capítulo 4

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Qué alguien me pellizque por favor. Pero qué es esto? Este profesor es de otro mundo sin duda. No sé cuánto tiempo me quedo mirándolo fijamente pero se me ha quedado todo él en mi cabeza.

Piernas fuertes y largas, un culo que cualquiera desearía tener, cintura fina pero fuerte, seguro tiene su six pack, los hombros son increíblemente anchos y fuertes nunca vi un profesor con esas magnitudes, es de tez moreno claro, con la mandíbula bien marcada y unos ojos negros increíblemente grandes con el pelo a juego.

Llevaba unos jeans con una camisa blanca sencillo pero se veía tan sexy que casi se me cae la baba.

- Hola clase, me llamo Pietro Boselli y seré vuestro profesor de matemáticas.- e presentó.

Dios es italiano, me pierden los italianos me vuelven loca ay dios mío acompáñame en este curso.

- Eh! Bicho raro.- escucho a esa voz irritante- mejor que le quites los ojos de encima porque ya tiene dueña.

- Hobbit! Te dije que ni me hables- le advertí.

- Es mío, solo tenlo claro.- ya me está otra vez cabreando.

- Cállate! Le hablé más alto.

- Eh! Vosotras ahí atrás ¿pasa algo?- pregunta Pietro.

Miro en su dirección y veo que nos mira directamente. No decimos nada, pero el espera hasta que yo hablo y digo.

- No ha pasado nada de interesante.

- Entonces dejar vuestras cosas para después de clase- responde. Solo asiento.

- Por cierto, tu eres Mackenzie Williams?- pregunta de nuevo mirándome.

- Así es.- digo.

- Bienvenida a la universidad- dice.

- Gracias- respondo sin ganas.

- Bueno un aviso para todos aunque sea joven por lo que veis, soy realmente estricto, no me queráis ver cabreado- advierte a la clase.

En ese momento me viene todo tipo de escenas con Pietro siendo estricto, no se porque pero me río un poco lo que hace que me mire fijamente durante un largo tiempo, pero no me conoce y nunca bajo la mirada a nadie asi que al igual que él yo tampoco bajo la mirada lo que le parece divertido ya que me regala media sonrisa y vuelve a lo suyo.

La clase fue igual que las demás pero con la diferencia que en esta si presté verdadera atención algo delante de todos me interesaba de verdad.

No soy ni por asomo una lanzada, pero tampoco una santa. No soy virgen desde hace más de lo que me hubiera gustado que fuese, tengo una vida sexual activa no mentiré ya es una necesidad y mis pensamientos cuando veo algo como Pietro son de lo más sucios, pero no tanto como para lanzarme a brazos de cualquiera.

Al terminar la clase soy la última en salir junto con el profesor. Realmente me es igual no me voy a poner nerviosa de todos modos no suelo hacerlo nunca.

Paso al lado de su mesa y me despido el devuelve el gesto y salimos los dos por la puerta sin complicación.

Estoy caminando hacia mi moto en el estacionamiento pero antes pienso pasar por mi taquilla para recoger los libros necesarios para mañana y tareas.

Abriendo mi taquilla veo como un chico se acerca a un par de taquillas al lado de la mía, la abollada, más bien la que yo misma abollé. Veo que está desconcertado pero no hago mucho caso, simplemente al pasar por su lado le pido disculpas con voz baja y me dirijo a la salida.

Al llegar al estacionamiento veo como aún hay una cantidad grande de personas y otras tantas rodeando y mirando mi moto. Eso no me gusta ni un pelo.

Me acerco y veo que es lo contrario a lo que creía no tiene nada, mi Erika, si le pasaba algo me mataba no sin antes matar al culpable, claro está.

- Bueno mi gente vamos circulando que me quiero ir ya a casa- hablo claro para que me escuchen.

Rápidamente se van yendo del lado de mi moto, me pongo el casco subo y arranco a todo gas hacia mi casa.

En casa ya se encuentra mi príncipe en la mesa comiendo, le doy un beso enorme en las mejillas lo que le hace sonreír y que yo también lo haga. Él ha sido mi salvación después de toda la mierda de mi vida.

Hablo un poco con mi hermanito preguntando como ha ido su primer día de colegio. Me cuenta que hizo muchos amigos y que la mayoría de ellos son muy buenos en cabio hubo un grupo de tres que no le cayó bien porque se metían con un chico que no se defendía y él lo ayudó.

Sí, por eso lo adoro aprende siempre lo bueno y lo malo rápido. Mi niño es muy listo y lo adoro. Le digo que lo hizo muy bien por defender y ayudar al chico y que yo también hice una amiga nueva, prefiero no contar el resto porque es pequeño.

Pasamos toda la tarde jugando y viendo películas como antiguamente en el otro hogar lo hacíamos simplemente él es mi soporte.

Cuando mis padres llegaron Kiam ya estaba dormido, yo misma le bañé y le mandé a la cama.

Hablé un poco con mis padres contando un poco del primer día pero realmente me encontraba estresada no solo por lo que pasó en ese día, sino por los cambios que me tocó tener.

Mi madre se fijó en mis manos y vio que tenía los nudillos de la mano izquierda con heridas, me miró con advertencia y le tuve que contar lo que pasó con la hobbit.

Se quedó mucho más tranquila cuando supo que no le pegué a la chica sino a la taquilla mi madre me conoce y sabe que pocos los momentos que aguanto cuando me provocan.

Al recordar toda esa historia, me entró rabia de nuevo con lo que me despedí de mi madre y me dirigí hacia mi cuarto un poco al saco de boxeo me haría relajarme sin duda.

Después de patear un poco el saco me dirijo a mi ducha para quitarme el sudor de encima.

Me pongo el pijama y camino a mi cama. 


Entre ellos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora