Un cambio en mi vida |Editando

Capítulo 40

Llegué a la escuela y lo primero que hice fue a buscar a __(tn) tenía un día sin dormir el hecho de pasar toda la noche pensando en ella me mantenía más despierto que el café, cuando vi que eran las 5:30 comencé a comer como un loco fueron casi cuatro platos de cereal que me había comido, la ansiedad hacía de mí una persona diferente.

Caminé por el largo pasillo de los casilleros pero __(tn) no estaba en ningún lugar, la primera clase que tenía era religión y comenzaba en media hora, media hora en la que podría buscar a __(tn) por toda la escuela. Lo primero que hice fue pasarme por la cafetería aunque honestamente ese sería el último lugar en que debí buscarla pero tal vez mis ansías por comer eran realmente desesperante, me dirigí a la máquina expendedora y cogí una fritura y me fui en búsqueda de “mi chica.”

Faltaban cinco minutos para la clase cuando ya había entrado al aula, el hecho de recorrer todo el SOCES buscando a “mi chica” fue un fracaso no la vi por ningún lugar, yo estaba realmente estresado. El maestro Levithan entró al salón arrastrando sus pies, aquél hombre era un poco calvo a sus 45 años, solía recordarme un poco a Víctor, el maestro Levithan solía usar muchos sombreros pero cuando daba las clases se lo quitaba, recuerdo una ves alguien le preguntó:

—¿Señor Levithan, por qué se quita el sombrero?

Aquél hombre fulminó con la mirada a su estudiante.

—¿Tu vas con ropa roja a un funeral? —preguntó el señor Levithan al estudiante

Aquél chico frunció el entrecejo e hizo que se me pasara el sueño y le prestará mi atención en cada de sus clases.

El señor Levithan era un hombre de apariencia muy rara: era clavo pero tenía bigote,  el no tenía una esposa pero tenía mil novias. Tenía unas gafas con un marco color marrón, eran grandes pero no estilo hipster, eran un modelo realmente viejo, aveces pensaba qué quizá pudo heredarlas.

Por lo general sus clases eran muy interesante, en el modo como el nos explicaba hacia que yo amara la teología. Mientras qué el profesor explicaba lo último que deberíamos saber sobre el cristianismo añadió: «Creer en María no va a provocar que ardas en el infierno así como pasar rezando te va a asegurar un puesto en el cielo» el maestro Levithan solía decir cosas muy profundas de hecho me gustaban sus clases hasta que dijo hoy al finalizar la clase: «Quiero un ensayo para la próxima clase sobre el tema que más les inquiete» aquello me mató, odiaba hacer ensayos —¡YO ODIO LA TAREA! —no obstante debo hacerla para no reprobar.

Narra Benjamin
Era lunes por la mañana en el colegio, estaba algo cansado ya que estuve ayudando a Cameron a buscar a ___(tn) pero nunca la conseguimos en ningún lado.

Ya había sonado la campana de entrada a las aulas de clases y ahora tendría arte, en realidad odiaba venir al colegio ya que aquí no tenía verdaderos amigos, extraño mucho estar en Dinamarca ya que ahí si están mis amigos; me parecía muy raro de que ninguno de los de último año me estén fastidiando.

Iba cruzando por el pasillo y no había nadie cerca, me sorprendió mucho fue ver unos de los casilleros con un montón de hojas pegadas de varios colores que tenia las palabras: "emo" "anorexica" "suicida" "perra gótica" "fea" "satánica".

Fruncí el entrecejo por eso y sentí que alguien venía, no sé porqué me escondí y la persona era Ashley; la miré detalladamente y como siempre estaba vestida completamente de color negro, ella se había detenido en el casillero donde estaban pegadas todas las notas. Ella miró el casillero por unos segundos y luego quitó todas las notas rápidamente y las volvió una enorme bola de papel para luego botarlas en un contenedor de basura que estaba cerca, abrió su casillero de mala gana y sacó de allí un libro y luego azotó la puerta del casillero tan fuerte que parecía como si se fuera a caer la puerta.