C U A T R O

131 12 1
                                    

-Ya basta de jueguitos, Gordon. Con todo lo que me has hecho nunca más me voy a tragar otra de tus mentiras.- Pagué por mi café y me fui hasta mi auto. Michael corría atrás mío, gritándome que me quedara o que, al menos, lo escuchara; pero cuando me estaba alcanzando, aceleré saliendo de allí. No caería en sus redes ni en sus mentiras. Al sentir la vista borrosa, me di cuenta de que estaba llorando.

Me prometí no volver a llorar por él nunca más, pero es muy difícil. Al recordar todo lo que pasó con él me sentía pésima y peor que nada. Todos esos recuerdos junto a él...

Él me rompió por dentro.

...

-Michael, ya déjame ver. Este pañuelo me aprieta mucho.- Hice un intento fallido de quitarme el pañuelo de los ojos, ya que Michael lo puso de nuevo en su lugar antes de que abriera los ojos.

-Tranquila, mi pequeña saltamontes... ya casi llegamos.- Refunfuñé y me quedé callada. Era nuestra primera cita y Michael me quiso hacer una sorpresa. Ahora mismo me está haciendo caminar hacia su "lugar secreto", según me dijo.

No se cuanto tiempo pasó. Tal vez segundos o minutos, no estuve consciente de eso al tener los ojos tapados.
Cuando Michael me sacó el pañuelo, tuve unos segundos para acostumbrarme a la tenue luz, pero pude descifrar que estábamos en un lago.
Se veían árboles del otro lado del lago, el agua parecía limpia, muy clara. Todavía era de día, pero se notaba que ya en unos minutos se pondría el sol. Al principio del lago había una canoa; una sonrisa estaba implantada en mi boca.
Michael me tomó de la mano y me llevó hacia la canoa color café, entró en ella y buscó mi mano para ayudarme a entrar en ella.

-¡Esto es grandioso, Michael! Gracias, en serio. Es el lugar más encantador al que nunca me han llevado.- Murmuró bajo y levantó su cabeza con una sonrisa tímida en ella.

Michael empezó a mover la canoa con los remos y nos dejó en la otra orilla. Me ayudó a salir y cuando estuvimos fuera de ella, nos adentramos al bosque. Era muy lindo, no había basura por ningún lado, estaba todo muy limpio como para ser un lugar público. Michael me llevó hacia un amontonamiento piedras que parecía una montaña y cuando llegamos a la punta, pude ver lo más hermoso que pude haber visto en toda mi maldita vida. Se veían pequeñas luces desde la ciudad, estábamos en un punto muy alto. Era hermoso. Se veían las luces blancas de la carretera, luces amarillas, anaranjadas, era increíble.

.
-Michael, me encanta, es fantástico.-

Lo abrasé, era lo único que podría hacer, no me animaba a otra cosa. Me lancé hacia el y pasé mis brazos por su cuello, el me abrazó por la cintura y me acercó hacia él.
En el medio del abrazo, separé mi cabeza de debajo de su cuello y lo miré a los ojos, él imitó mi acción. Cara a cara, podía escuchar su respiración pausada, y seguramente que el la mía. Miró mis labios y yo los suyos, se iba acercando de a poco, me iba a besar, lo sabía.
Me acerqué igual, nuestros labios estaban a milímetros. Antes de unir nuestros labios me miró a los ojos y me sonrió con esa sonrisa que tanto me gustaba. Y me robó mi primer beso. Lo más preciado que podría tener de él en estos momentos.

-

No. No tendría que soñar con él. Mi ex novio, el actual novio de mi mejor amiga.

Él es mi ex. [m.c.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora