Epílogo

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31 de diciembre

Están por dar las doce. Las tres familias se encuentran sentadas alrededor de la larga y enorme mesa que ocupa casi todo el quincho de Patsy, en Portland. Los Bennett, Los Adams y los Murphy disfrutaron de una velada magnifica, y se encuentran a la espera de que el reloj de pie de Patsy empiece a sonar con todo lo que ese viejo artefacto da, para así levantarse y festejar el comienzo de un nuevo año, la entrada al 2014.

En esta ocasión se agrega un personaje: Joshua, hermano mayor de Brigitte.

Todo iba perfecto. No hubo incidentes ni percances en esta última fiesta del año. Pero cuando se juntan dos borrachos, nada puede salir bien.

― ¡Anthony!

― ¡Joshua!

Cada familia grita por su respectivo miembro cuando lo ve caminar- o mejor dicho tambalearse de lado a lado y caer para después levantarse- por el centro de la calle, yendo en dirección al automóvil. Roger corre detrás de ellos acompañado de Noah y el padre de Caleb, Edward. Susan y Norah se encuentran encendiendo una fogata dentro de una fuente de metal.

― Esto es imposible― reniega Norah.

― Nada es imposible, cariño― la alienta su madre.

― A ver, déjenme a mí― se ofrece Bradley.

Brad ve como ambas mujeres intentan encender unos troncos de madera con un fósforo. Sonríe pensando en lo ingenuas que son.

― Aguarden un momento.

Corre a la cocina y toma una de las tantas botellas de cerveza que sus tíos vaciaron. Coge un trapo de cocina y está por agarrar el alcohol etílico cuando ve que a la botella de vodka- también abierta por sus tíos- le queda un trago, no tan grande, pero un trago en fin. Vuelva el contenido cobre el trapo y este lo mete en la botella. Regresa junto a su abuela materna y a la hermana de su madre.

Ellas lo miran horrorizadas.

― ¡Estás loco! ¿Quieres matarnos a todos?― exclama Norah.

― Lo vi en una serie― se defiende Brad.

― Hijo, eso explota― le comenta Brigitte cuando ve la situación.

― Está bien, está bien― se queja y, dejando la botella con el trapo en el piso junto a la fuente de metal, ingresa a la casa y se dirige a la que antes era la habitación de su padre. Se decide por escuchar música.

― ¡Tengo una fantástica idea!― Norah se siente iluminada. Se imagina que una lámpara de mil voltios se encendió en su cabeza.

Quita el trapo de la botella y antes de que alguien pueda protestar, enciende un fósforo y lo acerca a la punta empapada en vodka. En ese mismo momento, antes de que la llama llegue a tocar siquiera un trozo de tela, el fuego se eleva hacia la cara de Norah, quien atina a caer hacia atrás dejando el trapo en el fuego.

Norah toce.

― Eh, hija... ¿Estas bien?― le pregunta Susan dando un paso hacia Norah.

Nora gira la cabeza como el exorcista, dejando ver su rostro negro en el mentón y la frente, libre de bello.

― ¡Quiero un espejo!― grita desaforada.

― No te lo recomiendo― le dice Brigitte.

― No me importa si me lo recomiendas o no, ¡quiero un maldito espejo ahora!

Olivia y Emily se acercan corriendo a su madre. Cuando la ven, Olivia abre la boca y los ojos con impresión y Emily no sabe cómo contener la risa.

― Hija, ¿le traes un espejo a mami?― le pide Norah a Olivia.

Cuando ve a Emily reírse de espaldas, pega un grito que la hace dar vuelta de inmediato.

― ¿De qué te ríes Emily?― le pregunta grosera.

Emily niega con la cabeza.

― Norah, olvídalo. Vamos al baño para que puedas lavarte la cara― propone Brigitte y Susan la secunda.

― No hasta que me den un espejo.

En ese momento Brad aparece en escena con la cámara frontal del celular en la pantalla y se lo entrega a su tía. Se queda esperando a que ella termine de gritar para regresar a la habitación a escuchar música tranquilo.

Norah se toca el rostro desesperada. No tiene cejas ni pestañas. Se ve fea y comienza a gritar como una marrana.

― ¡Te voy a aniquilar Brad!― sisea para luego ponerse de pie e ingresar a la casa, corriendo detrás de su sobrino.

― ¡Norah!― gritan Brigitte y Susan, incluyendo Noah que acaba de entrar en el quincho y ahora corre detrás de su mujer, su suegra y su cuñanda.

― ¿Qué ocurre?― le pregunta Roger a April, quien se encuentra sentada en el living con su novio, Caleb.

― A la tía Norah le falta el pelo de la cara― cuenta encogiéndose de hombros April.

Roger ríe.

― Creo que a partir de ahora nunca tendremos una fiesta tranquila― comenta apoyando una mano en el hombro del novio de su hija mayor.

― ¡Miren arriba chicos!― comenta Samantha, quien se encuentra parada sobre una silla detrás del sofá.

Caleb y April levantan la vista encontrándose con un muérdago, el mismo bajo el cual se besaron por primera vez.

― Pero tía, no estamos en navidad...

― No importa, las tradiciones siguen vigentes todo el año.

Samantha toma a su hermano del antebrazo y tira de él fuera de la habitación a pesar de sus quejas.

― Tradición es tradición― comenta Caleb alabando a April, la cual tiene el mentón apoyado en su hombro mirándolo a sus azuladas lagunas.― Igualmente tengo ganas de besarte.

Y acercando su rostro al de su novia, se funden en un profundo beso, en el mismo instante en que el reloj comienza a dar sus insoportables e irritantes campanadas anunciando el comienzo de un nuevo año.




Hola a todos y a todas! Aquí les traigo el tan esperado epílogo. Y bueno, este es el final de la historia Todo gracias a un muérdago. Espero que, aunque no vaya a ganar el concurso de diciembre, gane la satisfacción de saber que a ustedes les gustó y les entretuvo la historia. Gracias por sus votos y comentarios, y gracias a las personas que estuvieron presentes desde el principio. Gracias a todas aquellas que me ayudaron a difundir esta novela para que llegue a mas gente y, sobre todo, gracias a vos que estas leyendo esto por leer este breve agradecimiento. Gracias, gracias a todos.

Los quiere, sinceramente, Ann.

Besos!


AVISO: Pronto saldrá el BookTrailer, así que atentos!!!


Todo gracias a un muérdagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora