Era un día extraño, llovía a cantaros en la pequeña ciudad de xxxx con un sol que se veía intermitentemente por el paso de las nubes. Ella en la última casa que quedaba en el corazón de aquella ciudad, estaba completamente sola y desnuda frente al espejo de su baño. El sonido del agua caía en la tina mientras subía hasta el tope. Ella cerró los ojos y suspiró, cuando los abrió se encontró con un pequeño destello en el marco de la ventana, un pedazo de vidrio afilado.
Era la primera vez que haría esto. Tocó su fina piel con el cristal y cerro bruscamente sus ojos y se sumergió completamente en la tina, mientras su brazo comenzó a teñir el agua de un color rojizo, y sus pensamientos se volvieron negros como su interior.Despertó en una habitación color celeste pastel, y pudo sentir como su mano era cálidamente envuelta por alguien.
Yacía en una cama, ella estaba seca y tapada hasta los hombros por una suave cobija, abrió lentamente los ojos y la imagen borrosa de un chico se aclaró, era Blake.Después de que el la salvara su amor creció, el se acerco a ella sin preguntarle nada y la beso, en la frente, y susurro-debes descansar, y no te preocupes por nada esto será un secreto- y salió de la habitación.
Poco después de aquello se levantó y tomo la blusa cuadrille y sus pantalones negros que supuso que Blake trajo de su casa, tomo las zapatillas negras con cordones grises que un día fueron blancos y caminó hasta donde supuso estaría el. En el patio.
Le dijo un pequeño gracias y lo besó, pero esta vez no se controló y rozo sus labio y salió corriendo de ahí, en dirección a su casa.
No supo el como, y el porque de que el la ayudo pero estaba segura de que se lo agradecería con creces.Cuando terminó de recordar ese día una lagrima cayó en la mejilla de ella y firmó la ultima carta para el.
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Escritos de una mente desquiciada
RandomAquí estarán los poemas, mini-historias y cartas de la pequeña mente de Anabella. No los adapten, ni los re-suban. los derechos de autor están reservados.