Atnes
Corrí por el bosque oscuro, intentando ocultar mi esencia para que él no me encontrará, temía lo que pasará cuando despertara y todos los guardias despertaran, algo me decía que me iba a buscar hasta debajo de las piedras, pero aun así yo no regresaría no era lo suficientemente cobarde como para provocar la muerte de otra persona, como hace muchos años había pasado
No me importaba cuantos rasguños y caídas me llevará alejarme de él, las plantas de mis pies descalzos comenzaban a escocer dolían y no sólo eso sino también mis pulmones y las heridas. Mientras seguía corriendo el dolor punzante en mi marca y en mi corazón se hacían más intensos hasta el punto en el que creí que me desvanecería en medio del bosque, el frío azotaba mi cuerpo haciéndome temblar, en estos momentos desearía que sus fuertes trazos me rodearan e hicieran desaparecer este frío, que comenzaba a calarme hasta los huesos
Sin poder evitarlo una lágrima resbaló por mi mejilla hasta derramarse en la tierra, los aullidos resonando a los pies de la montaña me hicieron saber que pronto vendría por mí, así que pasando por alto el dolor y el ardor en mis pulmones corrí como nunca lo había hecho hasta cruzar la montaña y llegar a una cabaña abandonada, me adentre en ella tiritando al mismo tiempo que me dejaba caer en un rincón, las lágrimas corrieron libremente por mis mejillas denotando todo el pesar que sentía, ese dolor que me carcomía poco a poco, no sólo por estar lejos de él sino también porque todo el dolor de las personas, la responsabilidad de salvarlos caía sobre mí, acorralándome en un lugar sin salida alguna, salvo dar mi vida por todos ellos
Una luz resplandeciente me saco de mis pensamientos dejándome ver a la diosa Artemisa
—Mi princesa no llores — hablo con voz dulce y reconfortante, como siempre me hablaba
—No puedo con eso — solloce — es demasiado
—Nada es demasiado para ti, eres fuerte y lo has demostrado a lo largo de estos años — se inclinó sobre mí y con su mano limpio mis lágrimas
—Yo no merezco a alguien como él a mi lado y menos cuando sé que mi futuro es incierto — esas palabras abandonaron mis labios con dolor — que puedo morir en esta batalla de dejarlo vacío tal y como yo me siento en este momento
—Él es el que te completará, los dos juntos afrontarán todo lo que vendrá — la diosa estaba convencida de sus propias palabras
—¿Y si no es así? No quiero verlo morir — no podía ni imaginar si eso pasará — no me perdonaría jamás
—Tu destino y el de él ya están sellados en las páginas de los libros sagrados y tú no puedes hacer nada para cambiarlo y lo sabes — aunque su voz sonaba sin ninguna emoción yo sabía que estaba molesta
—Odio esos malditos libros, es injusto que toda tu vida dependa de ellos — hable con desesperación
—Tu sabías lo que pasaría contigo desde el momento en el que llegaste al templo — soltó furiosa — nunca nadie te mintió
—Pero nunca nadie me dejo elegir — esta vez fui yo quien hablo molesta
Sus palabras me hicieron ver lo poco que valía para este mundo, y lo frágil que era perderte a ti misma, por la ambición de terceros
—Esta es tu oportunidad de vivir, aunque sea sólo un tiempo, aún sin saber que pasará después de que tomes esa decisión — dejó un beso en mi cien y se pusó de nuevo de pie
—Para ti es fácil decirlo por que no estas en mi lugar, tu no miraste a ese hombre a los ojos — quería desquitarme con ella por este destino al que se me había condenado
—Ya te lo he dicho, este es tu destino y solo tu puedes cumplirlo — me miro un poco fría
—¿Aunque mi decisión conlleve a que más personas sufran por mi causa? — susurre con la voz algo ronca
—Tu estas para protegerlos, nadie sufrirá, al menos que tú quieras ir en contra de tu futuro — esas fueron sus últimas palabras antes de desaparecer
Me quedé aun abrazando mis rodillas, me costaba creer que podría vivir feliz, aunque sólo fuera por un corto tiempo.
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Will
Su beso me dejó con ganas de más, quería probar sus labios, hasta que el cansancio se apoderó de mi de una forma descomunal, mi cuerpo dejó de responder a mis órdenes, cuando mis ojos comenzaban a cerrarse, su mirada fue de disculpas a la vez que sus labios articulaban una, caí en un sueño profundo
Las horas pasaron y con ellas llegó la impaciencia de mi lobo que me gritaba que algo no estaba bien y que ya no sentía la presencia de mi luna
Aún un poco atontado la busque por toda la casa, pero no había rastro de ella, salí de la casa hecho una furia hasta que me percaté de que mis guardias habían corrido la misma suerte que yo, espere a que todos estuvieran despiertos y lance un fuerte aullido haciéndoles saber a todos lo que estaba pasando, mostrando mi pesar y dándoles una orden de buscarla
Un dolor insoportable se apoderó de mi cuerpo concentrándose en mi marca y en mi corazón, ahora me sentía más vacío, tan pronto como la había encontrado la había perdido, pero si ella creí que me iba a dar por vencido tan fácilmente estaba más que equivocada
Sin importarme mi ropa deje que mi lobo saliera y tomará el control, sentir la tierra en mis patas me hacía sentir libre, pero a pesar de eso el dolor sólo se intensificaba, mi pobre lobo sólo soltaba gruñidos de dolor, tenía que encontrar a mi luna cueste lo que cueste, o terminaríamos debilitándonos hasta morir
En poco tiempo los demás hombres de la manada me alcanzaron...
—¡ENCUENTRENLA! — rugí
Todos aullaron en confirmación y empezaron a irse por diferentes lugares.
Las horas pasaban y yo sólo sentía ese dolor desgarrándome por dentro, la impotencia que sentía por no tener ni una sola pista de ella me estaba colocando al borde del abismo
Mi lobo no pudo evitar soltar algunas lágrimas mientras yo intentaba hacerlo sentir mejor, lo peor de todo es que me hacía falta su calor, su dulce esencia que hasta ahora no había podido encontrar
Le ordene a mi beta y a otro guerrero que siguieran conmigo mientras los demás regresaba a la aldea, alguien tenía que resguardarla mientras yo estaba fuera
Seguimos corriendo sin descanso alguno hasta cruzar la montaña, en donde por fin su fragancia inundó mis fosas nasales, me apresure a llegar hasta ese lugar y aún sin convertirme en hombre me adentre en la casa casi destrozada y ahí la vi, sus sollozos inundaban el lugar haciendo que algo dentro de mi doliera, me acerqué a ella y deje mi cabeza sobre sus piernas, mientras les ordenaba a mis hombres que regresarán
Ya no había más dolor, ya no me sentía vacío, su tan sola presencia clamaba mis demonios, sólo ella lograba hacerme sentir así
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¡hola!
Espero y les guste el capítulo y si es así regalenme su voto y sus comentarios
Gracias: )
Bye
Y muchos besos
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La Princesa De La Luna (Editando)
Manusia SerigalaLa guerra entre los Black, las diosas que por siglos habían estado en paz, ahora se desataran, la batalla final se aproxima y solo la princesa Atnes podrá librarlos, ella es su única salvación, lo ha sido desde que su historia se escribió en los lib...