana (Yaoi-gay) ©

Capítulo 4

~Narra Ethan~

Lexx y yo entramos al mismo colegio y bachiller, desde que nos conocimos, nos volvimos inseperables. Lexx tiene una hermana melliza, era impresionante su gran parecido, eran como dos gotas de agua desde pequeños, aunque eran dos personas totalmente diferentes en cuanto a su personalidad.

Pero como es de esperarse al crecer dejaron de ser tan iguales. La espalda de Lexx se hizo más ancha, su cuerpo se convirtió más varonil, su voz se hizo más gruesa pero sin perder la suavidad que la caracterizaba.

- Lexx, ¿qué harás mañana? - le pregunté.

- Hmm... pues nada, pensaba pasar el día jugando.

- ¿Por qué no salimos? Quisiera dar una vuelta.

- Claro, por que no.

El día siguiente se hizo presente, me encontraba fuera de su casa. El nerviosismo prevalecía, sin embargo, ya estaba acostumbrado a ese sentimiento, me gustaba, era un sensación envolvente, provocadora, mágica y pura.

Él me ha hecho sentir muchas cosas desde el día en que nos conocimos, y tengo que admitir que estoy algo confundido por ello. Ahora tengo diecisiete años, mi cuerpo ha cambiado desde entonces; tengo nuevas necesidades, nuevos pensamientos, nuevos... deseos.

Tuve una novia hace un año, no funcionó. Entre más esperaba ella de nuestra relación, menos lo hacía yo. No entendía porqué, ella era hermosa, agradable, divertida, pero no me llenaba. Ella me confesó sus sentimientos y yo accedí a salir con ella solo porque Lexx me dijo que era una gran oportunidad.

- Ethan - me despertaste de mis pensamientos. Mi corazón brincó al oírte pronunciar mi nombre.

- Lexx, hola - traía puesto un sueter chocolate, un jeans y un abrigo delgado azul oscuro y unas zapatillas. Me pregunto cuando llegará el día en que él no se vea bien.

Fuimos al centro comercial y jugamos en el local de juegos, comimos en el centro de comida. Somos bastante competitivos entre nosotros asique jugamos hasta quedarnos sin dinero.

La tarde se hizo presente y dimos unas vueltas por el parque cerca de nuestras casas, es un lugar bastante amplio y lleno de árboles, hay secciones para niños con columpios, cajas de arena, también hay canchas de fútbol, básquet ball y tenis; también hay muchas bancas esparcidas por todo el lugar, nos sentamos en una de las bancas más apartadas rodeada de árboles.

La brisa que corría en el lugar era deliciosa, perfecta para tomar una siesta y al parecer Lexx estaba consciente de ello, cabeciaba frente a mí y por momentos se iba de lado.

- Me gustaría que se quedara dormido en mi hombro - pensé. Luego, ese pensamiento me aterró. ¿Que se quedara dormido en mi hombro? Ni que Lexx fuera una chica.

De pronto, sucedió, inconscientemente su cabeza se posó en mi hombro y ver su rostro dormido hizo que mi cuerpo temblara, ver sus ojos cerrados y sus largas pestañas hizo que me entrara un leve cosquilleo, pero en el momento en que mis ojos se posaron en sus labios, mi cuerpo fue invadido por un descontrolado calor y mi piel se erizó. Mordí mi labio inferior para calmar la sensación que sus labios me habían producido.

Mi mente estaba llena de él, no podía controlar mis deseos asique me acerqué lentamente y posé de forma leve mis labios en los suyos. Me separé apresuradamente mientras el pánico invadía mi cuerpo. Mi corazón se descontroló y mi cuerpo reaccionó como nunca antes, mi mente se llenaba de escenas en las que jamás había pensando. "Yo arrebatándole hasta su último aliento en un beso, quitándole toda la ropa y devorándolo."

- ¡Pero qué hice! ¡en qué rayos estoy pensando! ¿qué está pasando? ¿se habrá percatado? - gritaba en mi interior con gran desesperación. Miré con temor su rostro y seguía plácidamente dormido, mi corazón no dejaba de palpitar con fuerza, hacía un estruendo tan grande que creí que podría despertarlo. Mis ojos estaban perdidos en su rostro, encontraban su lugar en sus labios. Jugaba con mis manos tratando de calmar mi nerviosismo - creo que es el momento de aceptarlo - me dije a mi mismo - yo... estoy enamorado de Lexx.