Capítulo 2

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2 días para navidad.

Hoy el viento está más calmado, gracias al cielo, ya que April y su hermano salieron al centro para admirar las decoraciones que atiborraron todo Nueva York desde principios de diciembre. Llegan al Central Park, hermosamente decorado con luces por todos lados. Bradley pide patinar sobre hielo en la pista del parque. April le da algunos billetes y toma asiento en una banca cercana a la pista para mirar a su hermano mientras lee un libro que se compró hoy mismo con parte de su sueldo como cajera en el supermercado chino.

― Hola.― Una voz viril y súper conocida por ella la aleja al instante de su lectora.

April cierra el libro con una sonrisa cuando confirma que el dueño de esa voz tan perfecta es Caleb. Guarda el libro en su mochila y se hace a un lado para que él tome asiento, lo cual hace al instante.

― ¿Qué haces por acá?

― Salí de mi casa junto a mi hermano para mirar las luces y me entretuve en una librería donde compré el libro que acabo de guardad. Después quise visitar el parque, aprovechando que hoy no hace tanto frío, y Bradley quiso patinar, así que lo estoy esperando. ¿Y vos?

― Fui al supermercado para decirte algo y no estabas. Así que decidí caminar por el parque antes de regresar a mi casa para hacer la bendita poesía.― April ríe.

― ¿Qué me querías decir?― pregunta con una sonrisa, de verdad ansiosa por la respuesta.

― Si querías tomar un café conmigo. Inauguraron una cafetería a unas cuadras de tu trabajo y pensé que sería buena idea conocerla juntos.― April ya está conmocionada, no sabe cuánto le va a durar el oxígeno, pues su nariz dejó de funcionar.

― Y lo es. Solo que ahora estoy con mi hermano.

― Puede venir con nosotros.

― De acuerdo.― sonríe.

April se pone de pie y se acerca a la valla de la pista de patinaje. Busca con la mirada a su hermano hasta que lo encuentra gracias a la campera de abrigo verde y el gorro de hilo rojo que lleva puestos. Lo llama con la mano y Brad se acerca.

― Vamos a tomar un café, me gustaría dejarte pero no puedo, así que tienes que venir.― exige.

― De todas formas ya me estaba aburriendo.

Bradley sale de la pista y deja los patines en su lugar. Camina junto a su hermana y Caleb. Lo saluda con un movimiento de cabeza que le queda demasiado grande para su apariencia de niño de ocho años y camina delante de ellos mientras escucha música con su reproductor de bolsillo.

― Cada vez se llevan peor― comenta Caleb, April asiente dándole toda la razón.

― Está en su etapa de "odio la vida y la vida me odia"― dice haciendo comillas con sus dedos― Espero que se le pase pronto.

― ¿Qué libro te compraste?

― Eleanor & Park, aunque ya se cómo termina, pero quiero sacarme la duda y ver si puedo resolver cuáles son esas últimas palabras que le deja escritas.

― ¡No me arruines el final, April! Yo también me lo compré― dice con fingido sufrimiento para después sacar el libro de su mochila.

― ¿Lees? ¿Desde cuándo?― ríe April.

― Desde hace varios años.― de pronto se queda callado, porque lo que dijo es una mentira piadosa, aunque April ni por asomo lo piensa así.― Tu abuelo es muy chistoso.

Todo gracias a un muérdagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora