Capítulo 7

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Al otro día platicamos sobre lo que habíamos hecho; los estábamos felices, nos había gustado aquello; fue también cuando me dijo que cuando estaba haciéndole sexo oral tuve la sensación de orinar, y que por eso me apartó; yo le dije que lo que sucedía es que iba a tener un orgasmo. Ella nunca antes había tenido esa sensación por lo que no sabía.

Nuestra relación siguió así por varios meses más, nos besábamos y acariciábamos, tratábamos de estar solos en casa; incluso en las noches iba a su habitación sin importar que estuvieran cerca mis tíos. A veces antes de irse a la escuela iba a mí habitación y me hacia sexo oral.

El día de su cumpleaños 17 fue muy bonito; siempre traté de ser detallista con ella; aunque también debo decir que discutíamos mucho; constantemente nos enojábamos y decíamos cosas que nos ofendían; pero siempre al final terminábamos contentándonos y teniendo sexo.
Aunque esas noches en que iba a su habitación eran hermosas por lo que hacíamos, también es cierto que siempre teníamos que contenernos por el riesgo de que nos sorprendieran; por lo que le propuse que fuéramos a un hotel para estar completamente solos.
Nos pusimos de acuerdo y nos vimos.
Ese día fue muy bonito; las besos y las caricias que tanto habíamos limitado ahora podíamos llevarlas a cabo sin preocupaciones; esa vez si logró completar sus orgasmos; pero la verdad es que algo no terminaba por gustarnos o llenarnos; y ese era el echo de no tener presente el riesgo a ser descubiertos; a si es, la sensación de que alguien nos podía encontrar se había vuelto tan excitante e importante en nuestros encuentros; sensación que desde luego en el hotel, a solas, no teníamos.

Después de algún tiempo empezamos a platicar, a hacer un recuento de nuestros actos; y sacamos la conclusión que nos estábamos enamorándonos; la verdad eso a mi me preocupaba, no tanto por mi, sino por ella; porque yo no quería hacerla sufrir; sabíamos en el fondo que lo nuestro simple y sencillamente no podía llegar más lejos, que tenia sus limites. No voy a mentir, incluso llegamos a llorar juntos. Aun así transcurrió lo nuestro.

Y el problema llegó cuando por cuestiones de mi trabajo yo tenia que irme de la ciudad; aquello nos dolió tanto a los dos; la verdad es que tardaría mucho si diera detalles sobre la situación que vivimos en ese tiempo.
Antes de irme le prometí que iría a verla; que nos veríamos en el mismo hotel al que fuimos por primera vez; al mismo que fuimos cuando nos despedimos.

Enamorado de Alguien que no DebíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora