Un día tranquilo en La Llama...

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[Temporada 2]
{JACK}

- Recarga, apunta y dispara, como te hemos enseñado- me dice mi entrenador Jon.
Estoy en el campo de tiro, apuntando con una escopeta a una diana con forma humana.
Cierro un ojo para apuntar mejor.
A la cabeza.
Me imagino la cabeza de un zombi.
Cuando estoy preparado para disparar pongo el dedo en el gatillo y lo aprieto.
El retroceso de la escopeta me mueve un poco pero acierto en la cabeza, aunque un poco a la derecha, no en el centro como yo quería.
- Mejor que antes, pero tienes que aprender a controlar el retroceso. Pero bien, creo que es suficiente por hoy. Tómate un pequeño descanso y vuelve para el entrenamiento cuerpo a cuerpo- me dice Jon y asiento con la cabeza.

Salgo de la enorme sala de entrenamiento de La Llama y me paseo por los pasillos.
Llevo tan solo una semana entrenando y no me puedo creer todo lo que he aprendido. Después de tantas horas y horas de entrenamiento, sé hacer casi todo, tanto disparar cualquier arma de fuego, usar todo tipo de granadas, pelear con espadas, con los machetes o luchar cuerpo a cuerpo, pero me falta mucha práctica.

Llego al ala donde se da clases a los niños más pequeños. Me paro en el marco de la puerta de la clase de Maya. Ella es la maestra y enseña a cerca de veinte niños de entre seis y nueve años. Le enseñaron bien a ejercer dicha profesión y es excelente. Me quedo observándola, en silencio.
- Muy bien, ahora te toca a ti, Harry.
Un niño pequeño empieza a leer un cuento infantil.
Maya se da cuenta de mi presencia y me mira con una dulce sonrisa. Le sonrío de la misma manera y esta vuelve a centrarse en su trabajo, prestando atención a los niños.

Minutos después, los pasillos se llenan de padres que esperan hasta que suena una alarma que indica el fin de las clases.
- Recoged vuestras cosas y no olvidéis hacer la tarea- les dice amablemente Maya a sus alumnos.
La chica de ojos verdes se despide de todos sus alumnos a medida que van saliendo uno por uno y cuando ya no quedan más niños, se dirige a mí.
- Hoy has salido antes, ¿no?- me pregunta esta.
- Sí, voy mejorando- le sonrío-. Me hacía ilusión verte trabajar.
- No lo vuelvas a hacer- me dice Maya un poco seria y la miro preocupado porque la haya molestado-. Me pones nerviosa...
- Vaya- me río-. No tienes por qué...
- Tú también te pondrías nervioso si fuera a verte entrenar- me dice.
- Probablemente- admito.

Caminamos juntos hacia el comedor, como todos los días desde que llegamos. Es mi mayor apoyo ahora mismo. Mi prima Rachel se pasa el mayor tiempo sola y sino está con Mary o con Roxanne. Y Larry... a él solo lo vemos a la hora de dormir y a veces ni a esa hora. Desde que estamos aquí, todos nos hemos separado un poco.

Con Maya tengo una relación cada vez más estrecha pero tengo miedo de encariñarme mucho con ella o enamorarme y que luego me pase lo mismo que a mi prima con Nash, o al contrario puesto que el que tiene salir fuera y ponerse en peligro soy yo, no ella, ella está a salvo bajo el techo de este sitio. Y además, este nuevo mundo no está hecho para el amor, solo para el sufrimiento.

Llegamos al comedor y vamos a recoger nuestra comida con las bandejas.
Sorprendentemente, nos atiende mi prima. Rachel siempre se había encargado de hacer de comer, no de repartir la comida, supongo que hoy habrá hecho una excepción.
- Hola- le sonrío a mi prima-. Que bien se te ve.
- No te burles- me dice ella secamente y muy seria, llenando mi bandeja con comida mediante un cazo.
- No me burlo, solo pretendía ser amable. Hay que ve lo borde que estás siempre...- le digo pero ella no me responde, solo se dedica a echarle la comida a Maya y luego al resto de la interminable fila.
- Está amargada, no le gusta su trabajo, pero es lo que le ha tocado y se tiene que aguantar, como yo- le comento a Maya.

Apocalipsis Zeta - Historias olvidadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora