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-Solo serán unas horas. ¡No le haré daño a nadie maldición!- grita mi hermana.

Verán, mi nombre es Brent. Tengo una hermana menor por un año. Su nombre es Elisa. Quizás muchos hermanos se quieran aunque peleen, pero ese no es nuestro caso. Me cae mal, le caigo mal y así estamos bien.

Es una torpe, mal educada, rebelde y todo lo que quieran decirle. La quiero porque bueno, es mi hermana, pero aveces desearía que fuese adoptada. En cambio yo, soy algo un poco tímido, reservado e inteligente. No soy un santo porque me gusta la adrenalina y las chicas claro está. Pero no soy igual de torpe que mi hermana.

-¡ESO A MI NO ME INTERESA ELISA SAMUELS! ¡TE E DICHO QUE NO Y PUNTO!- gritó mi madre.

-¡DIOS! ¡ERES DEMASIADO INJUSTA!- Elisa pone sus manos en su cabeza en modo de frustración y corre a su habitación.

Pero aquí va lo peor.

Mi madre llorando.

-Mamá, vamos, no llores por una malcriada como mi hermana. Sabes que tiene el carácter de nuestro padre. Jamás entenderá a la mala.- acaricié sus hombros.

-Es que está tan rebelde, desde que Berto murió ya no es la misma.- lágrimas se deslizaban en sus mejillas.

Berto es nuestro padre. Hace dos años y medio había fallecido. Estaba en muchos conflictos con la ley y con pandillas. Gracias a una venganza, lo mataron. Dejándonos a mi madre, a mi hermana y a mí desamparados.

Mi madre trabaja todos los turnos en el hospital. Si descansa 5 horas es mucho. Quiere trabajar para que nada nos falte, y así a sido hasta ahora. Por mi parte, trabajo en una cafetería. No es mucho lo que gano, pero me da para comprar mis cosas del colegio, mi ropa, pagar el auto y cosas como esas.

Estoy en mi último año y luego que me gradúe iré a la universidad para poder ser un gran veterinario. Mi papá tenía miles de mascotas, el amor por los animales me creció gracias a él. En éstos momentos no tenemos a todos los animales que alguna vez tuvimos ya que no podíamos gastar dinero en ellos. Solo tenemos a Oreo, es un gatito pequeño que encontré en la calle.

-Todos debemos superarlo. Ella ya no es una niña mamá, debe aprender a comportarse. Ya casi va a mitad de semestre, para luego en un año más poder entrar a la universidad. No puede ser tan torpe toda su vida.- mi madre suspiró y me abrazó.

-No sé que haría sin ti hijo.-

-Ven, necesitas descansar.- la tomé por sus brazos y la acompañé a su cuarto. Mi madre es una mujer muy joven para su edad, pero está algo descuidada. No quiero verla así.

Toc toc

-¡Mamá dejame sola!- gritó Elisa desde su cuarto.

-Soy Brent, Elisa. Abre por favor.-

Hubo un silencio por varios segundos, luego de eso, abrió la puerta.

-Si vienes a decirme que debo de cambiar mi actitud, pierdes tú tiempo.- se cruzó de brazos y alzó una ceja.

-¿Puedo pasar?- traté de sonar lo más tranquilo posible.

Elisa dió unos pasos hacia atrás y me dejó pasar.

-Ya no eres una niñita. Tienes 17 años hace poco cumplidos y eso te convierte en una mujer, y eso significa que si te crees tan mujer para discutir con mamá, para salir de fiesta en fiesta... También te convierte en mujer para hacer las obligaciones de la casa. Y sobre todo, a respetar a nuestra madre.-

Se cruzó de brazos e hizo una mueca con sus labios.

Proseguí.

-Sino piensas ayudar para sostener a ésta familia, por lo menos estudia y sobre todo respeta a las personas que solo quieren el bien para ti. Nuestro padre no está Elisa, se fue y no volverá. Él fue el que quiso meterse en ese mundo sin pensar las consecuencias de lo que hacía.-

Eres mi hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora