Capítulo 31

5.4K 244 24
                                    

Cuando llegué a casa de Daniela después de estar con Chris, no paró de preguntarme porque tenía los ojos llorosos y mis nudillos estaban así. Claro que no le conté la verdad, solamente le dije que me había caído. Al principio no me creía, pero puedo llegar a ser muy convincente. Dani, dejó pasar el tema y me empezó a curar la herida mientras hablaba sobre un chico que había conocido hace ya varios años. Que suerte tiene, él era muy agradable y bueno con ella, por lo que me contaba. Aún así, esto es muy raro, ella siempre me lo contaba todo y esto nunca me lo había comentado. Hablo feliz, pero nerviosa a la vez. Le pasa algo, lo sé.

- Te lo juro Nora, es el hombre de mi vida. - Decía mi mejor amiga, con la sonrisa más grande del mundo. - Te lo tengo que presentar. - Comentaba ilusionada y con sus manos al rededor de sus rodillas temblando.

- ¿Por qué estás tan nerviosa? - Ella sólo niega con la cabeza y no contesta. - Pero, no te hagas tantas ilusiones. - Digo seria. - Sé que te gusta, pero todo a su tiempo. - Veo como su sonrisa se va y su cara se vuelve seria.

- ¿Qué coño te pasa, eh? - Pregunta enfadada. - Estoy feliz y tu también tendrías que estarlo. - Dice furiosa.

- No me pasa nada, sólo te digo la verdad y lo que pienso. - Le explico, no quería que se enfadara, por esta estupidez. - Digo, que no vayas tan rápido y a demás nunca me habías hablado de él. - Le espeto y parece que ella no se lo espera.

- Porque no era necesario contártelo y guárdate esos comentarios, no me interesan. - Ahora dice que no le interesa lo que yo piense, está muy rara, nunca me hablaba así.

- ¿Qué no te interesan? - Pregunto sorprendida. - Somos mejores amigas, lo sabemos todo la una de la otra y me estás diciendo que no te interesa lo que yo piense. - Ella sólo rueda los ojos, enfadándome mucho más. - Muy bien, haz lo que quieras, pero luego no vengas llorando y pidiéndome perdón. - Le contesto gritando. 

- Pues genial, no me importa lo que pienses y ya te estás yendo de mi casa. - Grita ella mucho más alto.

- ¿Perdón? - Pregunto con los ojos muy abiertos. 

- Me escuchaste perfectamente, Nora. Quiero que salgas de mi casa. - No me muevo. - ¿No me entendiste? Te digo, que te largues de mi casa. - Repite, señalando con su mano la puerta. No puedo contestar, no me puedo creer que mi mejor amiga, mi hermana, me esté haciendo esto. Sabe la situación en la que estoy y lo único que se le ocurre es echarme de su casa. Sin decir nada más, cojo mi bolsa y salgo de esta casa. Mierda, ¿qué voy a hacer ahora?

Decido ir a tomar a una cafetería, cerca de casa. Saco un libro y empiezo a leer, eso me relaja. Me debato entre ir a casa o no, pero no encuentro la respuesta. Tras un par de horas de lectura y varios cafés, decido levantarme e ir a dar un paseo. 

No sé como llegué aquí, pero estoy en frente de mi casa sin saber que hacer. ¿Entro o no? No sé que hacer, todo esto es horrible. Mi vida es un desastre y a parte, estoy muy confundida. Chris me provoca eso y mucho más. Es un gran idiota pero algo me dice que esto que tenemos no va a quedar así. ¿Por qué tuve que preguntarle si hacíamos una apuesta? Soy tan imbécil, lo dije sin pensar y ahora van a venir las consecuencias. No tengo nada que perder, ¿no? Me digo a mí misma, mientras veo mis nudillos, que ahora están empezando a coger un color morado, a parte del rojo de la sangre. 

Empiezo a andar hacia la puerta y cada vez que me acerco más, mis nervios crecen. Recojo del escondite que tenemos las llaves para entrar, que raro. Pensé que Marcos las quitaría para que yo no entrara, pero parece que en el fondo quiere que esté en casa. ¿Pero qué estoy diciendo? Él no es así. Me quito esa idea de la cabeza, mientras pienso que seguro que ni se acordó de que había unas llaves de repuesto. Abro la puerta y escucho voces al entrar, ¿con quién estará Marcos? Cuando me voy acercando más a su habitación, lo que escucho no son palabras. ¡Que asco! Grito internamente. Bajo con cuidado las escaleras y me pongo los auriculares a todo volumen, para no escuchar los gemidos. No me puedo creer que esté en casa haciéndolo. Puto guarro de mierda. Seguro no pensó que iba volver. Mejor, que se joda. Le voy a hacer la vida imposible.

Vuelvo a subir las escaleras como si fuera a cámara lenta y recorro todo el pasillo, preparada para entrar a la habitación de mi querido hermano, para interrumpirlo. Seguro que después de hacer esto, me va a matar pero ya no se lo voy a permitir. Voy a hacerle lo mismo que él me lleva haciendo a mí todos estos años. Esto va a ser gracioso. 

Agarro la manilla de la puerta, cuento internamente hasta tres y lo hago. Abro la puerta rápidamente y me congelo al ver esa imagen. Voy a tenerla grabada el resto de mi vida. Mis ojos empiezan a aguarse y veo borroso. Un gran sollozo sale de mi garganta y no sé que hacer. Intento que salgan palabras pero no puedo.

- ¿Daniela? - Es lo único que alcanzo a decir y mí mundo se desploma. Mi vista se nubla y caigo al suelo. 






Un blanco fácil. [#Wattys2016] CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora