Capitulo 5

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Vi como Jack se lanzo sobre mi aun manchado de sangre, logre esquivarlo y sacar el cuchillo a tiempo y hacerle un corte profundo a un costado del abdomen. Eso sin duda me salvo de ser atravesada, no obstante, provocó también que la risa en su rostro se esfumara y me dedicara una mirada asesina y furiosa.
Sin pensarlo dos veces salí corriendo, pero el estiro sus brazos tomándome de la cintura y arrastrándome hacia el nuevamente. Apenas estuve a unos cm de el, y gracias a Dios que solo me sostenía de la cintura, le di una fuerte patada en sus partecitas.
Aulló de dolor soltándome y llevando su mano a su entrepierna, oportunidad que aproveche para derribarlo y posicionarme sobre él tirándolo contra el suelo y así colocar el cuchillo en su cuello, justo la punta filosa en el centro de su garganta. Ahora, además de furioso se lo veía completamente asombrado, aunque debo admitirlo, yo también lo estaba, ni sabia que podía hacer esto y mucho menos supe como fue que lo hice.


—Impresionante Laia—sonrió de forma macabra.

—Gracias...—dije de forma fría.

—Al final resulta que tus compañeros tenían razón, estas destinada a ser asesina—prosiguió en hablar— Si tus hermanos son asesinos, tu también lo seras, está en tu sangre.

—Yo no soy asesina y jamas pienso hacerlo—espeté, aunque por dentro temblaba pero no del miedo, sino de emoción.

—No puedes negar a lo que estas destinada preciosa...—volvió a reir.


Desapareció en confetti y reapareció detrás mio derribándome y arrastrándome por todo el piso, me elevo y me azotó con todas sus fuerzas contra la pared, ya estas alturas, Jack y yo ya estábamos bañados en sangre de pies a cabeza, a el obviamente no le importaba, mientras que a mi, me sorprendió el hecho de tampoco importarme. Sentir ese líquido pegajoso y de color rojo esparcirse por mi cuerpo mas el hecho de luchar por mi vida contra un payaso asesino me provocaba una excitación que no la podría describir con palabras, pero resumiéndolo, me encantaba. Tal vez Jack tenia razón y la sangre asesina ya era un caso perdido en mi, o bien, solo se trataba del hecho de querer salir con vida de esto.


—¿Quién lo esta negando?— le escupí en el ojo.

—¡Iack! ¡Que asco!—se quejó llevando su mano hacia el ojo que le escupí logrando que me soltara.


Quise empujarlo pero no conté con resbalarme con la sangre y caer encima de el, no sufrí daño ya que a decir verdad, a pesar de ser asesino su cuerpo era blando y amortiguó mi caída, eso si, la pocisión en la que nos encontrábamos era bastante prometedora. Intenté incorporarme pero unos brazos en mi cintura me lo impidieron, esta vez, le di un cabezazo que me dolió mas a mi que a él, lamentablemente, el aun me tenia agarrada.
Por mucho intentara apartarlo de mí era inútil, Jack era mucho más fuerte que yo y esta vez me tenia agarrada de manos y piernas para así evitar que nuevamente le pegara en sus partecitas, mi cuchillo había volado en cuanto me azotó contra la pared y como estaba oscuro no podía ver bien a donde había caído.
Me levanto y me deposito sobre la mesa colocándose encima mío, Jack por alguna razón me desgarró la camisa y fue en ese mismo instante cuando sentí un dolor infernal en mi espalda. Me dio la vuelta y estaba a punto de clavarme las garras en el cuello cuando las sirenas de la policía se oyeron a lo lejos.
Bufó frustrado volviéndome a tirar contra el suelo, sentía la sangre escurrir de mi espalda, alce la vista mirándolo, este solo me miro de forma fría diciéndome "Esto no ha terminado, volveré" y desapareció. Al momento en que desapareció Suri llegó corriendo llorando hacia a mi, asustada al ver la herida en mi espalda.
La policía derribó la puerta y me encontró cubierta de sangre y herida, estaba perdiendo mucha sangre, mi vista se nublaba hasta que finalmente me desmayé. Desperté otra vez en una habitación de hospital, recordando todo lo sucedido, ahora mi mayor temor era que me mandaran a prisión por cargos de múltiples asesinatos, pero increíblemente no fue así, la policía me tomó como una víctima mas.


—Debe entender señorita Laia, que aun sigue siendo menor de edad, isa que la llevaremos a otro lugar adoptivo junto con la niña Suri—me dijo la policía—Al menos hasta que usted cumpla la mayoría de edad.

—De acuerdo—musité.

En cuanto mis heridas sanaron me enviaron a otro orfanato en una ciudad vecina, en donde terminé mis estudios y me dediqué a buscar empleo y ahorrar para un departamento en donde nos quedáramos Suri y yo. El día en que llegué al nuevo edificio, me saqué las vendas de mi espalda y me sorprendí al ver las iniciales de Jack marcadas, la J y la L, algo que me daba temor de esta nueva vida era que Jack nos encontrara y tratara de terminar el trabajo, pero sorprendente mente no fue así.
Por fin cumplí los dieciocho años, luego de lo ocurrido con Jack y ser llevada al hogar adoptivo no hubo problemas en todo el año que transcurrió, con lo que ahorré en el trabajo alquilé un departamento donde ahora vivíamos Suri y yo, ella seguía yendo a la escuela ya que la dueña del nuevo lugar adoptivo era tan bondadosa que siguió pagando la educación de ella.
Se podria decir que todo fue bien este año, mejor que el pasado, pero aun así no puedo dejar de pensar en cierto payaso que, según él, regresaría a terminar el trabajo. Cada noche pienso en Jack y en lo que sucedió esa noche y en sus palabras, por un lado, una parte de mi desea matarlo por lo que le hizo a los niños, pero por el otro, otra parte de mi deseaba volver a verlo.


"Jack..." pensé.


La Hermana de Jeff The Killer y Homicidal LiuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora