Capitulo 26: Historias de princesas

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Aun no lo podías creer, esa niña es la hija de la chica que amabas, como no imaginártelo son igualitas con bonitos ojos azules y su rosto dulce y encantador.

Suspiraste

Ahora que la volviste a ver tu corazón late con tanta fuerza que te duele y por primera vez en tu vida quisieras ser egoísta y acercarte a ella y decirle todo y si es necesario llevártela pero no es justo para su hija que con solo mirarla te encariñaste con ella.

No supiste cuanto tiempo estuviste escondido en el árbol, ya cuando te diste cuenta era noche.

Viste el castillo y viste una luz en unas de las habitaciones visualizaste una silueta y dedujiste que era la de la Reina, viste que se despedía para luego salir del cuarto apagando la luz.

No supiste porque pero no pudiste evitarlo, necesitabas saber cómo estaba.

Te acercaste a la habitación y entraste por la ventana y viste a la pequeña en su cama.

La niña al sentir un poco de frio se despertó y gracias a la pequeña lamparita que tenia prendida te vio.

—¿Jack?—dijo mientras se tallaba el ojo derecho

—¡hola, pequeña!—sonreíste

—¡Jack!—chillo de la emoción para luego ponerse seria— ¿Por qué te fuiste?

—Es que...—como decirle que no quería ver a su madre—tenia cosas que hacer—le mentiste bien asquerosamente

—pero te fuiste sin despedirte, además no viste a mi mami—la niña se cruzó de brazos—¿acaso no querías ver a mi mami?

Dos cosas o eres muy obvio o esa niña es muy lista.

Te rascaste detrás de la cabeza nervioso ¿Cómo distraer a la niña? Y una idea te cruzo en la cabeza

—me contaste que vine a rescatar a una princesa

Viste que la niña te presto atención

—¿cuéntame sobre eso?

La niña se emociono

—es mi historia favorita, se trata de una princesa que ha vivido con el miedo y en la soledad pero un día vino un espíritu con poderes de hielo y se hicieron amigos entonces la princesa jamás se sintió sola de nuevo—contaba emocionada—pero un día vino un príncipe para casarse con la princesa, pero el espíritu de hielo se enojó y se fue y la princesa se puso triste, entonces la princesa cada noche va a un castillo sobre la montaña a esperar al espíritu pero este nunca aparecía.—termino de contar la niña

—y ¿como termina la historia?—preguntaste intrigado ya que esa historia se te hacia muy familiar.

—aún no tiene un final—suspiro la niña—por eso estas aquí, para que te encuentres con la princesa y al fin pueda haber un final.

—¿Quién es la princesa?

—no lose, mi mami nunca dice el nombre; pero si me dijo que el espíritu se llamaba Jack Frost

Te miro

—por eso tienes que ir a verla—le rogo

Tú sonreíste, te acercaste a ella y le acariciaste la cabeza

—es solo una historia.

—pero...

—Dime una cosa, tu mamá es feliz

La niña te miro con duda

—ehh...si

—y tu papá la quiere mucho

La niña te miro de nuevo raro como si tuvieras dos cabezas

—si ¿a que viene todo esto?

—solo quería saber si tus padres estaban bien y dime te quieren mucho.

La niña frunció el ceño

—sí, ya no quiero hablar de mis padres; solo quiero que tú y la princesa se reencuentren

—¡Niña entiende, no conozco a ninguna princesa!—le dijiste ya un poco molesto por tanta insistencia de la niña por encontrarte con alguien que no existe.

—pues con mayor razón tienes que ir—la niña seguía insistiendo— y no me llames niña, tengo nombre y es Juliana—dijo esta mientras fruncía el ceño y se cruzaba de brazos

—Juliana—dijiste en tono cansino y mirando a la niña —Sabes, a veces las historias son solo historias—le dijiste mientras te alejabas un poco de ella

—pero las historias se basan de algo que fue verdad—dijo la niña

Y tú la mírate sorprendido esa niña sí que era muy inteligente.

—¿por favor?—te miro con ojos suplicantes

Suspiraste derrotado

—está bien—le dijiste mientras alzabas tus manos en forma de rendición—iré a ver a la "princesa"—dijiste mientras hacías comillas con los dedos

—me lo prometes—se alzó el dedo meñique

—te lo prometo—anclaste tu dedo al de ella

—pues, ¿qué esperas? ve a verla—la niña te empujo hacia la ventana

—¡está bien, está bien! No te desesperes—no pudiste evitar sonreír divertido para luego salir por la ventana; alejándote del castillo.

—¡perfecto—dijo la niña

—¿lo convenciste?—se escuchó una voz chillona

—¡Claro que sí, Olaf! ¿con quien crees que estás hablando?—dijo ella en tono de triunfo y orgullo de sí misma mientras miraba al muñeco—ahora falta que se encuentre con mami—la niña le guiño el ojo y Olaf alzo su pulgar.

—estoy seguro que esta vez los dos se reencontraran y se dirán lo mucho que se aman—dijo el muñeco esperanzado

—yo también espero que pase, no me gusta ver a mami siempre triste—dijo la niña

—ni a mí tampoco Juliana.

Pero de momento se abre la puerta

—¿¡Juliana que haces despierta!? ¿¡Olaf que te he dicho de jugar a estas hora!?

—¡mami!—chillo preocupada

Juliana y Olaf compartieron miradas ¡Oh-oh!

Cold Body,Warm Heart  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora