Seis: ¿Que es este lugar?

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La radiante luz se hizo presente, forzándome a cerrara los ojos.

Estaba en la cabina, como siempre: sola.

¿Se han preguntado por qué nadie las quiere? O ¿Por qué tienen que herirlas? No solo hablo que los chicos hieren a las chicas. Hay chicas tan estúpidas que dejan a un chico por otro. Solamente porque no tiene una buena figura, o porque no tiene el dinero suficiente para satisfacerlas.

Siempre necesitamos un poco de ayuda, para escapar. Para escapar de este infierno, a lo que los humanos llamamos tierra. Necesitamos ayuda para salir de todos los problemas, de todas las veces que han roto a una persona. Pero hay que ser egoístas, y estar solos, sin esa persona que necesita ayuda.

Seamos sinceros en este mundo nadie tiene sentimientos, están hechos de piedra.

-Rose, Rosaline.-Llamo Bethsabe.

-Dime.-pregunte.

-¿irás?-pregunto con una ceja elevada.

<<Claro, solo déjame, por favor, pensar un poco.>>

-Claro.-dije suspirando.

Rápidamente, pensé lo que podría ponerme. Una blusa jean, medias negras y tenis blancos. No, mala combinación. Blusa gris manda larga, jeans azules desgastados, tenis blancos. Por lo menos pasa.

De nuevo, cerré los ojos. Mientras la luz se espumaba, escuchaba unos grios. El olor de tierra húmeda se sentía por todas partes, pasto y tierra por todas partes.

Estaba en un bosque.

Con tenis blancos.

Di-vi-no.

Tal vez si caminaba un poco, podría encontrar a alguien.

Veinte pasos y tenia mis tenis grises.

Empezaba a escuchar unas risas de niños, no de esas de miedo, unas lindas y agradables.

Un...un parque, Un parque lleno de niños. No es tan malo después de todo.

Se podía ver que estaban celebrando algo. Algunos niños chocaron contra mi y un chico me miro apenado.

-Lo siento, intentaba...bueno.- Se rió.

-No te preocupes, no me hicieron daño.-le sonreí. Me sonrió, le sonreí.

-No te había visto pro aquí, ¿de dónde eres?-preguntó.

-Por fin alguien que no me pregunta: "¿como te llamas?"-rodeé los ojos.

-¿Cómo te llamas?-dijo haciendo una sonrisa fingida.

-Rose. Oye, ¿que están celebrando?-agarre del hombro de él ya que casi me caigo.

-¿Estas bien?-asentí-El cumpleaños de mi hermano.-dijo tambaleandoce con los talones de sus zapatos.

-Oh, ¿y cuantos cumple?

-10 años. Todavía es un niño.-dijo medio sonriendo.-¿Quieres pastel? Créeme, esta delicioso, es de chocolate.-Dijo alzando cuna ceja.

-Esta bien, un pedacito.-dije.

Él fue a traer un pedazo de pastel, y mando a su hermano-lo pude notar por si gordito de cumpleaños- a traer un vaso con refresco.

Me reí, abrí los ojos y ya estaba ahí con el pastel.

-Delicioso, disfrútalo.-dijo sonriendo.

-Gracias, por el pedacito de pastel.-dije sarcástica, o así se suponía que debería de haverce escuchado.

8 Minutos Antes De EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora