No eres tú, soy yo...

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No eres tú, soy yo...

Leo llegó casi diez minutos antes de la hora señalada y deseaba que ella tardara mucho en llegar, pues sería lo más difícil que ha tenido que hacer desde hace mucho tiempo.

El lugar era el de siempre, el mismo puente en medio del Parque Central en donde le vio hace ya casi 7 meses. El mismo puente en donde se atrevió a besarla por primera vez. El mismo puente donde le pidió que fuera su novia. Tenían una historia, ellos y el puente; lo conocía perfectamente, sin embargo hoy se sentía perdido y desorientado, como si no encajara ahí.

Sus manos estaban sudadas y sentía frío. Quería terminar esta agonía, pero a la vez sentía las ganas de retrasarla cuanto fuera posible. Respiraba hondo y sentía que el pecho le dolía.

Y entonces, puntual como nunca antes, apareció ella. Traía consigo una sonrisa muy grande y un rubor especial en las mejillas. Estaba feliz de que Leo le llamara, ya habían pasado casi dos semanas desde el suceso que amenazó con separarlos, pero ahora le había llamado, por lo tanto ya todo debía estar bien, pensó.

Desde lejos Helena le vio sobre el puente y notaba que estaba mirando perdidamente hacia el horizonte, pero no había nada extraño, Leo era así, despistado, soñador.

Subió rápidamente anhelando llegar a él y cuando estaba a su lado sólo pronunció un ''hola'' casi ahogado y buscó sus labios, que habían sido suyos por tanto tiempo, pero se estrelló contra una fría mejilla y en vez de un ''hola'' de vuelta, el retorno fue un ''tenemos que hablar''.

Los siguientes eternos cinco minutos, Leo la ametrallaba con palabras que antes le hicieron mucho sentido, pero que al decirlas en voz alta no eran fundamento suficiente para lo que estaba haciendo. De pronto apareció en su monólogo la frase capaz de asesinar la mas fuerte de las relaciones, ''... pero no eres tú, soy yo. Es mi culpa y lo siento...'', las palabras rebotaban en el infinito pero no lograban calmar las lágrimas ni la angustia que Helena sentía.

Luego de continuar un par de minutos tratando de darle un sentido a esto, su discurso termino con un ''...discúlpame, pero creo que debemos terminar''. Dicho esto, Leo dio media vuelta y se alejó caminando, mientras en su mente todo hacía ecos sin sentido.

''No eres tu, soy yo... no eres tú, soy yo...'' era la frase que mas fuerza había tomado y que a los pocos pasos le hizo darse cuenta del gran error que acababa de cometer y entonces regresó rápidamente con la esperanza de que Helena no se hubiera ido aún y que quisiera escuchar lo que ahora tenía que decir, que ahora sí le hacía sentido.

Para su suerte Helena seguía allí y sonrió al verle venir corriendo a su encuentro.

''Helena, discúlpame, por favor... me acabo de dar cuenta que cometí un gran error...'' dijo Leo y con sus palabras el rostro de la apenada niña se iluminó nuevamente.

''Debo decirte la verdad, - le dijo, con una serenidad que no pensó que podría experimentar - No soy yo, eres tú; el real motivo por el cual te estoy dejando eres tu...'' y continuó explicándole abiertamente cómo sus actitudes infantiles, su infidelidad y sus constantes engaños eran suficiente para haber tomado esta decisión, dejándole muy en claro que no encontraría alguien que la amara de la forma en que él la amo.

Ahora sí, dio media vuelta, tranquilo y en paz y se alejó dejándola con su reflexión en ese puente que ya no significaba nada para él y al cual no pensaba regresar y se fue para continuar con su vida.

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2013 ⏰

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