¿Pasado?

Capítulo 2

-¿Quién eres?- le dije sin quitar mi mirada de ese joven.

Solo podía analizarlo para ver si lo conocía de algún lado, era un total desconocido, nunca lo había visto, su cabello era corto y castaño, de tez blanca y un poco más alto que yo sus facciones eran duras, daban un poco de miedo de tan solo verlo. Su cuerpo era normal, ni muy flaco ni muy gordo, también se notaba a simple vista que estaba  un poco formado.

Vestía una camisa negra con cuello V y unos jeans negros. Al parecer fue astuto en vestirse de negro para no poder verlo cuando se fue la luz.

Sin quitarme la mirada de encima sonrió y se fue acercando lentamente a la mesa. Tenía un poco de miedo, me sentía atrapada y la única duda que pasaba por mi mente era ¿qué hacia este joven en mi casa?.

Cuanto más cerca estaba de la mesa me asustaba mas, sentí una oleada de nervios, mis manos estaban clavadas debajo de la mesa y las sentía sudorosas, nunca en mi vida me había sucedido algo así.

De alguna forma tendría que encontrar una solución, tenía que defenderme si me hacia algo este joven que solo me trasmitía miedo.

Quite mi mirada por un segundo para ver si encontraba algo con que defenderme si me hacia algo, mi mirada se clavo en la encimera que estaba alado mío, tenía unos cuchillos de cocina.

Sin más agarre uno de los cuchillos rápidamente y lo apunte hacia él, al ver mi acto se comenzó a reír.

Mi seño se frunció al verlo reír, ¿Qué maniaco era este tipo?

-¡Deja de reírte, y contesta mi pregunta!- le dije con un tono firme.

Este joven extraño siguió riéndose, ya me estaba cansando su actitud, me parecía chocante.

-De verdad, que risa me das – dijo medio riéndose y quitándose una lágrima falsa.- ¿de verdad no me reconoces?

¿De qué hablaba este tipo? ¿Cómo voy a recordar a este maniaco?

- ¡Ya déjate de juegos y dime quien eres!

-Pensaba que me recordarías pequeña Ania- dijo con un tono de lastima.

Cuando solo me dijo “Pequeña Ania” miles de imágenes pasaron por mi mente, solo una persona me llamaba así ¿Cómo era posible que el me encontrara?, años llorando por él  y ahora se me aparece de la nada.

-Chris… ¡Christopher! ¿Eres tú?- mi voz se había quebrado un poco, la extrañeza de tan solo verlo hay parado enfrente de mi.- pensaba que habías muerto en el accidente…

-JA! Todo el mundo pensó eso… Pero mira, aquí estoy.

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Christopher era mi mejor amigo de la secundaria, éramos inseparables, pero un par de días después de nuestra graduación, tuvo un accidente automovilístico en la cual se suponía que habían muerto varios de los pasajeros, en esos muertos estaba él.

Al enterarme de su accidente entre una gran depresión por un tiempo. Mis familiares me decían que él estaba bien y en un lugar mejor, pero la verdad en ese entonces no queria creerle a nadie ya que él y yo éramos mejores amigos, el era como mi hermano, y me había lastimado el hecho de no verlo otra vez. Después pasado el tiempo decidí enterrar ese  recuerdo y seguir con mi vida.

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Me le quede viendo por un rato, no podía creerlo, estaba delante de mí sonriendo, tal vez estaba viendo un espejismo o un fantasma, pero era demasiado real para creerlo.

Sin más, corte los pocos pasos que estaban cerca de mí,  me abalance sobre él y finalmente lo abrace. Al parecer mi acto lo tomo por sorpresa por un rato, para luego rodearme con sus brazos y seguirme el abrazo.

-¡Eres un tonto Christopher! ¿Cómo pudiste ocultarte todo este tiempo?- dije entre lagrimas

-Sh… eso te lo explicare después…- me dijo en mi oído.

Yo lo seguía abrazando, la verdad esto me parecía tan irreal que  tal vez esto era un sueño.

Luego sentí como quitaba sus brazos de mí alrededor, lo solté y me limpie mis lágrimas que se me habían escapado.

Cuando iba a levantar mi vista me tomo por sorpresa de mi cuello y me apego a la pared de mi cocina.