-Buenos días Charlotte.-Me dijo Lucas cerrando la puerta poco a poco.
-Buenos días Lucas.-Dije.
-¿Qué tal estas?
-Mejor, ¿Como esta Jace?
-Bien.
-Lucas tengo que volver a casa.
-¿Para?
-Tengo que encontrar a papa.
-Charlotte no vas a ir, si eso iré yo con Zac o con otro. Pero tu te vas a quedar aquí.
-Vete.
-Es por tu bien Charlotte.
-¿Y por el bien de papa?
-No saques las cosas de quicio.
-Que te vayas.
Lucas cerró la puerta fuerte, yo decidí ir a mi casa. Si, yo sola. Da igual. Empecé a vestirme con la ropa que había en el armario, negra. Me puse un cinturón que tenia una pistola, así podría dejar ahí el cuchillo también.
De pronto Jace entró en la habitación.
Mierda.
-Buenos días Charlotte. ¿A dónde vas?
-Eee, a desayunar, si, a desayunar.-Dije algo insegura.
-¿Con armas?
-E sí.
-De acuerdo.
Jace cerró la puerta, y me senté en la cama y guardé el diario donde nadie pudiera encontrarlo. Abrí la puerta de mi habitación y sigilosamente salí del castillo. Antes de salir cogí unas llaves de la entrada, supuse que serían de algún coche.
Pero me equivoqué, una moto, eran las llaves de una moto. Gracias a dios que sabía conducirla, puse en marcha la moto y me fui camino a mi casa.
Me metí en casa por la misma ventana que el día anterior, y empecé a buscar cosas que pudieran darme pistas sobre el paradero de mi padre. Después de hechar un vistazo por toda la casa, preferí buscar en el cuarto de papa.
Encima de la cama pude ver una cajita con una cerradura dorada muy bonita, intenté abrirla pero no pude. Debía de buscar la llave. Pero entonces me acordé, papa siempre lleva una llave colgada del cuello. Mierda, la tendría el.
No perdí la esperanza, tal vez, papa lo ha dejado en algún lado para que lo encuentre. El vestidor de mama.
Nadie entraba a ese vestidor desde que mama murió, solo Lucy la limpiadora. Entré y empecé a revólver toda la ropa, todos los cajones, toda la habitación en general. Para mi suerte encontré unas llaves, una que abría un cajón de esa misma habitación.
Abrí el misterioso cajón y encontré una barita, otra llave y un papel roto en el que ponía ezca. Meti todo en mis bolsillos y empecé a recordar que Jace menciono ese nombre, creo. Lo último que recuerdo es ver gas saliendo por un cajón.
Me desperté atada a una silla, en mi casa, en mi habitación, yo sola. Empecé a escuchar un sonido, pasos exactamente, Jace.
-¡Jace!-Dije chillando.
-¿Creias que era Jace, puta?
-Sam.
-Ajá, he vuelto.
-¿Qué haces en mi casa?
-Eso mismo te pregunto a ti, no te han dicho que podría ser peligroso...
-Sí.
-Y has venido... Tu padre estaría orgulloso, o tu madre, no tu madre no.
-No menciónes a mi madre.
-Mencionaré a mi jefa si quiero.
-¿Qué?
-Ups, se me ha escapado.Una mujer, entró en la habitación. Mama.
-Querida.
-Ma-Mama.-Dije sollozando.
-Samantha vete un momento a fuera, vigila.
Sam se fue, y mi madre se sentó a mi lado.
-Hace años que no nos vemos.
-Tu estabas muerta.
-No cariño, yo me fui. Me fui al bando adecuado.
-¿Ezca?
-Exacto mi amor.
-P-Pero esos son los malos.
-No, donde tu estas son los malos.
-No, papa no es de los malos, ni Flecher, ni Jace, ni nadie.
-Tu padre es mas que malo.
-No hables así de el.
-Es así.
-Tu no eres mi madre, tu eres una hija de puta.
-¿Perdona?
-Lo que oyes, te vas, sin dar señales de vida y ahora apareces diciéndome que mi padre es malo. ¿Malo? Tu si que eres mala.
-Como osas hablarme así soy tu madre.
-tu no eres mi madre, si fueras mi madre de verdad hubieras estado con tu familia, conmigo, con Lucas y Tomas, y sobre todo con papa. Pero no, te has perdido toda mi vida y la de mis hermanos. Tu no eres nuestra madre, tu eres una puta desconocida.Mi supuesta madre se sacó una pistola del bolsillo y me disparó, en el brazo derecho. De pronto vi a Jace entrar en mi habitación, junto a Lucas, Zac y Lennox. Y entonces perdí el conocimiento.
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El diario de Charlotte
Fantasy¿Y si tu vida cambiara en tan solo un día? Charlotte Holland es una joven adolescente de 17 años, de familia Australiana. Desde que nació ha vivido en Perth, Australia. Pero el trabajo de su padre la ha llevado a Nueva York, donde vivirá la vida de...