EL ORIGEN DE LOS FLUFIS©

EL AGUJERO ROSA

En un lugar muy muy lejano...

-Eh... ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¡¡¡SOCORRO!!! -decía Eire asustada.

-Hola amiga, soy Reginald, y estoy aquí para ayudarte. ¿Cómo has llegado hasta este sitio tan remoto?

-¿¡QUE!? ¿REMOTO? ¿DÓNDE DEMONIOS ESTOY?

-Tranquila señorita, no se altere. Primero dígame cómo se llama y explíqueme si ha notado algo raro en las últimas 24h. -dijo con un tono bastante tranquilo y caballeroso.

- A ver, a ver. Primero, me llamo Eire, y segundo, ¿CÓMO QUE SI HE NOTADO ALGO RARO? ¡¡ME ACABO DE DESPERTAR DE UN SUEÑO O DE UN DESMAYO, NO LO SÉ, Y NI SIQUIERA ME PUEDE DECIR DÓNDE ESTAMOS?

-¡Qué bien! Una loca con alucinaciones -pensó Reginald.

-¿EN QUÉ PIENSA? ¡¿ME PUEDE CONTESTAR?!

-Bueno querida señorita, estamos en la galaxia de Numpacita, concretamente en un agujero rosa, que es similar a uno negro, pero en lugar de absorber las cosas por doquier, funciona como un filtro. Esto quiere decir que sólo deja pasar a las cosas buenas y a los puros de corazón. Detrás de este agujero rosa se encuentra el planeta Goland 473, lugar en el que habitan los Flufis.

-¿¡LOS QUÉ!? ¿¡¡CÓMO, CÓMO, CÓMO!!? -Eire empezaba a asustarse, pensaba que no le había sentado bien la cena. Empezó a pensar en qué podía haber hecho durante ese día para haber llegado allí, pero seguía sin saber qué pudo haberle teletransportado.

-Los Flufis son una raza de unicornios, pero no unos normales, no. Tienen muchas características diferentes: su cuerno, la piel...etc., y viven aquí, detrás de este bonito agujero rosa. ¿En serio no los conoces? Creo que tienes un grave problema. ¿Cómo te llamas?

-¡QUE ME LLAMO EIRE, YA VAN TRES VECES TÍO! Lo que no entiendo es qué está pasando. - dijo Eire con un tono lo más tranquilo posible.

-Pues si no sabes ni siquiera que eres un Flufi vamos mal hija.

-¿YO? ¿UN FLUFI? ¡SOY UNA HUMANA! ¡ESTÁS PIRADO! ¡¡QUIERO IRME DE AQUÍ Y VOLVER CON MI FAMILIA!!

-¿Sabes lo que son los humanos? ¿Y crees en ellos? Pues lo siento, pero tengo que decirte que no lo eres. ¿Te acuerdas de si eras una científica flufiense o algo así? Es que mi superior me obliga a ponerlo en el informe.

-¡PUFFF! Soy una humana, vivo en España, y todavía voy al instituto, no tengo ningún tipo de carrera flunienze o como quiera que sea su nombre. Soy una persona normal, como tú.

- ¿Me estás contando la verdad? -preguntó Reginald muy asustado.

-¡Sí, tonto! ¿por qué iba a mentir? ¿Conoces algún animal que pueda hablar además del hombre? Bueno, mi loro puede hablar pero eso no cuenta. -dijo soltando una pequeña carcajada.

-¡Dios mío! ¡Eres una humana de verdad! Pues ya veo que no soy el único que ha sido traído a este mundo, que sigo sin entender cómo he llegado aquí. Te está pasando lo mismo que a mí, así que no te preocupes, te contaré todo lo ocurrido y te llevaré a un lugar seguro.

-¿¡OTRO PLANETA!? ¿QUÉ ME ESTÁS CONTANDO? ¿Estamos en un simulador no? -Eire pensaba que era un friki chalado que quería que ella se uniese a su pequeño grupito.

-No, ¿un simulador? Lo siento, hace tiempo ya que no vivo allí y no me acuerdo de la mayoría de las cosas. Me llevaron aquí con cinco años, y unos queridos Flufis me rescataron. Ahora son mi familia, y aprendieron nuestro idioma porque como yo sólo sabía comunicarme así, tenían que hablar como yo lo hacía. Yo no sabía muchas palabras, pero ese día había llevado un diccionario a clase, y los Flufis que me adoptaron cogieron mis cosas y se dieron cuenta de que algunas palabras que leían coincidían con mi reducido vocabulario.

-Osea que, según tu teoría estoy en un mundo paralelo desde el cual no puedo volver a retroceder a la Tierra y sólo me puedo quedar con los aparatos y las cosas que llevo encima en estos momentos, ¿no?

-Eh... sí. -dijo Reginald no muy convencido de que Eire le fuese a creer nada más conocerlo. -si no me crees, puedo demostrártelo.

-Muy bien, inténtalo. -dijo Eire todavía en el suelo.