capitulo 5

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Atnes

Me sentía ahogada, sentía que este espacio era tan pequeño que mis pulmones me exigían más aire, no quería a nadie cerca de mí, pero su tan simple presencia me daba paz, con tan solo el roce de su aliento mi dolor se fue, por más que quisiera alejarme, por más que quisiera protegerlo sé que él siempre será eso que me mantendrá atada.

Las lágrimas rodaban por mi rostro libremente sin importar que alguien más aparte de nosotros dos estuviera en el lugar, así como tampoco me importaba que el viera mi dolor, que viera lo débil que en realidad soy, y que ya no podía cargar ni un minuto más con todo esto.

A pesar de siempre haber sabido lo que iba hacer jamás me imagine que la diosa Karissa junto con la diosa Artemisa unieran mi vida a alguien y menos que ese alguien también sería mi protector y la llave para que mis poderes se completaran, siempre creí que solo sería yo la que daría su vida por una causa que a la larga seria de mucha ayuda para los demás, lo que más me enoja es que jamás me dijeran que había alguien más allá afuera esperándome, ahora ese simple hecho cambia toda mi perspectiva, pero sería muy egoísta de mi parte si dijera que no quería morir

Me pregunto si las diosas se estarán divirtiendo conmigo, no solo porque tengo que cargar con todo esto a mi corta edad, sino porque ahora no solo soy yo, no les bastó con enviarme a un lugar totalmente desconocido para mí, sino que también me emparejaron con alguien a quien ni siquiera conozco y que ni siquiera se su nombre. El dolor que aun oprimía mi pecho no cedía, no comprendía porque no se iba, solo se incrementaba, de un momento a otro me encontraba tirada en el piso revolcándome de dolor, algo dentro de mi quería explotar...

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Diosa Hera

El momento había llegado, su despertar había comenzado y con ello vendría el caos, no solo por su poder sino también por lo que ella representaba en la tierra, mi dulce Atnes era la salvación, en cuanto todos lo supieran la buscaran, unos para ayudar y otros más para destruir lo único que puede salvar a todo el universo y entre ellos iría el rey de los Black.

Su otra mitad al fin había despertado ya solo faltaba ser liberada, mi hermana sabia sellado parte de su alma en ella para mostrarle el camino que debía de tomar, para ayudarla. Pero pasaron más 100 años y no teníamos ninguna señal de que eso fuera a pasar, hasta ahora mi hermana hablo con nosotros por una visión, diciéndonos que el tiempo había llegado, y que ni siquiera la diosa del tiempo podría evitarlo, no solo porque ya estaba escrito si no porque alguien debía de encargarse de eliminar a ese ser perverso que nosotras mismas las diosas creamos y que por el ansia de poder fue corrompido, es porque alguien puro y herido a la vez tenía que ser la elegida, junto con su compañero (su protector)

Ahora ya solo falta que todo sea revelado, hasta entonces nosotras no moveremos ninguna carta, mucho menos dejaremos que la diosa del tiempo intervenga

Ahora todo depende de mí dulce Atnes.

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Atnes

Estaba a punto de caer en la inconciencia hasta que el dolor ceso, ya comenzaba a cansarme de eso, siempre que algo nuevo pasaba el dolor se apoderaba de mí a pesar de que no es la primera vez, recuerdo que cuando era pequeña esos ataques venían a mi constantemente había ocasiones en los que pasaban semanas en las que no podía ni levantarme de la cama, la excusa de las diosas siempre fue "que mis poderes estaban listos" pero desde entonces esto sucedía y nunca había resultado, más que el que ya conocíamos, a pesar de eso mis poderes seguían siendo los mismo.

Cuando el dolor paso me quede recostada en el suelo, mi cuerpo se sentía demasiado agotado tanto física como mentalmente, todo esto comenzaba a sobre pasar aun cuando he tenido que cargarlo desde hace muchos siglos atrás

Los fuertes brazos del chico desconocido me sacaron de mi ensoñación y de mis propios pensamientos, lo mire hasta que estuvimos fuera de la casa y el frio viento azoto nuestros cuerpos, la noche era tan oscura que apenas y se podían distinguir los árboles, los fuertes truenos y algunos rayos que caían en la zona me alertaron por completo, esto no era normal.

—La tormenta llegará, será mejor que nos larguemos de aquí — la expresión que él tenía era un poco sombría y la forma en la que soltó esas palabras me hicieron saber que no estaba muy contento que digamos conmigo

—Yo... yo... lo siento — dije de verdad apenada

—Mejor calla — hablo entre dientes demostrando su enfado contra mí — no digas ni una solo palabra más

Por alguna razón su indiferencia y la forma en la que ahora me estaba tratando, provoco que algo dentro de mi doliera, a la vez que tenía unas enormes ganas de solucionar las cosas a pesar de todo, yo había sentido su dolor y su vacío, entendía lo que estaba sintiendo en este momento, pero yo había tenido mis razones para hacerlo

—De verdad lo... lo... lo siento yo no quería alejarme solo.... — un fuerte rugido que salió de su garganta me hizo temblar

—¡NO QUERIAS ALEJARTE! ¡¿DE VERDAD NO QUERIAS?! — espeto más molesto que antes

—¡YO QUERIA PROTEGERTE! — grite molesta al igual que el — ¡¿Qué NO LO ENTIENDES?!

—¡ESE NO ES TU MALDITO DEBER! — ¿Qué pasaba por su cabeza? Este hombre estaba sordo y además loco

—Claro que lo es, es solo que tu no lo entiendes — esta vez hable más calmada, a nada íbamos a llegar si seguíamos gritando

—MÉTETE EN ESA CABE CITA TUYA QUE ERES MÍA — me miro con sus ojos negros fijamente — M.I.A

—Yo no soy ningún objeto, como para que tú te creas mi dueño — dije indignada por sus palabras

—Yo no dije que lo fueras — al escuchar mis palabras su voz se suavizo

—Además ni siquiera se tu nombre — hable con un poco de diversión que claro el noto de inmediato

—Ni yo sé el tuyo, me llamo Will — se presentó ahora con una sonrisa muy cálida y llena de ¿amor? (acaso él es bipolar)

Sin decir nada más tomo mi mano y me guió hasta adentrarnos en el bosque, en donde el frió se intensifico haciéndome temblar aún más, como si leyera cada uno de mis pensamientos su fuerte cuerpo de apego al mío pero a pesar de eso el frió no menguaba, la lluvia ya caía sobre nosotros, su fuerte mano rodeo por completo la mía, haciendo que nos detuviéramos en medio de este, me miro con sus hermosos y profundos ojos azules, nuestras respiraciones eran entre cortadas, yo me sentía al borde de la histeria, sus labios me llamaban de una manera tan necesitada que no pude evitar acercar mi mano y rosarlos con la yema de mi dedo, sin dejar de mirarme en ningún instante se fue acercando hasta que por fin nuestros labios se unieron en una danza que se complementaba a la perfección... 

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¡hola!

Espero que este capitulo les guste, por fiss regalen me sus votos y sus comentarios

Me gustaría saber ¿que les parece mi historia? de verdad espero que les este agradando mi historia, ya que es la primera que escribo de este genero

compartan mi historia y agréguenla a su biblioteca

perdón por haber tardado tanto en actualizar, pero por fin ya esta

gracias a los que me leen

besos

bye

La Princesa De La Luna (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora