Maldito muérdago
― ¡¿Pero que pasa aquí?!― exclama Clark con tal vozarrón que ocasiona una tragedia que trae consigo varias otras.
Brigitte, quien tenía todo el juego de la vajilla de porcelana inglesa que le regaló su madre para su casamiento, se pega tal susto que todos los platos blancos con flores bordeadas en relieve rojo se le caen al suelo. Por el grito de Brigitte, Akira sale corriendo asustada, llevándose por delante a Olivia, quien cae al suelo de trompa, dándose la pera contra el escalón que baja hacia el living.
April inmediatamente se separa de los labios de Caleb al oír la voz de su abuelo. Cuando le ve la cara, no sabe si huir y no regresar hasta año nuevo, hacerse la muerta para salir viva del comienzo de una masacre o partirse a carcajadas por la expresión de Clark.
Caleb está más blanco que la nieve que comienza a caer fuera, de la cual nadie se percata.
Clark se da cuenta de que ya conoce al chico que estaba compartiendo saliva con su hermosa nieta y su cordura estalla en fragmentos moleculares.
― ¡Aja! ¡Con que eres tú, pedazo de depravado!― vocifera acercándose peligrosamente al muchacho que se encuentre hecho piedra junto a April.― ¡Maldito! ¡Aaaaa!― grita y toma su bastón del tarro de los paraguas.
Susan se encontraba rellenando el pollo, pero cuando escucho la voz de su marido en un tono más que alto, el contenido del cuenco y el cuenco cayeron al suelo. Akira come lo que iba a ser el relleno del pavo, mientras que Susan se toma la cabeza con las manos y busca los ingredientes necesarios para hacerlo de nuevo.
Norah había ido a auxiliar a su hija Olivia, se encontraba tranquila y en paz hasta que el grito de su padre la alteró.
Brigitte corre desde su habitación en la planta alta hasta el lugar del cual provienen los gritos para ver qué pasa y los hombre ya se encuentran en el marco de madera que separa el comedor del recibidor.
― Calma papá― dice Brigitte con sus facciones preocupadas.
― ¡Tú, pedazo de sardina enlatada! ¡¿Cómo te atreves a posar tus asquerosos labios sobre los de mi nieta!?
― ¡Abuelo!― exclama April avergonzada y horrorizada por la actitud de su abuelo ante lo que vio.
― Y tú April, ¿no que eras lesbiana?― espeta ofendido el señor Adams.
En ese momento llega Susan desde la cocina. Acaba de meter el pavo con relleno de todos los ingredientes comestibles y combinables que encontró rápidamente en la cocina.
― ¡¿Qué?!― exclaman todos los presentes, menos Patsy, Brad y las gemelas.
― ¿Lesbiana? April, no es que tengamos algo en contra de los homosexuales pero, ¿Por qué? Y, más importante todavía ¿Cuándo pensabas decírnoslo?― le pregunta Roger, su padre, a April, poniendo una mano en su pecho, en el lado de su corazón, exaltando como se siente en este instante.
― ¡Papá! ¡No soy lesbiana!
― Hija, nosotros te apoyamos sea cual sea la orientación sexual que elijas― dice Brigitte― Bueno, yo te apoyo.
― Y yo igual, aunque esto es muy raro y nunca me lo vi venir de ti April. Pero si tú eres feliz siendo lesbiana yo lo acepto― acota Anthony y lo secunda Noah levantando la mano y asintiendo con la cabeza.
April bufa.
― No soy lesbiana ¡Me estaba besando con Caleb hasta que llegó el abuelo! ¡Contentos!― se exalta diciendo la verdad de lo que pasó.
― ¡¿Cómo?!― Ahora el iracundo es el señor Bennett, Roger.
Samantha salta de la alegría hasta llegar junto a su sobrina y Caleb.
― ¡Yo sabía que esto iba a ocurrir! No me agradezcas, pero debo decir ¡te lo dije! Porque tendrías que agradecerme.― le da un beso en la mejilla a April y se va al cuarto de ella.
― ¡Voy a matarte Samantha!― avisa Roger girando hacia las escaleras por donde se fue su hermana menor.
― ¡Yo te ayudo! ¡Le destrozaré la cabeza y le trituraré el cerebro cuando se lo abra con la pata de una silla de madera!
― ¡Papá!― exclaman Brigitte y Norah al mismo tiempo que Susan grita: ― ¡Clark!
Susan toma a su marido y Brigitte al suyo. Traban sus brazos para que no se puedan mover.
Más gritos provenientes del living los hace mirar en esa dirección. Las niñas lloran escondidas detrás de las cortinas, Bradley mira a su abuela paterna, Patsy, con preocupación, y está grita mientras lágrimas cristalinas caen de sus ojos.
― ¡La guerra! ¡Vienen, los japoneses vienen por nosotros!
― ¿Mamá? ¿Qué estás diciendo? ¿Te encuentras bien?― pregunta Roger soltándose del brazo de su mujer y caminando hacia el living.
Patsy está parada frente al televisor donde se observa a un chico de piel oscura vestido con una musculosa blanca y un arma en mano. Las lágrimas le caen por el rostro pálido y se encuentra más quieta que una estatua.
― ¿Mamá?
Patsy pestañea y observa al hombre que está del otro lado del sofá.
― ¡Japonés! ¡Aléjate! No me mates, por favor― ruega. Coge un cojín y se lo lanza a Roger.
― ¡Mamá, so tu hijo! ¡Roger!
― ¡No! Tú me quieres matar.
― Mamá― dice con calma― no estamos en la segunda guerra mundial. Má, los japoneses no están atacando Estados Unidos. Estamos en el dos mil trece.
Patsy parece reaccionar y se sienta en el sillón de un cuerpo para llorar cubriéndose el rostro con las dos manos.
― Odio esta enfermedad― susurra para ella misma.
Su hijo se acerca desesperado y la abraza. Bradley se une a la muestra de afecto.
Los demás dejan de observar la escena. Noah va a buscar a sus hijas detrás de la cortina y Norah se dirige a la cocina.
Susan recuerda algo importante y sus ojos se abren alarmados. Anthony, April, Caleb, Brigitte y Clark la miran esperando que diga algo.
― El pavo está en el horno.
En ese mismo momento Norah se agacha frente a la cocina y abra la puerta del horno, justo cuando el pavo explota bañándola en queso caliente, arvejas, espárragos y carne picada con algún condimento picante que no es la pimienta.
La familia llega demasiado tarde a advertirla. Cuando entran corriendo a la cocina ven a Norah enojada, con la cara llena de queso con verduras verdes pegadas y demostrando su furia al partir una cuchara de madera.
― ¡Odio esta navidad!
Quedan solo tres capítulos y el epilogo. Espero que se estén divirtiendo bastante.
Besos!
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Todo gracias a un muérdago
Genç KurguLos Bennett se mudan en septiembre a Nueva York y deciden celebrarlo junto a la navidad. El matrimonio tiene dos hijos en común: April, de dieciocho, y Bradley, de doce, además de un precioso perro. Como toda adolescente a esa edad, April se enamora...