Capítulo 4: Nuevos enfrentamientos.

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Semanas pasaron y el tema con la delincuencia en mi local estuvo controlado, claro, todo hasta que pillé nuevos graffitis en las paredes. Sin dudar más de dos veces, cogí al canijo de Escroles del cuello de su camiseta para echarle la bronca desde el principio:

- A 'er, mi arma, ¿ej ke acaso quiereh ke te meta la piruleta por er derrier? - coloqué mi cara de violador del bosque para que se asustara más: ( ͡° ͜ʖ ͡°).

- Verga, suélteme que yo no he hecho nada, déjeme irme a la caleta, Tío Ed...

- KE ME REHPONDAH CARAHO!!!1111

- No, no quiero que me meta la piruleta, suélteme pls.

- XQXQ ME RASHASTE DE NUEBO LAH PAREDEH?!??!?!?!!!!111

- ¡Yo no fui, coño! -pobre, su cara era digna de un meme.

- ¿Y KIEN JUE?

- ¡Qué sé yo! ¡Yo sólo dibujo escrotos!

- Ah -lo solté-, ¿autoretratos, eh? -asintió- ¿Entonces no fuiste tú? -negó- OH MAI GÁH.

Me miró perplejo y yo apreté el puño.

- Tú ándate a donde se te cante el culo, yo me voy a hablar con mis hombres.

- Que gay sonó eso.

- No más que tu camiseta.

Otra vez no me resultó el chiste porque usábamos de la misma banda: Pixies. Vaya, antes de criticar al niño mejor me aseguro de no usar la misma camiseta.

- Iré a discutir el asunto con mis... empleados -corregí para que no me cagara de vuelta-. Tú procura no hacer estupideces o sino te meteré de verdad la piruleta por ahí.

Abrió los ojos como platos y asintió de nuevo, como se echó a correr hecho un peo.

- Señores -comenté una vez que haya entrado a mi negocio, mis trabajadores me admiraron perplejos-, han rayado de nuevo el local y creo que ahora fue una pandilla de delincuentes porque hasta pusieron el nombre. Quiero que en la hora de descanso un cierto grupo me diga si tienen algún antecedente o prueba de quién habrá sido, digo... ¡Estas bandas son super conocidas! Se las dan de chulos por ahí y ponen su nombre sin saber que así podemos darles su merecido castigo.

Suspiré.

- ¿Alguna pregunta? -me contemplaron y no dijeron nada.

Yo llevaba horas pensando en aquel temita mientras reflexionaba de tener un nuevo servicio para expandir la producción panadera a otros lugares, como bazares pequeños para obtener más ingresos, aunque pensar dos cosas al mismo tiempo no era mi especialidad.

Fue un día laboral duro porque tuve que gastar más dinero de la empresa para arreglar los graffitis de los tal "Burlaos" que me vinieron a rayar otra vez, no me iba a dar el tiempo de pintar, no, yo iba a cazar a los idiotas esos y que ellos pintaran la mierda que hicieron.

Aunque igual daban ganas de mandar al niño cara de escroto a pintar, no sé, es tan manipulable y da risa cuando se asusta. No más porque su padre es buen compinche mío no hago nah'.

- ¡Tío Eddie! -oí que me llamaban, era la hora de descanso y uno de mis empleados, que tenía mi misma edad, Lars Ulrich, me llamaba- ¡Tío Eddie, conseguí información de los Burlaos!

- KHÉÉÉÉ, a ver mi arma -me acerqué a él-. ¿Qué coño sabes de ellos?

- En las afueras de la panadería me estaba fumando un cigarro y de repente me pillé ésto, ¡mire! -me entregó un papel- ¡Es una hoja que explica los próximos atentados!

- ¡Y van 'onde la 'eñora Eliana! -grité IMPAKTADO- No podemos permitir que eso pase -apreté el puño-. Lars, dile a los otros, ya tus sabes cuáles otros, mis favoritos, los que pelean... Diles que a la hora de cerrar se queden un ratico más, que iremos a hacer justicia.

El enano de Lars asintió y fue a pasar el mensaje a sus compañeros.

Pensaba reutilizar la trampa para osos que no pude usar en Escroles para cazarlos y además, hacerlos pintar. No más compré esposas para tenerlos apresados y compré más pistolas falsas para ahuyentar a los idiotas en caso de que tengan navajas, porque el barrio es tan pobre que ni para armas da el dinero de los bandidos, eso lo tengo claro.

Cuando llegó la noche, un poco antes de las nueve, que a esa hora se pondrían a hacer graffitis, fuimos a atacar. Contándome a mi, éramos siete en total, seguro metíamos miedo, cada uno en las esquinas del local vigilando.

Nadie se mete con la Panadería del Tío Eddie ni el Bazar de Doña Eliana, mierda.

Le pediré al pendejo de Escroles que nos componga un rap para irlo cantando cada vez que hagamos justicia contra la delincuencia, para irlo cantando, digo yo...

Nos sobresaltamos al oír un grito agónico, definitivamente, alguien cayó en la trampa para osos, no sé cómo...

Vimos que la banda de delincuentes, contando al herido, sólo eran cuatro. Les ganábamos, no tenían armas visibles, así que... los que rodeaban al herido los agarramos por detrás, luego los empujamos contra la pared, colocamos esposas y amarramos para llevarlos en la camioneta. Me di el tiempo de dejar una notita en la puerta del local avisando del asunto a la 'eñora para que no se preocupe, que lo teníamos todo calculado.

Los llevamos hasta la panadería para obligarlos a pintar lo que hicieron y luego... los dejamos en la comisaría más cercana para denunciarlos de una vez y... Los Burlaos, como yo esperaba, eran muy conocidos y buscados, hicimos bien, eh.

Lo malo es que me llevé una multa por la trampa para osos que no estaba autorizada, pero no pasa nada, me la requisaron y como no la usaría nunca más, no importaba.

A la mañana siguiente, la 'eñora Eliana me contactó y, ¿adivinen qué? En la nota yo le había preguntado si estaba interesada en el servicio que pensaba antes de llevar pan a locales pequeños cada mañana y cada tarde, para aumentar los ingresos. Entonces, la 'eñora aceptó la opción y agregó que pasaría mi número a otros compinches de ella para expandir el nuevo servicio.

Así se hace, señores, para ir directo a la gloria.

Los damnificados estarán muy felices cuando empiece yo a contribuir en las fundaciones y vaya a ayudar, pero todavía no, todavía hay ciertos temitas que quiero arreglar en mi empresa, para luego ayudar a los demás.

Y... Escroles me debe el rap, coño, ¡que lo necesito para subirme el ánimo e írmelo cantando en las mañanas o cuando vaya a pelear!

Insignificance (PEARL JAM, METALLICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora