Confusión

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Eso era lo que Naruto sentía con exactitud... confusión.

Estaba cansado de no poder dormir, ya habían pasado varios días y parecía que todo iba tan rápido, así que fue hasta el columpio donde solía sentarse a pensar, donde nadie más se encontraba.

Estuvo ahí tanto tiempo que a penas se dio cuenta de que empezaba a amanecer.

Estuvo meciéndose un rato. Pensando en todo lo que había pasado desde que Gaara se fue.

Le había dolido, por supuesto que le había dolido.

Se había sentido traicionado al ver que Gaara no había cumplido la promesa de nunca dejarlo... porque eso habían hecho justamente, una promesa.

Luego Sasuke simplemente llegó a su vida como un rayo de luz que le entregó esperanza, y se metió justamente en aquel lugar que estaba entre su piel y su alma.

Pero... ¿cómo amigo solamente?

Naruto cerró los ojos fuertemente.

Sasuke había sido un gran amigo desde el principio, en realidad era un gran persona, tenía un brillo especial, como ya había dicho.

Y era la prueba viviente de que las personas no siempre son lo que aparentan, a pesar de parecer una persona insensible, arrogante y orgullosa, era una persona que también sufrió, que también era capaz de sentir empatía por los demás, capaz de disculparse si se había equivocado y capaz de... amar.

Lo ayudó a salir adelante después de lo de Gaara...

Y cuando todo estaba en calma, Gaara simplemente había vuelto.

Cuando lo volvio a ver, millones de emociones guardadas se desataron al estar reprimidas...

Había sentido tantas cosas como nostalgia, felicidad, confusión, añoranza... pero... ¿no amor?

¿Acaso no sintió su corazón latir con tanta fuerza? ¿Acaso no sintió como el aire se le iba? ¿Acaso no sintió nada con los besos de Gaara que llegaron después?

La respuesta era no. No lo había sentido. Pero... ¿por qué?

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Gaara se había despertado temprano para hacerle el desayuno a su novio pero su sorpresa fue verdaderamente grande al ver que ni estaba en la cama, durmiendo junto a él.

"Tal vez ha ido a comprar algo" pensó Gaara y se levantó para darse una ducha antes de preparar algo.

Cuando terminó de relajarse, comenzó a hacer la comida favorita del rubio pero cuando la estaba haciendo no pudo evitar ver una nueva foto en el mueble de la casa de Naruto.

Era un chico azabache y Naruto.

Gaara acarició la sonrisa de Naruto en la foto, y entonces reparó en como Naruto miraba al chico.

Lo forma en la que miraba al azabache... era especial... nunca había visto una mirada igual a esa, al menos no por parte de Naruto hacia su persona.

Trató de ignorar la foto y seguir preparando el desayuno. Eso sería lo mejor que podría hacer.

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Si Naruto no la estaba pasando tan bien, mucho menos Sasuke.

Tenía los ojos rojos y unas enormes ojeras.

Fugaku no pudo evitar reparar en la imagen de su hijo... se veía tan desilusionado, tan... triste.

_ No tengo hambre, oto-san - Sasuke se levantó y fue a sentarse en el escalón que daba al jardín, pues estaba lloviendo.

No pudo evitar sobresaltarse al ver como su padre se sentaba a su lado.

_ Conozco esa mirada, Sasuke, la he visto tantas veces... incluso en mi propio reflejo.

_ ¿Mirada? ¿Qué mirada? - preguntó Sasuke, extrañado.

_ La que tiene alguien con el corazón roto - respondió Fugaku - Sasuke, quisiera decirte que tengo la cura inmediata para tu malestar, pero no puedo mentirte de esa forma... - Sasuke no lo miró pero sí lo estaba escuchando - La verdad es que, sólo el tiempo es capaz de curar las heridas que deja el amor, tu madre... bueno... cuando ella se fue, fue lo más duro por lo que había pasado en toda mi vida al igual que cuando tu hermano se fue... y nunca hubo nada o nunca habrá nada, que llenará el vacío que tu madre dejó en mi corazón, sé cuánto duele perder a esa persona, yo ya la perdí para siempre, y sé que tal vez esto no te hace sentir mejor, pero quiero ser honesto contigo, Sasuke... para mí ya es tarde, pero para ti... aún puedes luchar por Naruto...

Sasuke miró a su padre con tristeza y vio como Fugaku se volteaba a mirarlo.

Fugaku pudo ver una cantidad de rabia y tristeza increíble, pero en lo más profundo de sus ojos, también vio un grande dolor que no podía curar.

Su hijo estaba sufriendo demasiado y no sabía que hacer para evitar que siguiera sufriendo y como padre, eso le dolía más que nada.

_ Necesito pensar las cosas, oto-san - Fugaku asintió y se adentró a la casa.

Y fue cuando por fin, Sasuke volvió a dejar caer sus lágrimas, que antes tenían a alguien que las secara, pero ese alguien, ya no estaba con él.

Autora: No me odien por favor. 😚

Naruto: Tsk, pinche cínica.

Sasuke: No tengo nada que decir - se sale de la habitación.




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