Quince [Temporalmente detenida]

5 − Emma

Nos dirigimos con el auto hacia el hogar de Joseph, mientras le contaba lo que me había pasado cuando él estaba trayendo el auto, habíamos recogido todas las armas que habían, y puesto un chaleco antibalas cada uno, escondido detrás de la ropa.

Estábamos a mitad del recorrido según contaba Joseph, en ese momento ambos vimos algo que nos puso a pensar y a tomar una decisión importante cuando doblamos de calle. 

— ¡Ayuda! —Gritaba desesperada una chica en el suelo, Tenía sangre en su ropa, al parecer había sido atacada, tenía cabello color amarillo y su edad no supera los 20 años. 

—Matt, Podría ser como nosotros —Discutimos junto a Joseph. 

— ¡No podemos arriesgarnos! —Exclame. 

Joseph detuvo el auto y salió para ayudar a la indefensa chica. 

— Maldita seas, Joseph—Maldije.

» ¡No podemos confiar en alguien más que nosotros! « Pensé, rápidamente salí del auto a ayudar a Joseph, no tenía opción.

Fuimos juntos a ayudar a la chica, la levantamos entre los dos, cada uno de un brazo y la comenzamos a llevar hacia la parte trasera del auto. 

—Gracias —Alcanzó a decir con una voz tierna. 

Una vez la dejamos en el asiento del auto, junto a las armas, nos subimos a nuestros asientos y comenzamos a seguir dirigiéndonos hacia la casa de Joseph. 

— ¿Qué te sucedió? —Investigue sobre la chica. 

—Me han atacado, tengo miedo —Respondió entre lágrimas. 

—Tranquila, estas a salvo con nosotros—Siguió al instante Joseph. 

—¿Cómo te llamas? —Examine. 

—Emma, Emma Lizbeth—Contestó. 

Hablamos un poco más, yo, que no conducía, permanecí mirándola, no podía dejar que tome las armas y nos dispare, o nos robe las armas. Al parecer la chica era como nosotros, no quería jugar este juego y solo quería continuar viviendo. 

Joseph paro el auto, indicando que habíamos llegado a su hogar, era una casa muy grande. Dejó estacionado el auto y rápidamente llevamos a la chica dentro, debía curarse la herida. 

Entramos dentro de la casa y Joseph le indico donde se encontraba el baño, para que ella vaya a curarse sola.

—Espero que tengas razón con esta idea.