A partir de ahí todo fue pasión, calentura, cada que teníamos oportunidad nos besábamos, nos acariciábamos; desde un principio los besos y las caricias fueron de un tono alto.ya nos tocábamos nuestros genitalesella se subía encima de mi y empezaba a restregar su vagina contra mi pene mientras me besaba, yo tocaba sus pechos (algo que me di cuenta le excitaba sobremanera).
Todo el día en mi trabajo deseaba ya estar en la casa, para besarla, para tocar su panochita y disfrutar de ese olor que quedaba impregnado en mis dedos; de sentir sus pequeñas y suaves manos acariciando mi peneufff.que rico era todo aquello.siempre con el riesgo de que nos cacharan.. ¡Las consecuencias que iba a tener si nos sorprendían ¡Entre ese tipos de besos y cachondeos transcurrieron como dos o tres meses.pero ahora quería tenerla totalmente desnuda, acariciarle todo su cuerpono solo tocar su panochita, sino besarla; practicarle sexo oral y que ella me hiciera lo mismo.
La habitación de ella estaba en medio de la mía y de la de mi prima mayor (que la compartía con mi otra prima y mi primito).
En una ocasión, mi tía, mi tío, mi prima y primos más chicos salieron de viaje; quedándonos en casa solo mi prima mayor, mi prima Gloria y yo.
Recuerdo que ese día había amanecido lluvioso y algo frío; no sé porqué, pero a mi me gustan mucho esos días lluviosos, el olor a tierra mojada, el sonido de la lluvia al caer me gustan; también me gusta mucho el frío; me gusta el calor que se desprende del cuerpo de una mujer entre las sabanas, el olor del café.todos esos olores, sabores y sonidos hacen que mi libido se crezca; creo que es muy estimulante todo eso.
Y así me sentía yo ese día que por cierto era domingo y estuvimos todo el día en casa porque por la lluvia no podíamos salir; solo fui a rentar una películas para verlas los tres en la sala.
Nos pusimos a ver las películas; mi prima mayor se sentó en un sofá individual, y mi primita Gloria y yo en otro donde cabíamos los dos, y nos abrigamos con una cobija para no sentir frío.
Durante toda la película estuvimos por debajo de la cobija tocándonos mutuamente; ella acariciaba riquísimo mi pene y yo acariciaba con mis dedos su panochita (que se inundaba de sus fluidos), y cuando mi prima mayor salía de la sala al baño, o a la cocina, ella me chupaba el pito; el riesgo era bastante y eso nos excitaba.Fue en ese momento cuando me pidió que fuera a su habitación en la noche; al fin su hermana estaría en su cuarto y seguramente no escucharía y tampoco se atrevería a salir debido a la lluvia. La tarde se me hizo eterna; ya quería que fuera de noche para ir a visitarla.