Purpúreo

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Los ojos del pelinegro se abrieron con pesadez y dificultad, posándose en ningún punto en particular del techo de la sala, aquel lugar se sentía frío, su cuerpo le dolía horrores y se sentía más que perdido.

No recordaba absolutamente nada, ni quien era, ni dónde estaba, ni el nombre de la mujer que agarraba su mano mientras dormía. Se quedó inmóvil, no solo porque se sentía asustado, sino porque el entumecimiento de sus extremidades no le permitía hacer otra cosa. Trató de toser unas cuantas veces, ya que el respirador artificial se incrustaba a su parecer, más en su garganta

Tras llevar unas cuantas horas tratando de mover sus dedos, su madre se despertó tras el ruido de la máquina que indicaba una alta actividad cerebral, por lo cual, hacía un ruido infernal. Grande fue la sorpresa de la mujer, cuando descubrió a su hijo con los ojos abiertos, y claramente agotado

Se quedó en shock un momento, para luego abrazarlo y besarle ambas mejillas –en seguida vuelvo- le sonrió y tras acariciarle un poco el cabello, salió corriendo, haciendo sonar sus tacones por todo el pasillo

Tras quedarse solo en aquella habitación, volvió a mirar hacia todas las direcciones, suspiró cuando se dio cuenta que estaba en un hospital, pero no sabía por qué.

Los diferentes sedantes que aún quedaban en su gotero, lo estaban llevando de vuelta a la inconciencia, cuando entraron varios médicos y enfermeras, todas apuradas y con muchos objetos para revisarlo. Gruñó cuando lo tocaron por todas partes y le sacaron varias muestras de sangre, hasta que una joven enfermera acarició su cabello con cuidado

-qué bueno que hayas despertado... tus amigos están preocupados por ti- le susurró para darle un rápido beso en la mejilla, Wonwoo no se movió, ni articuló gestos, ni palabras... no podía pensar aún con claridad, se sentía agobiado

Los médicos al terminar con los chequeos, llamaron a la señora Jeon a una reunión a fuera de la habitación del paciente –ha despertado por fin, aunque todavía no sabemos bien, cuáles serán sus secuelas... en lo físico, está todo perfecto, sus fracturas están cada vez mejor, ya no tiene una presión desigual y sus reflejos son normales para alguien que ha estado dormido por casi tres semanas – le sonrió el hombre pasándole una pequeña planilla, para que la mujer colocara su firma

-tiene alguna recomendación doctor? – le preguntó tras devolverle las hojas –no muchas, nosotros nos encargaremos de su estado de salud, por ahora, trate de no agobiarlo con preguntas, ni historias, sí pregunta... respóndale, es fácil- le sonrió para dar media vuelta y retirarse

La mujer le hizo un gesto obsceno sin que el médico la viera, y se adentró a la habitación. Wonwoo luchaba por mantener sus ojos abiertos, los sedantes eran fuertes y su madre sabía que se volvería a dormir en cualquier momento

-duerme corazón, yo te cuidaré- le sonrió la mujer para sentarse a su lado. El morocho la miró con una expresión ausente y tras recibir un beso en la frente, se volvió a dormir.

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-jajajajajajajjajjajaja pasarás muy desapercibido si entras con eso – se burló Hoshi ante el gigantesco peluche y ramo de flores que Mingyu llevaba consigo –cállate!! Sé que le gustará- sonrió esperanzado, mientras comenzaban a caminar hasta la entrada del hospital. Su manager se había ofrecido a acercarlos, mientras tanto se comportaran como gente normal.

-espero que no interprete tu gesto como, fui un idiota, espero que te quedes mucho más tiempo aquí- agregó Jeonghan –las flores, no significan eso- lo defendió DK –jajajaja no tienes derecho a hablar de flores, cuando regalas flores amarillas a todas las mujeres que te dicen que cantas bien- dijo Vernon

Recuerdos [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora