Tres: Ya no puedo más.

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-Ya no quiero. Ya no quiero seguir con esto. Ayúdame, ayúdame porfavor.- dije llorando.

-Lo siento.-dijo en un susurro.

Y así estuve. Me sentía sola, completamente sola. Cuando llegaría ese "amor verdadero". Supongo que el jefe de Damien tiene toda la razón, el amor no existe, solamente es una fantasía.

-Rosalie.-Me llamo aquella dama.-¿Tienes miedo de volver a intentar?-pregunto.

-No es miedo de volver a intentar, es miedo a obtener el mismo resultado.-Conteste.

Roce mis dedos en mi cara y no sentí golpe alguno. No hay nada de sangre en mi cara, ni si quiera ardor.

-Bethsabe.-Llame a aquella dama.-¿Por qué no siento ardor en mi cara?-Pregunte.

-Porque todo lo que pasas en ese momento, solamente lo vives en ese momento. Es como una manzana; Le das un mordisco, no sigues comiendo, la dejas ahí y se pudre. La manzana solo vivió un momento bello.

-¿Puedo descansar un poco?-Conteste después de unos minutos. Bethsabe acepto y se esfumó.

"No te mereces quien, con su indiferencia, te hace sentir invisible y ausente, sino quien, con su atención, te hace sentir importante y presente. No te merece quien te ilusiona con lo que dice y luego te desilusiona con lo que hace, sino quien que "dice" menos y "hace" más...No te merece quien solamente te busca cuando te necesita, sino quien siempre esté a tu lado cuando sabes que lo necesitas. No te necesita quien te hace llorar, sino aquel que lograr hacerte sonreír y olvidar. No te merece quien te prometió amor, y luego con el paso del tiempo, te abandonó. Te merece quien, sin esperar nada, luche, sueñe y viva por ti."

Esas palabras...Las palabras de mi hermano se vinieron a mi cabeza. "No te necesita quien te hace llorar", hermano...

Sin darme cuenta ya estaba llorando, los recuerdos de mi hermano se hicieron presente en mi cabeza.

¿Y si nunca nadie logra amarme para siempre?

-Rosalie.-escuche mi nombre.-Tienes que ir ya.-dijo con un tono suave.

-Esta bien.-dije limpiando mi rostro.-¿Me puedes decir a donde apareceré?-pregunte.

-Si, solamente te diré las veces que sean necesarias. Hoy querida Rosalie, aparecerás en Miami Beach.-dijo con una sonrisa.

-¿A Miami Beach?-pregunte alegre.

-Así como lo escuchas Rosalie.-dijo aquella mujer en la gran pantalla.

-Yo fui una vez ahí. Con mi papá, cuando era pequeña...-dije con la cabeza abajo.

-Hoy no hay tiempo para tristeza. Así que Rosalie, a ponerte bella.

-¿Hay algún botón o algo para cremas?-pregunte.

-Si. Hemos actualizado los botones. Con el primero puedes elegir tu vestimenta y zapatos, con el segundo el maquillaje y cremas, en el tercero todos los accesorios, y en el cuarto es otros. Otros es, cualquier cosa que le quieras agregar.

-Okay. Gracias.-dije.

Y dicho eso empece a elegir mi vestimenta. Un traje de baño de dos piezas color negro con flores rosas, un short un poco roto que llega hasta el ombligo, una sandalias negras con un chongito, lentes de sol circulares y color rosa, un sombrero con un lazo parecido al traje de baño. Eso fue lo que elegí. Un lipstick rosa, una máscara de pestañas y bloqueador solar.

Hecho eso, empece ver la resplandeciente luz.

-TGIF,TGIF,TGIF.-Escuche un grupo de chicas gritar.-¡¡THANKS GOD IS FRIDAY!!

Me encontraba en la famosa playa de Miami Beach, la brisa rozando mi piel y sentir un estremecimiento de alegría que recorría mi ser. A lo lejos, pude divisar una fiesta de jóvenes divirtiéndose, me adentraba en la fiesta cuando alguien tomó mi brazo.

-¿Quieres bailar, amor?-preguntó aferrándome a él con brusquedad.

-Sueltáme.-exigí-pero al parecer, no me prestó atención alguna, lo cual me molestó aún más.-¡Que me sueltes te dicho!-lo empuje y su expresión cambió rápidamente a enojado.

-Esta bien, esta bien.-dijo alzando las manos demostrando derrota.-Solo quería bailar contigo, eso es todo. Eres la que más tiene sus cinco sentidos funcionando correctamente entre todas las de acá.-sonrió.

-Que sonrisa más hermosa.-Esta bien, solo una canción y nada más.-le advertí sonriendo.

Por casualidad del destino, una canción lenta estaba por comenzar, el chico frente a mi sonriendo para que me pusiera sus brazos alrededor de mi cintura y solo asentí. Empezamos a bailar al ritmo de la canción y fue un momento realmente hermoso. Mientras más pasábamos bailando, sentía que este chico sin nombre me empezaba a gustar.

-Y, ¿como te llamas?-preguntó sonriendo.

-Rosalie, pero dime Rose.-sonreí ruborizada.

-Rose....Rose.-repitió sonriendo.-Eres muy hermosa, ¿lo sabias? Soy Daniel.

-Gracias, Daniel.-dije ruborizada.

-¿Vamos a caminar un poco?-dijo entrelazando nuestras manos, y jalándome para que lo siguiera.

Asentí y estuvimos hablando mientras caminábamos en la orilla de la playa. Este chico me resultaba aún más atractivo mientras me relataba su historia de pequeño y...esa sonrisa, es hermosa.

-¿Y qué haces en tu tiempo libre?-me sacó de mis pensamientos,

-Leer, perdiéndome en el mundo de los libros, ¿y tu?-sonreí.

-Vaya, no cualquier chica lee.-sonrió alzando las cejas.

Y de tanto caminar,llegamos a otra fiesta en la cual no nos importó colarnos y empezar a bailar la canción que estaba sonando. Por momentos sentía su respiración en mi cuello y enviaba una olas eléctricas al fondo de mi ser y me revolvía el estómago cada vez que él hacía eso. Hubo un momento que pensé que él iba a besarme, sin embargo empezó a reírse.

-¿Qué, pasa algo malo?-pregunté nerviosa.

Y aún más se reía, algo le causaba gracia y yo no parecía percatarme de eso.

-¿Tan estúpida eres, niña?-su voz cambió de tierno a ser arrogante.-Tan estúpida.-rió.

-¿Qué te pasa?-dije furiosa.-Pensé que ibas a...-me interrumpió.

-¿A besarte, eso querías?-y esa carcajada ególatra volvió. Haciendo crecer el odio en mi.-Un chico como yo no me juntaría con alguien como tu. Tengo dinero, chicas, todo lo que yo desee y ¿juntarme contigo? No me hagas reir.-sonrió con arrogancia.-¿No te habías percatado? Solamente quería una chica para traerla y humillarla, y porque no traer una chica como tu, tan estúpida.-y volvió a reír.

-¡Eres despreciable!-rompí en llanto. Y salí corriendo de ahí. Esto no podía estar pasándome.

Corrí todo lo que pude, y sin embargo caí de rodillas en la orilla de la playa y mi llanto aumentó, solo quiero regresar a casa.

Lloré hasta caer rendida...

Esa luz resplandeciente me llevo de regreso a la cabina. Como desearía que me llevara a mi casa.

Aún ahí en la cabina me salía lágrimas. No podía creerlo, realmente, solo quiero irme de esta estupidez.

-Rose, no llores si,-dijo Bethsabe.-Solo tranquilízate.

-¿Cómo puedo tranquilizarme cuando me están rompiendo el corazón, solamente por...-dije y mi respiración empezó a fallar un poco.

-Rose, ¿estas bien?-pregunto un poco preocupada.

-Si, solamente fue mi respiración.-dije con la mano en mi pecho.

-Rosalie. Creo que estas perdiendo la respiración...-dijo con los ojos abiertos.

Hola, ¿como están? Espero que muy bien. Daniel se encuentra en multimedia. Espero que les gusté mucho. ¡Adiós!

-Carmen V.

8 Minutos Antes De EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora