Antes de que pueda reaccionar, me inyectan algo, que me deja atontado, mis músculos no se mueven y se me empieza a nublar la vista. Caigo en una profunda pesadilla, de la que me es imposible salir. En ella veo como torturan a mis padres sin que yo pueda hacer absolutamente nada.
Es horrible, mi madre se está muriendo y lo único que puede hacer es llorar, suplicar por su vida y llamarme, con una voz que hiela la sangre.
Mi padre sangra por todas partes, tiene marcas y muchos moratones.
Cuando parece que termina, entro en otra que es aún peor. Cierro los ojos y ya parece que todo se va calmando. Lo único que deseo es ester en casa con mis padres, que piensan felices en lo que van a hacer cuando mamá tenga a mi pequeña hermanita. Pero no, cuando por fin abro los ojos para ver la realidad, veo con horror como esto sigue. Oigo gimoteas, que provienen desde mi izquierda.
Giro la cabeza y veo a mi madre, con mucha sangre por debajo de la cintura, con un labio partido y por algún motivo con muchos sudores.
A mi derecha, veo a mi padre, con un moratón enorme en el ojo izquierdo, desde la boca le gotea mucha sangre y por el golpe que tiene en la cabeza, creo que puedo adivinar que es por eso que todavía está inconsciente.
Veo que los 3 estamos bien maniatados a las sillas, muñecas a la altura de la parte baja de la espalda. Los tobillos a las patas de las sillas, haciendo que nuestras piernas estén abiertas. Intento gritar, pero mi lengua está completamente dormida, me la muerdo y no noto nada.
Miro a mi alrededor, es una habitación gigante, con muy poca luz. Al fondo creo que puedo ver unas escaleras, que terminan en un trono... que está ocupado. Está tan oscuro que solo puedo ver la silueta.
¿Quién será el animal, que nos observa, como si fuéramos algún tipo de entretenimiento?
Sigo intentando escapar, pero lo único que consigo es hacerme daño. Intento comunicarme con mi madre, pero enseguida me doy cuenta de que está sufriendo un dolor atroz, su rostro lo demuestra.
Ver a mi madre así, hace que mis nervios vuelvan a funcionar totalmente. Grito a pleno pulmón. El tipo que está sentado, se levanta de un bote y se nos acerca. Yo como puedo sigo intentando escapar.
Cada vez se acerca más y por fin veo de quien se trata. Es el Presidente Snow. Parece que mi grito, lo ha cabreado y con pulsar el botón de un pequeño mando, hace mi padre despierte de su sueño, al electrocutarlo con lo que lo tiene maniatado. Es horrible, mi madre no deja de gimotear y parece que cada vez está peor. Snow se pone delante de ella y admira la forma en la que se encuentra, parece que no le importa en absoluto. Pasa por su lado y le acaricia con repugnancia el pelo.
Se acerca a mí y se pone muy cerca de mi cara. Su asqueroso aliento me llega a la cara, haciéndome oler a sangre. Yo me mantengo serio, sin mostrar mis reacciones, el disfruta de lo lindo viéndome en tensión. Mi madre sin previo aviso le lanza un gapo al ver que está cerca mía, él se asquea, pero le da igual. Se pone delante de todos nosotros, nos sonríe y empieza a hablar:
- Bienvenidos, estamos hoy aquí para descubrir la tapadera de un rebelde, ¿Quién será? Pronto lo descubriremos, ¿verdad amigos míos?- y mira a mis padres.
- Snow, ¿porque nos hace esto? - pregunta aterrada, mi madre con muestras del inmenso dolor por el que está pasando.
- ¡Estúpida! ¿Es que no te has enterado de lo que he dicho? ¡Estoy malgastando mi precioso tiempo con vosotros, malnacidos e inmundos rebeldes! Cállate y te enterarás - se calma se seca el sudor de la frente con un pañuelo de tela, a juego con su ropa y sigue - Bien, de acuerdo con mis últimos informes, se intentó salvar la vida a una tal Bekia, ¿verdad?
Mi madre tuerce el gesto y lo que dice me sorprende enormemente.- Lo hice para que una mujer buena no muriera, porque no merecía morir.
Snow se ríe y dice - ¿Que no merecía morir? Intentó que los juegos de este año no se produjeran, que no se hiciesen realidad. ¿Qué se creía, que mi entretenimiento favorito de todo el año, se fuera al garete? ¡Esa estúpida no merecía respirar el maravilloso aire de Panem y es exactamente lo que te digo a tí, maldita líder de lo rebeldes! ¿Que pensabas que con 4 hombres que enviaras a su rescate, sería suficiente? Suerte que mi ayudante jefe, Séneca Crane, se dio cuenta que entre los agentes de paz, había discrepancias en sus alturas, porque como él dijo era imposible que una persona creciera 10 centímetros en 2 días. Así que cuando los tuvimos a todos reunidos, los ejecutamos e hicimos que pareciese un accidente ya que no podía haber testigos de lo que había pasado.
Mi madre no se lo podía creer. Mi padre la miraba y creo que no sabía que podía esperar de ella.
Snow se dirigió a mi padre y en plan de cachondeo le dijo - Bueno, que se podía esperar, es una mujer, ¿no? siempre dan problemas. Por cierto que se siente al saber que tu esposa va a morir. Premonitorio ¿no? porque seguro que tú sabías lo que tu mujer iba a hacer ¿verdad?, no hiciste nada y has conseguido 3 cosas: primero que tu precioso hijo se quede huérfano de madre, segundo; que tú te quedes viudo y tercero que no menos importante; que te quedes sin esa pequeña hija, de la que tanto orgullo hablabais.
Así que nada mucha suerte porque tú y tu hijo vais a vivir, mientras que ella, no. Mi rostro era un mar de lágrimas. Había madurado de golpe y porrazo. Me iba a quedar sin madre y sin hermana.
- ¿Sabías que tu mujer no estaba tan sana, como ponía en el parte médico? Sí os mentimos, pero me dio igual. Tu mujer desde ese momento se estaba muriendo pero le dimos un placebo para que pareciese que estaba sana y poder traeros a todos a mi residencia. Así os enteraríais de lo que puede hacer el capitolio, que es indestructible y fuerte, sin grietas - nos explicaba Snow.
Yo lloraba a más no poder, mi padre creo que se estaba volviendo medio loco, pero aún así Snow seguía hablando.
- Dentro de poco a ti - dijo señalando a mi madre - tiene que estar a punto de darte un infarto, porque tu corazón no aguantará más. Además, sangras mucho, por lo que tendrás una hemorragia. Así que os dejo un rato para que os despidáis, os pongáis melodramáticos y llorones, os digáis adiós y esas cosas. Si veo que tardas mucho en morirte - le dijo a mi madre - te mato yo mismo.
Nos dejó solos y los 3 empezamos desde nuestros sitios a recordar bellos momentos que habíamos pasado juntos, mi madre me dio varios consejos rápidos, cosas que debía saber, y que iban desde el comportamiento que debía mantener hasta cómo ser con las chicas. A mi padre le dio ánimos, que buscara a otra persona con la que ser feliz. Mi padre no quería seguir viviendo, pero debía hacerlo por mí, por su único hijo. Nos quedamos en silencio un par de segundos y cuando nos dimos cuenta, mi madre tenía convulsiones y empezaba a salirle sangre por la boca. Dejó de moverse y fue cuando lo supimos, había fallecido.
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Historias de Finnick Odair.
Teen FictionFinnick Odair fue un vencedor del Distrito 4. Finnick ganó los 65º Juegos del Hambre y sobrevivió los 75º Juegos del Hambre, que eran una edición especial por corresponder al Vasallaje de los Veinticinco, celebrado cada 25 años. ¿Pero que te parece...