capítulo 7

14 3 0
                                    

Estaba con Gabri cruzando los pasillos para llegar a nuestra próxima clase. Hablábamos de cosas sin importancia hasta que un torso realmente fuerte paró delante nuestra. 

Era él podía olerlo, ya se me hacia ese olor familiar, colonia de hombre, que rico huele. Por dios porque pienso eso? Le miro a la cara y para que no sospeche nada le hecho una mirada indiferente. Me mira como si intentara leerme la mente.

- Buenos días, profesor- lo saludo.

- Mack..- soltó en un suspiro.

Pasé a su lado intentando no rozar nuestros hombros al pasar por su lado, tenía la confianza de que en la universidad al menos se comportaría como debería. Y así fue. Miré atrás para ver si estaba aún en su lugar y ahí se encontraba desconcertado. Ese gesto me sacó media sonrisa que desapareció cuando de nuevo giré hacia delante haciendo que parara para no chocar con la zorra... con lo tranquila que estaba. 

Di un suspiro  de fastidio al ver que no se iría tan fácilmente.

- ¿Qué crees que estás haciendo? - me preguntó

- ¿ Qué crees que hago? - respondí con otra pregunta.

- No seas tan zorra y deja a mi hombre en paz - exclamó con esa odiosa voz de pito.

- ¿Por qué no vas a ver si algún chico desesperado te espera dentro del armario del conserje y me dejas de una jodida vez en paz estoy harta de tus tonterías.- le grité.

- No eres quién para mandarme buscona solo ten claro que no te metas en mi camino- dijo y se fue.

Realmente consiguió ponerme de los nervios, estaba cabreada y con ganas de golpear a alguien. 

- Tranquila Mack esa perra está celosa- me dijo Gabri, realmente se me había olvidado que estaba conmigo. 

- Lo siento, Gabri, iré a tomar un poco de aire antes de que vaya a romperle la cabeza a esa loca. - no esperé respuesta y me dirigí hacia fuera del establecimiento. 

Tuve que respirar al menos 20 veces para tranquilizarme, luego decidí sentarme debajo de un árbol que había justo detrás de las canchas de futbol.

Estaba perdiendo clases pero en realidad sí que necesitaba esto sin duda relajarme y estar un rato pensando en nada. 

Mi universidad está rodeada de un bosque caduco bastante hermoso, algo que nadie sabía era que solo me encontraba segura cuando me perdía por uno. Era un secreto que nadie podía saber. Y la verdad es que ni siquiera sé la razón de ello. Pero algo hace que adore esos lugares remotos y lejanos. 

Me encuentro perdida en mis pensamientos sin mirar a la nada, hasta que noto una presencia detrás de mí. Me giro y ahí está, otra vez...

- ¿Me estas siguiendo? - pregunto.

- Sí. -soltó sin más.

- ¿Por qué razón haces eso?- volví a hablarle. 

- Creo que necesitamos hablar de lo ocurrido el sábado y no me iré de aquí hasta que lo hallamos aclarado, por favor.- me pidió.

- No hay nada de que hablar, fuiste un capullo, los dos lo tenemos muy claro, no quiero saber nada de eso si quieres estar detrás de alguien con quien vas a tener algo muy fácil Jessyca está disponible.- contesté cortante.

- ¿Celosa? - me preguntó con media sonrisa en los labios.

-  Claro que no! Ni que fueras el único hombre en la Tierra por dios! Además yo... estoy con alguien. -dije mintiendo sin saber la causa de esa mentira tan clara, al final va a ser que sí estoy celosa, mierda a quién engaño?

- No puedes! - me dijo acercando se a mí con brusquedad.

Retrocedí unos cuantos pasos por el reflejo, realmente se le veía cabreado. 

- No puedes estar con nadie más que conmigo. - no respondo sigo estando en shock. 

No deja de acercarse y lo único que quiero es alejarme de él pero mi cuerpo no me hace caso por lo visto quiere lo contrario a mi mente. 

Me mira directamente a los ojos, los cuales ahora me demuestran varios sentimientos a la vez. De repente un deja vú. Creo que ya he vivido esto antes pero no me acuerdo donde ni cuando. 

Me acaricia la mejilla con la mano derecha es tan suave que su tacto me hace hasta cerrar los ojos. Oigo que suspira y siento su aliento chocar en mis labios, abro los ojos que van directamente a sus apetecibles y carnosos labios.

- Tienes que ser mía. - otra vez diciendo eso.

-N..no.. ¿por qué lo dices? de esa forma tan posesiva como te digo estoy con alguien por favor dejame tranquila.- decía sin mirarlo a los ojos.

Me levantó la cabeza y vi como sus ojos estaban rojos! Pero no normales lo que me hizo dar otros dos pasos hacia atrás, su mandíbula estaba realmente tensa y estaba temblando. 

Después intenté acercarme a él para tocarlo pero salió corriendo como la luz y no tube ni siquiera tiempo de ir detrás de él. 

Estaba desconcertada no sabía que hacer así que me dirigí hacia dentro del bosque a buscarlo, no sabía como encontrarlo pero quería hacerlo. Algo me impulsaba a ir detrás de él.  

Después de bastante rato corriendo hacía dentro ya no sabía donde me encontraba estaba realmente perdida, Genial que maldita gran idea tuve. 


Entre ellos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora