El comienzo...

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Era una mañana de Agosto, Anna se preparaba para ir a su escuela. Según había entendido la profesora hablaria de un viaje de estudio programado para mediados de Octubre.

La vida de Anna era de lo más común. Acostumbraba a levantarse temprano, preparar una taza de café, y finalizado este, se dirigía a esperar al colectivo, el transporte público que más usaba, para emprender su viaje a la escuela. Por las tardes de los lunes y miércoles, iba al club donde montaba a practicar saltos con su yegua Minerva. No era muy apegada a sus padres, casi ni los veía, por esta razón, Anna logró conseguir cierta independencia.
Esa mañana la clase era de lo más normal, hasta que entró Cecilia, una de sus profesoras.
- Les comento el viaje que tenemos planeado con otra escuela, iremos por dos semanas a Carlos Paz.- Al principio Anna no estaba tan emocionada con el viaje, pero al escuchar todas esas excursiones disponibles, ella y su amiga Gisella decidieron ir al viaje.

Cuando llegó a casa notó que el auto de su madre estaba estacionado en la puerta del garage, así que decidió correr a saludarla y contarle sobre el viaje.
- Adivina! En la escuela están organizando un viaje a Carlos Paz! Con Gise hemos decidido ir, estoy emocionada, creo que será genial! - le dijo Anna a su madre.
Esta, con todo el agotamiento, le contestó - "Bueno niña, ya verás tu como haces para pagarlo, no crees que gastamos mucho en ti ya como para querer hacer un estúpido viaje escolar?"
Enojada por la actitud sin sentido de su madre, se cambió, se puso su ropa de montar, y llamó a una compañera del club para que pasara a buscarla. "En 5 minutos llego a tu casa", sólo eso quería escuchar. Llegó al club, buscó a su yegua, y le dijo al entrenador que iría a dar un paseo.
Si hay algo que nunca es conveniente, es montar mientras tus pensamientos están perdidos en un mar de enojo y furia. Sin verlo venir, Anna golpeó su cabeza contra una rama caída y cayó de Minerva.
" Estas bien?", "Oye, puedes oírme?"; Anna escuchaba sus palabras, pero el golpe la había dejado muy aturdida. "Tranquila, yo te ayudaré". Pudo distinguir claramente que se trataba de un chico, pero, quién era? Cómo la había encontrado? Aún sin poder reaccionar correctamente, Anna sintió como este chico misterioso la llevaba en sus brazos, ella sólo se preguntaba "quién será?" mientras intentaba distinguir su rostro.



Diario de una Chica perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora