"...Hay un tren, allá, en la distancia,
De destino todavía desconocido;
Lejano, donde nadie está esperando..."
-¿Y por qué decidiste Corea?- Jeonghan preguntaba curiosamente al nuevo chico, mientras este pensaba con una sonrisa.
-Pues, digamos que algo me impulsó a venir aquí.-Jeonghan abría un poco la boca en señal de comprensión, mientras Jisoo ampliaba más su sonrisa.
-Pues Los Ángeles es muy distinta a Seoul. –ahora el mayor se tocaba con el dedo índice la mejilla mientras pensaba con los ojos clavados en el techo, Jisoo pensó que aquel pálido chico era demasiado hermoso. - Aun no te comprendo.
-¿Conoces California?-dijo Jisoo sabiendo un poco la respuesta pero quería oírlo de los propios labios de su compañero.
-Pues claro que no.- rió este en respuesta.- Aunque me encantaría salir del colegio e ir a la playa.
-Es hermoso.-pensó Joshua aun no sabiendo si lo decía por los atardeceres en California o por el muchacho que tenía enfrente. Tal vez un poco de ambos.
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Jisoo aun recordaba cuando vino a visitar a su abuelo para las vacaciones de invierno. Hacía mucho frio pero el personal del establecimiento estaba acomodando los perfiles de los estudiantes más aclamados para las olimpiadas académicas de ese año. Su abuelo, le había dicho a la familia que quería que su nieto mayor lo acompañara hasta la escuela para terminar los últimos detalles y a pesar del frío el sonriente primogénito Hong, heredero de dos grandes establecimientos de educación media, se apresuró a tomar aquel abrigo negro y una bufanda para la ocasión. Su abuelo sonreía orgulloso mientras el chofer los llevaba hasta la escuela, quería mucho a su nieto.
-Jisoo, sería tan feliz si vivieras con tu abuela y conmigo. –decía su abuelo mientras firmaba algunos legajos. Una foto resbaló del carpetin hasta los pies del joven y este la tomo con delicadeza, se quedó viéndolo ya que la sonrisa de aquel muchacho tenía por completo su atención. Su cabello largo y en ese entonces castaño, lo envolvía en un aura que Jisoo pensó como el sol del atardecer, cuando sales del mar y el viento se encarga de que sientas frío, no te preocupas porque sabes que aquellos delicados rayos de sol restante aún se empeñan en seguir dándote calor.
-¿Qué observas muchacho?-el anciano se había dado cuenta de que hablaba solo hace unos minutos.
-Se resbalo esta foto, grandpa. –dijo entregándosela a su abuelo, a pesar que le gustaría conservar una copia.
-Ah, Jeonghan.- su abuelo sonreía también contemplando la foto.- Serian buenos amigos, este niño bonito es muy inteligente pero a la vez muy risueño. Su madre es dueña del restaurant donde vamos a cenar con tu abuela.
-¿1004? –preguntó asombrado su nieto con las manos tomadas en la espalda.
-Oh, cierto que a ti también te gusta ese lugar. –Su abuelo observó detalladamente a su nieto.- Tengo una idea muchacho ¿Qué tal si pasamos navidad en ese lugar?
Navidad. Aquella época en la cual vio a Jeonghan por primera vez caminar entre la gente como en cámara lenta. Sonreía, tanto, que el árbol de navidad de la ciudad no era más que un pequeño halo de luz. Lo recordaba bien, llevaba un saco rojo y una bufanda con motivos verdes y dorados, típicos para la ocasión pero se veían extremadamente bien el mientras caminaba entre las mesas y los mozos que servían champagne. ¿Eso era, amor a primera vista?
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¡Hey GHOST!
أدب الهواة"Todos los días son iguales, no llego ni muy temprano, ni muy tarde, saludo a la gente que conozco en el pasillo a veces con una expresión seria, a veces, con una sonrisa que delata mi incomodidad a la confianza de la gente. Luego de aquellos pasill...