Amor

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El bronceado y musculoso cuerpo de un rubio de 17 años con ojos color zafiro y tres marquitas en cada mejilla se encontraba sobre el delgado cuerpo de un chico con una piel extremadamente suave al tacto y blanca, de aquel que era el amor de su vida, con esos hermosos ojos que lo atraían.

Sólo la luna era testigo de la pasión con la que ambos amantes se besaban y se probaban lentamente.

El rubio comenzó a desnudar el albino cuerpo de su hermoso y sensual acompañante y se quitó su propia ropa.

Al cabo de pocos minutos, sólo quedaron en ropa interior pero no iba a ser así por mucho tiempo.

Instó a su novio a que abriera las piernas para que pudiera acomodarse entre ellas, quería hacerle el amor cuanto antes, ya había pasado en abstinencia demasiado tiempo y no iba a seguir así o dejaba de llamarse Uzumaki Naruto.

_ N-Naruto - gimió el novio del nombrado al sentir como éste mordía su cuello y pasaba sus manos por su cuerpo - Ah - sintió cómo se metían las manos de su novio en su bóxer para comenzar a masajear su trasero - E-Espera... N-Naru - hablo con voz entrecortada al sentir la deliciosa fricción que el rubio ejercía al rozar ambos miembros - Naruto, b-bas-Mh. ¡Basta! - lo empujó para que el otro se quitará de encima antes de continuar.

Naruto frunció el ceño.

_ Ya te dije que no quiero - lo miró molesto - Y si te lo digo es por algo.

_ ¿Qué pasa? ¿Acaso no te complazco lo suficiente, bebé? - le preguntó burlón.

_ No seas idiota - replicó.

_ Vamos, Gaara. Ya tiene semanas que no lo hacemos - rodó los ojos con fastidio.

_ Pues si no te gusta, ¿por qué no te vas con una de esas estúpidas zorras que andan detrás de ti?

_ Tal vez lo haga - respondió molesto.

_ ¡Lárgate ya! - le gritó.

Y así lo hizo. Naruto, furioso, se vistió y salió de la casa.

Y se arrepintió.

La había cagado.

Normalmente no explotaba de esa manera pero últimamente las cosas no iban bien con Gaara.

Estaban peleando y discutiendo demasiado.

Estaba seguro de que algo le pasaba a Gaara, pero parecía que no le tenía la confianza como para decírselo.

Inmediatamente se sintió mal, pues, si Gaara no sentía que podía decírselo, entonces era porque seguramente estaba haciendo algo mal.

Lo amaba. Lo amaba demasiado y sólo por eso, trataría de cambiar por él, fuera lo que fuera que estuviera molestando a Gaara, lo cambiaría.

No quería perderlo, no después de todo lo que habían pasado juntos.

Con ese pensamiento y una sonrisa, se dirigió a su casa.

》》》

Al día siguiente, fue a buscar a Gaara a su instituto, pues estudiaban separados, pero le habían dicho que no había asistido a clases, entonces decidió ir a su casa.

Cuando tocó la puerta, espero unos minutos a que alguien la abriera pero nadie lo hizo. Intento abrir la puerta por si acaso, y esta se abrió con facilidad. Naruto abrió los ojos asustado.

_ Gaara - murmuró - ¡Gaara! - lo llamó desesperado y subió corriendo a la habitación de su novio.

No pudo creer lo que vió.

La habitación estaba vacía.

No estaban las cosas de Gaara y, ahora que realmente se fijaba en la casa, tampoco estaban las cosas de su familia.

Entonces Naruto divisó una carta, la tomó y la abrió al ver su nombre en la carta.

Con los dedos temblándole por la desesperación y el susto que se llevó, comenzó a leer la carta.

Naruto:

Cuando estés leyendo esta carta, mi familia y yo ya nos habremos ido.

Por favor no me busques, no servirá de nada.

No pienses que esto es tu culpa, por favor, créeme cuando te digo que no es así, ésta decisión fue mía, mía y de nadie más.

No quise dejarte así, sin avisarte, sin decirte adiós, pero tuvo que ser así.

Tú y yo ya no podemos estar juntos, ni hoy ni nunca más.

Simplemente no soportó engañarte, diciéndote que te amo cuando ya no es así.

Por favor, perdóname.

Gaara.

Las lágrimas cayeron sobre ese papel, que lentamente era arrugado por la mano que lo sostenía.

Gaara se había ido.

Naruto se incorporó, ya que a medida en que iba leyendo la carta sus piernas le empezaban a fallar lentamente, y salió dando un portazo.
Empezó a correr. No importaba hacia donde, sólo quería correr, tratar de escapar de esa cruel pesadilla.

Pero era la cruda realidad.

Tal vez, el amor que Gaara decía sentir por él, no era tan genuino como el mismo había pensado.

Era una mentira, una farsa.

Pero... se sintió tan real.

Hasta este día.

》》》》

No me maten por el principio. Todavía queda más por ver, denle una oportunidad.

Chau.

Te Elegí A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora