Pesadillas.

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La tierra estaba húmeda, sus pies la sentían de esa forma, además de ser áspero. Muy áspero en verdad. Sus talones comenzaron a hundirse cada vez más mientras que sus dedos se aferraban a la tierra menos mojada. Intentó mantenerse firme con sus brazos, cualquier cosa le serviría, pero nada la rodeaba.

Sus manos le dolían, quemaban desesperadamente y sangre comenzaba a brotar de ellas. Una gran línea cruzaba ambas palmas de su mano formando una cruz simplona. Su sangre se tornó negra, como la oscuridad que la rodeaba, y emano una luz bordo que la cegó. El sonido de una risa lenta y tortuosa logro que, al fin, cayese y se despertase.

Sophie se levantó exaltada, le dolía el cuerpo y sus manos ardían como jamás lo habían hecho. Luna la miro sorprendida, la tomo por los hombros y la abrazo con fuerza mientras la Black tiritaba por el frío que sentía atravesar su cuerpo.

— Sophie... tranquilízate — murmuró Luna mientras su otra compañera, Mickeyla Wood, se despertaba con un libro entre sus manos.

— ¿Berry? — Pregunto adormecida —. ¿Qué sucedió?

Berry, el apodo que le habían inventado ambas chicas en tercer año.

Mickeyla Wood era la segunda hija de los Wood, luego de su hermano, hija de Katie Bell y Oliver Wood. A diferencia de toda su familia, no le gustaba el Quidditch o no como para jugarlo. Con su cabello largo, rubio oscuro y un cuerpo idéntico al de su madre de joven, era una muchacha tranquila. Jamás oirías un rumor sobre ella o verías que la señalen por los pasillos. Mick era como era por no destacar, a menos que se encontrase con Sophie quien la envolvía en un problema tras otro.

El sudor atravesaba la frente de la única pelirroja en el cuarto, su tercer compañera, Amelie Persimon, dormía inconsciente de todo lo que sucedía. Sophie no pudo evitar mirar sus manos, el ardor intenso aún continúan y parecía querer prolongarse por un largo tiempo, una profunda raya las atravesaba, una simple línea con un círculo perfectamente hecho en medio. En un intento por ocultarlas Sophie aparto a Luna y se escondió bajo las sábanas que se encontraban algo húmedas por el aguamenti que la West debió de tirarle al verla retorcerse.

— Sophie, deja de esconderte, háblanos.

La Black negó, aún bajo las sábanas, y suspiro pesadamente como hacía cuando ya no quería hablar más de un tema o con alguien. Luna suspiro de igual manera y se agazapó junto al cuerpo de la Black, dándole todo el apoyo que pudiese con su escuálido cuerpo.

Mas Sophie no pudo volver a dormir esa noche.

•••

Lamentablemente para Sophie sus ojeras se notaban a larga distancia, aunque a la Black no le parecía para tanto cómo todos le recalcaban.

— Cherry, vete a dormir — Murmuro su hermano mayor al verla tan cansada.

— No, no. Estoy bien, lo juro.

Andrew bufo y removió uno de los cabellos en su rostro de lado. No sabía bien que causaba las pesadillas en su hermana. Si, estaba seguro de que eran pesadillas, puesto que una noche en una visita nocturna a su cuarto ella aún dormía y se removía en su cama murmurando palabras sin sentido, o por lo menos no para él.

James llego como normalmente lo hacía... tarde. Pero, además de eso, estaba completamente desprolijo. Con la corbata mal anudada, los botones de su camisa mal puestos y su cabello aún más despeinado de lo normal. Aunque nada de eso evito que un par de chicas de Hufflepuff soltasen un suspiro al él pasar a su lado.

— Hermano, te ves fatal — Lo inspecciono de arriba a abajo con la mirada, Fred.

— Gracias por recalcar lo obvio, Freddy — Bufo, para luego desplomarse frente a Sophie.

Sophie Black [#HPAwards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora