Estaba oscuro. La noche era cálida y en el cielo yacían incontables estrellas. Ellos abrazados sobre el techo de la pequeña casa de Bella (apodo con cariño de sus familiares y amigos) , recordaban el incidente el día anterior.
No lo volvería a hacer sola. Al menos no por ahora. Ella lo quería y él a ella más, lo que provocó que de sus labios saliera un "Bella la próxima vez lo haremos juntos ¿vale?". La chica abrió los ojos como platos y asintió.
-¿y si alguno de los dos se va antes?-dijo ella no muy convencida
-El que este aun vivo-tragó saliva-deberá irse con el otro
-¿Es una promesa?
-Si preciosa- se inclinó y besó tiernamente los pequeños labios de la chica
Ella recordó ese día, contuvo las lagrimas e ignoró el ardor en su pecho y tomó el frasco con somníferos y analgésicos. Sabia que Blake tenia dos opciones, romper la promesa o tomar la navaja que portaba en su bolsillo por asuntos que el mismo desconocía y ocuparla para cumplir su palabra.
Tenia miedo. Pero suspiró pesadamente y los medicamentos cayeron por su garganta.
Fue la ultima vez que recordó algo de su sufrimiento, solo quería estar junto a su chico y dejar a tras a sus compañeros de clase, a sus padres y conocidos, y adentrarse en un mundo abierto y único que solo ellos dos entenderían y completarían.
Se arrepintió de no decirle a su amado y salió de casa pero al cerrar la puerta su visión se nubló y no volvió a respirar.
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Escritos de una mente desquiciada
RandomAquí estarán los poemas, mini-historias y cartas de la pequeña mente de Anabella. No los adapten, ni los re-suban. los derechos de autor están reservados.