Capítulo 11

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Sus amigos se encontraban jugando con sus hijos en el patio trasero y Allison observaba desde la parte interior de la casa. Veía a su amiga tan feliz con el hombre que la amaba y sus pequeños riendo, pasaron por varios obstáculos que les impedían ser feliz pero ahora tanta felicidad le alegraba a ella. Algún día ella tendría tanta felicidad.

-¿Estas bien?, ¿Extrañas a Elio?- escuchó detrás de ella.

-Estoy muy bien y si es algo frustrante estar lejos de él.

Franco sintió una pequeña molestia por esa respuesta, quiso gritarle diciendo que se preocupará por su hermana y no por él idiota de Elio pero se contuvo.

-Llamare al hotel para reservar habitaciones- dio media vuelta para hacer lo que dijo.

-No, espera- se detuvo y miró a su amiga -Paula ya preparó habitaciones para nosotros, durmamos aquí. Mejor visitare la casa de mi madre para ver en que condiciones está ahora que tengo una hermana rebelde.

-Está bien, le pediré á Alexander que me preste un auto y te acompañare.

-Si conozco esta ciudad y no necesito que me acompañes a todos lados Bacchelli- le mostró una sonrisa.

-Te llevare dije- le devolvió la sonrisa y dio media vuelta y camino fuera de la habitación para buscar a su amigo.

(...)

Franco estacionó el auto frente a la casa que Allison le había indicado, ella salió de prisa del auto y se quedó parada observando la casa. La vio muy concentrada, vio como se tapaba la boca ahogando cada sollozo que salía con las lágrimas que resbalaban por sus mejillas, Elio sintió un nudo en la garganta al verla en ese estado así que se paró detrás de ella y la abrazo rodeando su cintura y besando su cabeza.

Allison sintió aquel gesto por parte de Franco y llevo una de sus manos a las manos que rodeaba su cintura, las ganas inmensas que tenia de llorar se desvanecieron lentame ante aquella caricia que Franco le regalaba besando su nuca.

-No está en venta- dijo una mujer frente a ellos. Allison se limpio las lágrimas.

-Lo se, no la vendemos- dijo Allison.

-¿Son ustedes los propietarios?- se asombro la mujer. Allison asintió con un movimiento de cabeza -Que bueno que los conozco, aprovecho para decirles que hay una joven que viene muy seguido con sus amigos a encerrarse por horas aquí- señaló la casa.

-Lo sabemos, es nuestra hija no hay de que preocuparse señora- respondió Franco.

-¿Su hija?, pero si ustedes se ven muy jóvenes.

-Si lo escuchamos siempre, fue amor de jóvenes y pubertad alocada- siguió Allison.

-Ahora entiendo, un gusto conocerlos que bonita pareja forman hasta luego- dijo la mujer y siguió su camino.

Allison se giro para mirar a Franco riéndose.

-Nos iremos al infierno por mentirosos- ambos rieron.

Se encaminaron hacia la entrada de la casa para abrir de prisa y entrar juntos. Caminaban por el corredor principal cuando escucharon unas risas en la parte superior de la casa. Allison miró a Franco y ambos subieron para averiguar de dónde o de quien provenían esas risas.

Franco iba en primer lugar ya que era masculino y fuerte, por si acaso algo sucedía cuidaría de Allison. Entre más se acercaban a la habitación principal las risas y susurros se hacían más intensos.

-¡MARCIE!- grito Allison al entrar de lleno aquella habitación.

Su hermana se encontraba bajo el cuerpo de un chico y ambos con solo ropa interior puesta. Los chicos asustados por el grito de Allison se quedaron como estatuas.

Odiame ó ÁmameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora