Isabella no recordaba haber estado más nerviosa en toda su vida. Era el viernes anterior a la boda de Erica, solo quedaba una semana para el gran día. Pero, sobre todo, era la noche elegida por Erica y Christian para ensayar la ceremonia de la boda y celebrar después una cena con sus más allegados. Isabella había sido la que había organizado esa cena.
Por eso, tenía que encargarse de que todo fuera perfecto. No solo porque deseaba que Erica disfrutara al máximo y estuviera contenta con ella, sino también porque era muy perfeccionista y le enorgullecía hacer un buen trabajo con todos los eventos que organizaba su empresa.
Pero era estresante estar en la misma habitación con tantos miembros de la familia Flynn Fletcher. No podía evitar preguntarse si alguno de ellos, o quizás todos, sabría lo que había entre Phineas y ella.
Temía que él les hubiera dicho algo y trataba de evitarlo para no levantar las sospechas de nadie. Le avergonzaba pensar que pudieran adivinar, con solo mirarla, que se había convertido en la amante de Phineas y pasaba todas las noches en su cama haciendo el amor de mil maneras distintas. De mil maravillosas y excitantes maneras. Algo que iba a echar mucho de menos cuando llegara el día de irse de Danville y volver a su vida en Denver.
Se preguntó si sus mejillas se sonrojaban cada vez que miraba a Phineas o si alguien sospecharía al ver que tartamudeaba nerviosa cuando le preguntaban si estaba disfrutando de su estancia en el hotel Flynn Fletcher.
Su única esperanza era que, aunque todos los que estaban en esa habitación conocían muy bien a Phineas, a ella no la conocían y así era imposible que les extrañara cómo se estaba comportando. Después de todo, era normal que estuviera nerviosa siendo la responsable de que todo saliera bien.
Aunque Guy, el hermano de Phineas, le había prestado a los mejores cocineros de los restaurantes de la estación de esquí para preparar la comida, la cena en sí se estaba celebrando en el Sky Lounge, que no era un restaurante sino un bar. Lo habían cerrado al público. Todas las mesas estaban preparadas. Sonaba una música suave y romántica y todo el mundo bebía y charlaba animadamente.
Creía que ya había conocido a todos los Flynn Fletcher y también a sus parejas. A Erica la conocía ya bastante bien. Habían pasado mucho tiempo juntas durante las últimas semanas y al resto de las mujeres también las había tratado a menudo desde que pasaron juntas un día en el spa del hotel.
Esa noche estaba conociendo mejor a los hombres. Hasta entonces, solo había tratado un poco más a Christian y a Guy como parte de la organización de la boda. Acababa de conocer a Gavin y a Ferb hermanos de Phineas, y también a Shane McDermott, el prometido de Melissa.
Afortunadamente, se le daba bien recordar nombres y caras, era algo muy importante en su trabajo. De otro modo, le habría costado mucho acordarse de quién era quién.
Uno de los camareros le hizo la señal acordada y ella comenzó a ir de grupo en grupo, pidiéndoles a los invitados que se sentaran a la mesa, pues la cena estaba a punto de ser servida. Normalmente, ella solía apartarse del grupo y permanecer en un segundo plano mientras los comensales cenaban, pendiente de que todo fuera bien y coordinando la presentación de los platos en la cocina.
Esa noche, sin embargo, era una de las invitadas además de la anfitriona. Erica había insistido mucho y Phineas la había tranquilizado, asegurándole que su presencia era bienvenida. Había un sitio para ella a uno de los extremos de la larga mesa, a la izquierda de Phineas. Así, podía disfrutar de la cena y apartarse rápidamente para ir a la cocina si la necesitaban allí.
Por primera vez esa noche, pudo respirar tranquila y tomarse unos segundos de descanso mientras los camareros comenzaban a servir la ensalada. De momento, todo estaba yendo muy bien.
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La razón perfecta (Phinbella)
FanfictionA Phineas Flynn, un exitoso empresario de Danville, le costaba creer que tuviera un hijo. Pero la atractiva mujer que lo había visitado le había asegurado que era el padre de su sobrino. Antes de que pudiera pedir una prueba de paternidad, Phineas d...