Capítulo 7

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NARRA JESÚS.
Por mucho que le molestase el jardín de nuestros vecinos a mi padre , no era nada comparado con la pesadilla que era aguantar a Marina subida en aquel odioso árbol.
Cada mañana teníamos que oír su detallada información del tráfico.
- ¿Por qué se llaman los 3 chiflados si son 5? No lo entiendo - me preguntó Lucas de camino a casa.
- ¿Qué dices? - Pregunté.
- Sí, aver está Jacobo , Marcos , Carmen , Pedro y Marina Ontanilla. - Me contestó.
- Sí pero salen de tres en tres - Le dije.
- Ya...¿Sabes? Yo odio a Jacobo no debería ser un chiflado.
Fuimos andando y antes de llegar a nuestras casas vimos a un camión de bomberos , sí, justo donde se encontraba el árbol que tanto apreciaba Marina.
Había alrededor de el árbol, numerosos bomberos y le estaban ordenando a alguien que se bajara del árbol , pero no veíamos bien quien era, así que decidimos acercarnos un poco para ver mejor lo que estaba pasando.
Al acercarnos vimos a una chica subida arriba del todo y sí, tenía que ser aquella chica tan rara, Marina Ontanilla.
- Ehh Jesús! chicos subid aquí conmigo porfavor, no lo talarán si estamos todos subidos - Dijo Marina elevando la voz.
Marina estaba istérica , querían talar su árbol y no lo consentía de ninguna manera y yo no podía entender como le importaba tanto esa maraña de ramas.
- Jesús porfavor - Me dijo mientras se le saltaban lágrimas de los ojos.
Me daba pena pero no pensaba hacer nobillos por ella.Así que decidí subir en el autobús para no llegar tarde.
SIGUE EL DIÁLOGO CON SU ABUELO.
- ¿Porqué no es tu amiga? - Me siguió preguntando mi abuelo.
- Tendrías que conocer a Marina - Le contesté.
- Ya me gustaría - Me dijo mi abuelo.
-¿Porqué? - Le pregunté extrañado.
- Esa cría tiene una voluntad de hierro , ¿Por qué no la traes un día a casa? - Me contestó.
- ¿Una voluntad de hierro? Solo es una cabezota y es pesada hasta decir basta - Le contesté.
-No me digas - Respondió mi abuelo.
-Lleva acosandome desde segundo -Le contesté rápidamente .
-Una chica así no se encuentra todos los días, te lo aseguro - Me advertió mi abuelo.
-Menos mal - Le dije con una sonrisa.
-Mira lee esto sin prejuicio - Me dijo señalando el periódico.
A continuación me levanté del sofá y subí a mi cuarto.
Como sino supiera suficiente ya de ella.
Marina no estaba en la patada del autobús a la mañana siguiente , ni a la siguiente , iba a clase pero era como si no estuviera. Me dije a mi mismo que debía alegrarme, ya que ¿no es lo que siempre había querido? pero aún así me daba pena , pensaba pedirle perdón pero luego pensé , no , eso es lo que me faltaba, que Marina se crea que la echo de menos.

Por ti no tengo miedo a caerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora