Él es mi ex. [m.c.]

S E I S

Luego de que Luke me perdonara  y que yo le explicara lo de la “doble cita” aceptó gustoso, creería que él es el único que sabe sobre mi relación pasada junto a Michael.
Le expliqué todo el tema sobre Abby y Michael y entendió, por suerte.
Así que, en resumen, habrá una cita doble en el que Luke y yo coquetearemos al frente de Abby y Michael, será divertido, yo lo sé.

A la salida de la escuela lo volví a ver. Llevaba sus jeans ajustados negros, una camisa a cuadros roja y el pelo lo tenía despeinado, dios, juro que si no fuera el novio de mi amiga y si no estuviéramos en público, le arrancaría la camisa y le haría lo que se me antoje. Luke me agarró de la mano al verlo y caminamos juntos al lado de Abby para tenerlo frente a frente.

Michael me miró y, sin que Abby se diera cuenta, me sonrió, bajo la mirada hacia mis manos entrelazadas con las de Luke y sus expresiones endurecieron, estaba celoso.

—¡Amor!— Abby se tiró hacia él y lo besó. En el medio de su -exagerado- beso, Michael me miró de reojo y la besó salvajemente. Apreté la mano de Luke y bajé la mirada, no podría con esto.

Cuando ellos terminaron de succionarse las amígdalas, Michael dejó que entráramos a su auto; yo dejaría mi auto aquí en el estacionamiento y luego lo vendría a buscar.
Michael iba de piloto, Abby de copiloto y yo y Luke atrás, me abrazaba por los hombros; De vez en cuando Luke me daba besos en la mejilla y Michael lanzaba algunas miradas hacia nosotros por el espejo retrovisor.

Iríamos a tomar algun café y a charlar un rato, quién sabe.
Michael estacionó el auto en la entrada de “Coffe's bar” era un lindo lugar, tenía un aspecto familiar y habían varios jóvenes y una que otra família, era hermoso y gigante, al fondo del gran salón lleno de mesas, se encontraban los que atendían en la caja y supongo que atrás de ellos estaba la cocina. Habían unas escaleras que llevaban hacia la terraza, pedimos algo para tomar y comer y subimos a sentarnos en una de las mesas de arriba a esperar a que nos traigan lo que pedimos.
La mesa en la que nos sentamos estaba justo al lado del balcón, se podían ver las calles con algunas personas andando por allí, era muy poblada ésta zona; a lo lejos se veían algunos edificios.

Luke estaba al lado mío y al frente se encontraban Abby y Michael. Había un silencio incomodo que decidió romperlo mi mejor amigo. 

—Así que... ustedes dos están juntos, ¿no?— Le preguntó Luke a la pareja situada al frente nuestro.

Abby iba a responder, pero Michael la interrumpió antes de que hablara.

—Sí, y estamos muy felices juntos. Creo que Abby es lo mejor que me ha pasado en la vida.— Hablo mirándome con esa mirada profunda que pocas veces la muestra.

Es un hijo de perra. Lo odio, lo odio, lo odio con mi alma.

No podría, lo que creía que iba a ser divertido para mí, terminó matándome, rompiéndome en miles de pedazos.

—Tengo que ir al baño, con permiso.— Agarré mi morral, mi celular y bajé las escaleras rápidamente. No iría al baño. No podía volver con él, con ellos.

Salí del local para ir hacia la escuela. Quedaba como a unas diez o quince cuadras, podría caminar. En el medio del camino recibí un mensaje de Luke.

“Hey, Abby fue a buscarte al baño porque tardabas y no te encontró, ¿dónde te metiste? ¿te pasó algo? Respóndeme, por favor. Te quiero.”

Le respondí rápido para que no se preocupara “Estoy bien, solo me dolía un poco la cabeza y me fuí de allí. No tienes por qué preocuparte. Yo también, nos vemos mañana.”

Al llegar al estacionamiento de la escuela, caminé hasta mi auto. Cuando me estaba por subir a éste, escuché a un auto derrapando, me volteo y encuentro al auto de Michael, sí, era él. Se bajó del auto y caminó hacia mí. Yo estaba inmóvil, no sabía que mierda hacer.

—¿Por qué te fuiste?— Se dirigió hacia mí con una sonrisa en el rostro.

—Me dolía la cabeza, me voy a casa.

—No te duele nada, no te fuiste por eso.— Me acorraló contra mi auto—Sé perfectamente por qué te fuiste. 

—Entonces si lo sabes, ¿pará que preguntas?— lo reté.

—Porque quiero escuchar, desde tus hermosos labios, que te fuiste porque estabas celosa.— Tocó mis labios con su pulgar, me tomó del mentón y me acercó hasta él para que lo besara.

Merezco que me maten por no seguirla. Lo siento un montón, pero aunque sean vacaciones para mí, tengo que trabajar y se me hace muy difícil el escribir. Ojalá les guste, besos.