Jamás estaré a su altura.

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No me lo puedo creer. Me acaba de hacer sentir uno de los mejores momentos de mí vida y ya me lo han arrebatado. Lo que acaba de pasar no es nada comparado con lo que ellos hacen. O han hecho. Espero que lo segundo.

-Sí Marcos, pichoncín. Es mi pichoncín- dice Paul.

Miro a Adri para que diga algo, en lugar de eso, guarda silencio.

-No me lo habías dicho Adri- digo.
-No...no pensé que era necesario- dice él.
-Ah, claro, no era necesario- digo con ironía.
-Oh venga Marcos...no seas celoso...podéis ser amigos con derecho...-dice Paul.

¿En serio? ¿Cómo voy a ser eso? No. Me niego. Soy más que un juguete. No quiero que seamos sólo algo relativo al sexo, quiero que sienta lo mismo que yo, no sólo que sienta atracción física.

-Jajajajaja- se ríe Paul.
-¿De qué te ríes?- pregunto.
-Se te ha quedado una cara de preocupación...estás más celoso...
-No lo estoy...
-Ya...claro...entonces no te importa que lo bese, ¿no?

Me muerdo el labio inferior por dentro. Antes el orgullo a admitir que estoy celoso.

-Tomaré ese silencio como un por supuesto, bésalo.

Entonces se adelanta, coge a Adri del culo, le pega a él y lo besa. Bueno, le come la boca literalmente. Adri le intenta apartar. No lo consigue. Cierra los ojos muy fuerte, como si estuviera comiendo un limón. No lo soporto, se están lamiendo prácticamente.

Aprieto mi puño izquierdo contra mi cadera. Me acabo de hacer sangre en el labio de tanto apretar.

¡No lo aguanto Dios!

Cojo impulso con mi brazo izquierdo, lo separo a Paul, agarrándolo del pescuezo, lo estampo contra la pared y le pego un puñetazo en la cara. Se merece eso y más. La ira me invade tanto que sigo dándole uno, dos, tres...más.

-¡Este es mi chico! ¿Me oyes? ¡Mío! Y sólo yo puedo comerle la boca, ¿lo has entendido?- le suelto del pescuezo y cae al suelo. Le sangra la nariz, creo que se la he roto.

-¡Marcos! ¡¿Qué haces?!- grita Adri aterrorizado.
-¡Estoy harto! Se merece mucho más que esto Adri, lo estoy pasando ahora mismo muy mal y créeme, debería romperte a tí también la nariz.
-¿Por qué?
-Porque tú no haces nada para impedirlo, simplemente gozas con él y luego me usas a mi para desahogarte, estoy harto.
-¡Eso no es cierto me oyes!- dice.
-¿Me quieres?
-¿A qué viene eso?
-Responde, sí o no.
-Claro que te quiero Marcos...
-Pero a mi más, y te gano porque a mí me desea- se levanta ensangrentado Paul. Me mira fatal, quizás he sido algo directo en ese aspecto...
-¿A mí no me deseas?
-¿En serio os estáis peleando por eso?- dice Adri.
-Solamente no quiero sufrir Adri...-digo.
-Pichoncín entiéndelo, ambos te queremos ver en nuestras camas...
-¡No lo llames así!- digo.
-Vale, me lo guardaré para esta noche entonces...- mira pícaro a Adri. ¡No lo aguanto!
-¡Ya basta!
-Aceptalo, nunca estarás a mi altura Marcos... Él es mío, en todos los aspectos.
-Yo no pertenezco a nadie Paul.- dice Adri al fin.
-En la cama eres mío, y yo tuyo, y no lo niegues porque sé que te excita que te diga que eres mío...

Miro a Adri para que lo haga callar. Me van a estallar los oídos como diga algo más sobre eso. Se me va a partir el alma.

-Emm...Paul calla...- entendió mi mirada.
-¿Por qué? Me encanta recordar como me pides que te haga mío y que te tome...
-Paul...ya vale por favor...-repite Adri colorado.

Mierda, lo hacen de verdad y le gustan esas cosas de verdad.

-Y cómo te retuerces cada vez que te hago lo de la espalda...
-Paul...
-Y cuando
-¡Ya vale tío!- salto yo.

Me miran ambos. Me duele la garganta, supongo que es de aguantarme las lágrimas otra vez.

-Marcos yo...- Se excusa Adri.
-¿Tú qué? Me dirás que es mentira, ¿no? Que no te gusta todo lo que te dice y hace, que no te vuelve loco cuando te besa, es eso, ¿me lo dirás?

Guarda silencio con los ojos cristalinos. No, me da igual ser el malo, hemos pasado poco tiempo en esta "relación" y va a peor y lo estoy pasando fatal. Me da igual, y me sentiré algo mal e injusto al hacerle elegir entre los dos, pero tampoco es justo que yo sufra.

-Vale Adri, lo siento pero tienes que elegir entre uno de los dos. No voy a permitir que me uses como a un juguete, así que tú decides, o Paul, o yo.
-Jajajajajaja- ríe Paul fuertemente- pero tú chaval, ¿qué te crees que es esto? ¿Una telenovela con tríos amorosos? Él no es la chica guapa que se decide por el chico malo o el bueno, ya está decidido, y se queda conmigo.

Nos quedamos en silencio. Paul y yo esperando a que Adri diga algo. Entonces Paul interviene:
-El que calla, otorga.

Ya está. Fin. Lo ha elegido a él. No tengo nada que hacer aquí. Supongo que sólo soy un ingenuo que cree en las historias de amor, pero eso sólo ocurre en las películas.

Salgo de aquel baño, acaba de sonar el timbre.

12:20.

Creo que me voy a escapar, o al menos intentarlo. No puedo pasar mucho más tiempo aquí.

Cuando cojo mis cosas y voy hacia la puerta de clase bajo la mirada de todos, una mano se apoya en mi hombro.
-Oye, ¿qué ha pasado?
-Nada de lo que tengas que preocuparte Sara.
-Venga Marcos, somos amigos y tienes los ojos vidriosos y ese puño con sangre, ¿qué ocurre?
-Nada en serio- sonrío falsamente- No hay de que preocuparse, sólo estoy castigado.

Teóricamente no he mentido. Esa es como una cuarta parte de la historia.

-Bueno...si necesitas cualquier cosa me lo dices, ¿vale?

Qué maja. Si es que es prácticamente perfecta. Espero que algún día encuentre una sola imperfección, o eso espero. ¿Por qué no me podría haber pasado lo de Adri con Sara? Al menos ella es genial.

-Vale, gracias Sara.
-De nada Marquetes- me guiña un ojo- ¡y no llegues tarde a inglés!- se va y se camufla entre la multitud.



Nota de la autora:
♥ ¡Feliz 2016 a todos! ♥

Razones para sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora