Capituló 15

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Por la mañana Paula y Allison no se dirigían la palabra, solo los que hablaban en el almuerzo eran Franco y Alexander y los pequeños para pedir cosas a sus padres.

Theo le hacia muchas preguntas a Allison, ella respondía alegremente y pensaba que después podría ni siquiera recordar su nombre eso le causo tristeza así que se levanto y fue a la cocina a llorar. Todos se sorprendieron pero la única en levantarse fue Paula quien fue tras ella.

La vio sentada en una de las sillas de la isla con los codos recargados y llorando. Se acercó por detrás y la abrazo, Allison reacciono se giro y abrazo a su amiga, ambas llorando.

-Perdoname por ser grosera ayer, pero no puedo dejar que sufran por mi, solo puedo pensar en que tal vez después no recuerde ni el nombre de Theo y Amy, tal vez ni siquiera el mio.

-Lo se, no necesitó perdonarte no pasa nada y no te atormentes pensando eso, vive el momento ya veremos que pasa después ¿si?

Se separo de su amiga limpio sus lágrimas y las de Allison.

-No lo pienses más y vive por ahora inicia el tratamiento y ya cuando pase lo que tenga que pasar nos preocupamos, por ahora no, así que anda sigamos almorzando porque te tienes que ir.

Regresaron a la mesa pero nadie preguntó nada.

(...)

Ambos se despidieron de sus amigos y de los bebés, con lágrimas en los ojos pero siempre un hasta luego.

-Ven aquí- Abrazo a su hermana menor -Cuidate y se respetuosa con los tíos, están sufriendo igual que tu y yo por la noticia y por favor pequeña mía no te atrevas a pensar que esto y lo de mamá y papá es tu culpa, el destino nos deparó esto y debemos vivirlo ¿esta bien?.

La chica solo movió la cabeza aceptando ya que igual lloraba.

-Llamame cuando quieras y a la hora que sea, si necesitas hablar con alguien mas serca a ti acude a Paula ella es muy buena escuchando y los bebés te alegraran los dias , Te amo pequeña Marcie.

Beso la frente de su hermana para después dar media vuelta y entrar junto a Franco al lugar de abordar.

(...)

Varias horas después llegaron a Turin, por fin en casa y seguir cada uno con su vida.

-Casi me partes el corazón

-¿Por que Bacchelli?

-La forma de despedirte de Marcie estuvo muy conmovedora.

-La amo Franco.

-Suena bien mi nombre viniendo de ti- ella lo miro y él soltó una carcajada -Lo se, yo nunca he tenido algo así Cara

-Pero si alguna vez tienes hijos lo puedes recompensar.

El solo le mostró su sonrisa y cambio la mirada para la ventana del taxi en el que iban.

Al llegar a su edificio habia un hombre fuera de este. Ambos bajaron del taxi.

-Elio- grito Allison y corrió a abrazar a su amigo.

-Principessa- la abrazo fuertemente.

Franco se acerco solo saludo y subió al departamento.

-Te invito un café.

-Esta bien, solo subo la maleta y ahora vuelvo.

Hizo lo que dijo pero en el departamento Franco se encontraba molesto.

-¿Saldras?

-Si Bacchelli, prometo no llegar tarde para cernar juntos, ¿Esta bien?

-Esta bien pero si te pasas la hora cenaré con mi futura novia.

-Ok.

Allison sintió molestia por ese comentario pero enseguida lo oprimió.

(...)

-Tu departamento esta cerca de aquí ¿verdad?- Allison le preguntó a Elio.

-Si, ¿Quieres ir?

-Si no te molesta...

-Claro que no principessa

Pagaron la cuenta en la cafetería en la que se encontraban, platicaron de lo que paso en Londres y lo que hizo Elio en Turin.

Llegaron al departamento, entraron y Elio le ofreció una copa de vino pero ella no aceptó.

Desde la noche que estuvo a punto de tener sexo con Franco en Londres, aún sentía las ganas de ser deseada, acariciada y saciar esa sed de pasión.

Miro a Elio...

-Besame...

-¿Principessa estas segura?

-Si Elio, hazlo por favor...

Elio la miro de pies a cabeza. Definitivamente era una mujer hermosa que todos desearían tener a su lado y no solo para sexo, si no como su acompañante de toda la vida. La miro a los ojos, se acerco lentamente a ella, recargada en el respaldo del sofá. Cuando llegó a ella acaricio sus brazos con la palma de sus manos para así llegar asta su cuello y luego poseer sus carnosos labios.

Se besaron desesperantemente, ella le dio toda libertad de hacer lo que quisiera con ella, y él tembloroso tocaba sus caderas, sus brazos, su rostro. Bajo sus manos que se encontraban en las caderas de Allison y las coloco en los glúteos cargándola y sentándola en la orilla del respaldo del sofá, ella envolvió sus piernas en las cintura de Elio, ambos se tocaban, tratando de llegar al punto más alto de la excitación.

Allison llevo una de sus manos a la parte intima de Elio, pero todo estaba normal, todo estaba tranquilo ahí abajo. Elio se separo, sus labios estaban rojos e hinchados por los besos. Ambos estaban fatigandose de tanto movimiento pero ninguno lograba excitarse.

-¿Que pasa?- preguntó Allison

-No lo se, te juro que nunca me había pasado esto...

Allison soltó una pequeña risa, él le respondió de la misma manera.

-Creo que lo de nosotros es solo amistad.

Ambos volvieron a reír.

-Pero debo admitir que besas muy bien- dijo Elio a Allison

-Tu igual... Anda ayudame a bajarme de aquí.

Elio llevo sus manos a la cadera de Allison y la cargo. Ambos acomodaron sus prendas y fueron a la cocina por más vino.

-Yo no quiero más, tengo que tomar píldoras

-¿Pildoras?

Sin querer le contó lo de las píldoras que debía tomar.

-Simplemente es mal estar estomacal, comí algo en Londres que me cayo mal.

-Esta bien, da seguimiento al medicamento

-Lo haré no te preocupes- Allison miro el reloj en su muñeca -Ya es algo tarde ¿puedes llevarme a casa?

-Por supuesto principessa.


Odiame ó ÁmameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora