Pillados.

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¿Lo sabemos?

-Emm Don Pedro, no sabemos de qué está hablando- dice Adri.
-Exacto- añado.
-Oh por favor, que no nací ayer, llevo años trabajando en institutos, treinta y dos para ser exactos, y ustedes a mí no me la van a jugar.

«¿De qué coño nos habla?»

-De verdad, no tenemos ni idea de lo que está diciendo- le digo.
-¡Lo saben perfectamente!
-¡Le estamos diciendo que no!
-¡No me levante la voz Pérez!

Agacho la cabeza en modo de disculpa.

-Verán, se lo voy a explicar para que vayan recordando lo que hicieron.
-Adelante- digo.

Adri está muy callado, y no sé si es porque tiene miedo de algo que no ha hecho o de algo que sí ha hecho.

-El martes 21, es decir, el de la semana pasada, estaban ustedes dos en un baño del vestuario, practicando actos un tanto impuros.
-¡¿Pero qué dice?!- le digo.
-Se estaban besando ustedes dos, muchachos.
-Eso no es cierto.
-Lo es, verán supe que eran ustedes básicamente porque a él - señala a Adri- le vi claramente, pero a usted, bueno, sólo vi su melena rubia rizada. Eran ustedes dos.

-¿Estará de coña no? Hay un montón de chicos parecidos a nosotros.
-A Adrián le vi muy nítidamente.

Genial, acabo de descubrir que mi amigo es homosexual.

-Bueno... ¿pero a mí? Hay muchos chicos rubios con rizos.
-Ya, bueno, pero como no tengo a otro culpable y está bastante claro que son muy amigos, puedo culparles y castigarles hasta que no me demuestren, al menos usted señor Pérez, que no era el que le besaba.

Suspiro, miro a Adri, que está con la cabeza agachada y rojísimo. Ya podría habérmelo dicho. Está arrepentido.

Ahora que lo pienso, sé con quien se estaba besando. El otro era Paul, creo que se llama así. Va un curso adelantado a nosotros, es más alto que yo y con los rizos más, ¿marcados? ¿Definidos? No sé demasiado de cosmética o cómo se llame eso.

Bueno, supongo que si a Adri le gusta ese chaval, no querrá que le echen la culpa. Supongo que si el instituto descubriera que ellos son homosexuales y les han pillado besándose, les harían el vacío, y eso no lo quiero. Sólo me queda hacer una cosa.

-Está bien señor director, fui yo el que le besaba.
-¿Pero qué dices?- dice Adri sorprendido.
-Lo sabía, y me alegra que lo hayas aceptado, ahora, me temo que tendré que sancionarlos.

Adri me coge del brazo y se acerca a mi oído.

-¿Se te ha ido la pinza?
-No tío tranquilo.
-¿¡qué coño estás haciendo!?
-Tú sólo sígueme el rollo ¿vale?

Me mira y se aparta.

-Esta sanción no quiero que salga de aquí, ¿entendido?- asentimos- bien, estarán castigados en la biblioteca tanto en el recreo como al final de clases durante dos semanas, y no quiero que lo vuelvan a repetir, al menos no en el centro, sino, avisaremos a vuestras familias, ¿me he expresado con claridad?
-Sí...- decimos al unísono
-Me alegro, ahora, vuelvan a sus clases.

Adri y yo salimos de aquel despacho. Me mira. No le miro, sólo seguimos andando.

Necesito hablar con él sobre todo esto, pero aquí no me parece una buena idea.

-Oye... -dice tímido.
-Shh...no hablemos de esto aquí, ¿vale?

Asiente y agacha la cabeza de nuevo.
No voy a dejar pasar esto, así que para que no se me olvide, se lo voy a decir ahora mismo, aunque no aquí obviamente.
Le agarro del brazo y le llevo hacia donde solemos almorzar a escondidas. Ya que el director nos ha llamado puedo aprovechar ese tiempo para hablar con Adri y que parezca que seguimos reunidos con el director. Total, nadie se va a enterar, eso espero.

Llegamos, me mira de una sola forma pero yo siento mil cosas y sentimientos en ese gesto.

-Tío yo
-No- le interrumpo- déjame hablar a mí, por favor.
-Está bien.
-Verás, ahora mismo sobre todo el tema, tengo una sola pregunta en resumen, ¿Por qué? Esa sola pregunta dice con exactitud todas las demás que quiero hacerte. Por qué no me has contado nada sobre que eres gay, por qué me ocultaste lo del beso, por qué tampoco me dijiste que tenías algo con ese chico, eh, ¡¿por qué?!
-Yo...es complicado...
-¡¿complicado?! Complicado es morirse de hambre o de sed, complicado es no volver a ver a tu familia, eso, ¡eso es complicado!
-¡Tú no lo puedes entender!
-¿entender el qué? ¿Que eres homosexual? ¿Me tomas por homófobo?
-No tío es sólo que...
-¡Es sólo que qué! Dime una cosa Adri- me mira como con miedo. Estoy gritándole y mucho. Pero siento que sería injusto si me lo callase. No le puedo perdonar esta "ocultación" tan a la ligera- Me acaban de castigar por algo que no he hecho, acabo de asumir esa culpa por defender a tu...
-No somos nada aún...
-¿Qué?
-No...sólo fue un beso más...
-¿más? ¿Uno más?
-Sí... Pero por favor Marcos no se lo digas a nadie si se enteran yo...
-¿Tú qué?
-No...no sé ya te he dicho que es complicado...
-¡No vuelvas a decir eso! ¡Decir tu orientación sexual no es complicado tío!
-¡¿Y tú qué sabrás?!
-¡Pues no lo sé vale! Pero quiero que respondas a una sola cosa...
-Adelante- dice furioso.
-¡¿De qué tienes tanto miedo?!
-¡Eso no es asunto tuyo vale!
-¿Que no es asunto mío? Acabo de salvar el culo a tu rollo, y me dices, ¿que no es asunto mío?
-Exacto.
-¡Pero de qué vas tío!
-¡Dejame ya en paz vale!
-No Adri, con esto no.
-¡Ha dicho que lo dejes en paz!

Un chico alto, rubio y con rizos, que me acabo de dar cuenta de que lleva gafas de pasta, nos interrumpe. Sí, es él. Es Paul.

-Ya le has oído, ¿vale?- dice Paul.
-Pss...el que faltaba...- digo.
-Paul no es buena idea que vengas ahora...- dice Adri.
-Esta es una conversación íntima Paul- digo.
-Já, ¿te digo lo que es íntimo?

Entonces da un paso hacia delante, agarra a Adri de la cadera, le pega junto a la suya, y le besa. Paul cierra los ojos, Adri nos mira muy nervioso a Paul y a mí.

Aparto la mirada de ese beso. Sinceramente prefiero no mirar. No sé por qué me ha dolido que le besase delante de mí y así de apasionado. Jamás lo podría imaginar.
Entonces miro de reojo a ver si siguen a su rollo ignorando mi existencia o ya han parado.
Cómo no, ahí siguen, a lo suyo. Adri ya ha cerrado los ojos, aunque justo cuando pienso esto los abre, me mira, y se separa rápido de él.

-Por fin habéis acabado, bueno Adri, que me voy a clase, pasaoslo bien.
-Jajajajaja sé que a tí también te ha gustado y que eres un mirón- dice Paul.

Me paro en seco. Adri le mira.

-¿pero qué estás diciendo?- dice Adri.
-Lo que oyes, mira la erección que tiene, se le notaría a kilómetros de aquí.

¡¿Por qué me pasará esto a mí joder?! No sé ni cómo me ha podido pasar. Noto que estoy rojísimo, y me enrojezco más cuando veo a Adri que está también súper rojo.

Agacho la cabeza. No sé qué decir...veo que la voy a liar más.

-¿Ves? Te lo dije- dice Paul.
-Y-yo...emm...- mierda...qué digo...piensa...
-Tú...¿qué has dicho? Perdona es que no te he oído...- dice Paul con mirada maléfica.
-¡No he dicho nada!

Salgo corriendo antes de que sea peor, aunque viendo la situación objetivamente no creo que pueda empeorar mucho más.

Bajo corriendo por las clases de primero de bachillerato, giro a la derecha y corro por ese amplio pasillo. Veo mi clase, no pienso entrar. Lo único que me falta ahora es que alguien me vea así.

Oigo pasos detrás de mí, tengo que correr más rápido y esconderme. La única opción es el baño. Entró desesperadamente y me encierro en uno, echo el pestillo y apoyo en la puerta cerrada.

Alguien entra. Sólo escucho su respiración acelerada y atosigada. Escucho como va probando abriendo cada puerta. Estoy en la penúltima de tres, es decir, la de en medio. Empuja, nota el cerrojo impidiéndole abrir.

Razones para sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora