Capítulo 1: Primer día

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(Narra Scott)

-¡Mierda se escapa!- Corría a toda pastilla por aquellas calles de aquella ciudad persiguiendo a Jeremy Drew, el criminal más buscado. Me abría camino entre la gente, que se nos quedaba mirando perplejos mientras intentaba alcanzarle, pero corría muy deprisa, demasiado. Llegué a estar cerca varias veces, pero no le conseguía atrapar ninguna. Giró la calle y se metió en un callejón sin salida. - Ya eres mio Drew. ¿Cómo se siente al ser entregado a la policía por un chaval de diecisiete años? -Dije yo colocándole las esposas y llamándo a la policía. No tardaron mucho en llegar, cinco minutos como mucho-.

-¡Me las pagarás Grey!. -Dijo mientras agachaba la cabeza para meterse en el coche de la policía-.

Este soy yo, Scott Grey, el mejor agente del F.B.I. Para muchos, arrogante y egocéntrico, aunque yo no creo que eso sea cierto. No sigo las normas de nadie, soy un espíritu libre, por lo que algunos dicen que soy rebelde. Tengo una aficción dibujar, pero nunca muestro mis creaciones en público.

Como cada vez que atrapo a alguien me dirigí a la oficina de mi superior, Mr. Beckham para darle la notícia. Piqué tres veces a la puerta hasta que me contestó.

-Pase Grey. -Dijo él. Por lo general siempre estaba mirando su computadora u ordenando papeles, pero hoy no. Se encontraba con postura firme y los brazos encima de la mesa con los dedos entrelazados. -Tengo una nueva misión para usted-.

-¿De qué se trata esta vez? ¿Robo, asesinato? -Dije yo con indiferencia-.

-Esta vez tenemos un caso totalmente diferente. ¿Cónoce el instituto West High? -Asentí. ¿Quién no conocía aquel instituto elitista en el que se daban fiestas cada viernes? -Parece que hay alguien que está pensando en destruir ese instituto. No sería la primera vez que pasa, usted lo sabe, pero está vez es diferente, entre todos los alumnos y profesores, hay alguien infiltrado que será quien coloque la bomba en algún lugar del edificio-.

-¿Y dónde entro yo en este caso? -Dije yo sin entender muy bien que era lo que debía hacer-.

-Grey, usted deberá fingir ,hasta que descubramos quién es y detener el plan, que es un alumno más. Deberá ir a las fiestas, estudiar, y todo lo que hacen los muchachos de su edad. Nada difícil para usted. Si en algún momento tiene algún problema, marque el teléfono de emergencia.

-No me hará falta Mr. Beckham, soy Scott Grey.

Beckham puso los ojos en blanco y me dió las llaves de uno de los muchos coches del F.B.I. Hoy comenzaría mi nueva vida como infiltrado.

(Narra Mandy)

-¡Venga despierta o llegaremos tarde!

-Déjame dormir un minuto más. -Dijo dándose la vuelta-.

-Eso lo dices siempre, luego nunca te levantas y acabas llegándo siempre tarde a clase. ¡Venga despierta dormilona!

-Hoy te lo digo de verdad, solo un minuto. -Dijo Pamela. Esta era la misma história que cada mañana, siempre acababa llegando tarde. Cojí un vaso de agua y lo llené en el lavabo de su dormitorio. Me acerqué a donde se encontraba y se lo eché por encima. -¿Pero que mosca te ha picado hoy? -Dijo despertándose de golpe-.

-Venga, levantate, llegaremos tarde. -Dije yo cojiendole la ropa de su armario-.

-A veces desearía que no fueras mi mejor amiga, sobretodo por las mañanas. -Dijo ella cruzandose de brazos, gesto que me hizo reir-.

-Venga, Pam, si me adoras. -Pestañee varias veces seguidas-.

-Eres una bruja. -Dijo Pamela riéndose.

Esta soy yo, Mandy, una chica de diecisiete años, bastante diferente a las demás. Orgullosa, fría y odiadora de los hombres, menos  Derek, claro. Pero, con las única personas que me muestro tal y como soy, son Pamela y Derek, mis mejores amigos. Llevámos juntas desde que eramos pequeñas, y nunca nos habíamos separado ni un momento. 

Eran las nueve, lo que solo podía significar una cosa, llegábamos tarde a clase, otra vez. Mi amiga se vistió rápidamente, cojió sus cosas y bajamos hasta el aula de ciéncias. Picamos tres veces y entramos. El profesor nos miró con mala cara, era normal que llegáramos tarde, pero ese día, habíamos tardado más de lo normal.

-Llegan tarde señoritas, me temo que les tendré que poner un castigo. -Toda la clase se quedó en silencio. -Después de las clases, recojeran el jardín- No me podía creer lo que acababa de oir, el jardín, a excepción de los viernes por la noche, siempre están llenos de basura. Nos llevaría toda la tarde recojer todo aquello. Mandé una mirada fulminante a mi amiga y nos dirigimos a nuestro pupitre.-.

-¡Te había dicho que te levantarás! -Dije yo susurrándole-.

-Tranquila seguro que no será tan horrible. ¿Recuerdas aquella vez que nos castigaron cojiendo las pelotas del equipo de rugby? Al final nos invitaron a bailar con ellos en la fiesta del viernes.

-¿Te recuerdo que nunca he ido a esas absurdas fiestas?

-Creo que sería hora de que fueras ya a alguna. -Dijo guiñandome un ojo.

-Y yo creo que ya sería hora de que te despertarás a tu hora. La vida no está hecha para complacer al otro ¿No querida Pam?

Porfín sonó el timbre. La gente salía corriendo a sus habitaciones, a la biblioteca o a alguno de los diferentes clubs que habían allí, pero Pamela y yo teníamos que limpiar. Salimos de clase y nos dirigimos al pequeño almacén que había allí. Cojimos las bolsas de basura y nos dirigimos al jardín. El jardín siempre estaba vacio a estas horas, la gente estaba ocupada haciendo otras cosas. Salimos al jardín, no veíamos a nadie, pero era normal, era muy grande, y aunque hubiera alguien, tampoco lo conseguiríamos ver a menos que nos acercáramos.

-Vale, si nos partimos el lugar será mas fácil y rápido. -Dijo Pamela intentando acabar esto cuando antes-.

-Genial, buena idea -Marcámos el territorio que haría cadauna y nos fuimos a limpiar-.

En tan solo cinco minutos ya había llenado toda una bolsa de basura, había demasiada. Caminé hasta dónde estaba Pamela, para decirle que iba a volver al almacén a por más y entré al instituto. Andaba distraida mirándo las diferentes fotografías que habían por allí, y choqué con alguién.

-Perdona. -Dije al dárme cuenta de que había tirado un quaderno. El quaderno quedó abierto por una página en la que había dibujada un paisaje, era bellísimo, parecía que estuvieras viendo una de mis fotos. Quedé varios segundos mirándolo hasta que alguien me distrajo-.

-¿Me lo vas a dar o piensas quedarte todo el día mirándolos? -Alzé mi mirada y me encontré a un chico. Tenía los ojos miel verdosos y el pelo castaño claro, otro "chulo más"-.

-Y a tí ¿Te importaría ser menos imbécil?


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Este es el primer capítulo, espero que os guste 💘
















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