Capítulo 4: Derek

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Heaven tenía razón. No tenía la más mínima de cómo Alec había podido vivir sobre cartones y colchas. Pero eso era lo que teníamos y con eso trabajaríamos. El lugar no era muy grande pero estaba distribuido: cocina, baño sala, comedor y para mi mala suerte dos cuartos. No tenía ni una cama y Heaven se empezaba a ver de mal humor.

─Vivía como animal ─dijo pateando unos cartones ─ahora que tiene un dormitorio en Aureum debe sentirse como en un castillo

─Aureum es un castillo ─dije riendo

─Tú me entiendes ─ella volvió a mirar al lugar y arrugó la nariz ─tal vez podamos ir a mi casa. Ya sabes, al menos tiene una cama. Puedes usar tu nuevo súper poder y aparecernos en mi cuarto. Luego desaparecemos cuando amanezca

─¿Segura? ─pregunté. No era una mala idea, solo no sabía si ella podría regresar y resistirse a la idea de ver a su familia

─Claro ─dijo encogiéndose de hombros ─¿Vamos?

─Está bien ─la tomé de la mano, no era necesario hacer eso pero así funcionaba mejor y yo aún no tenía mucha práctica. Además después de ese abrazo lo único que quería era tocarla

Aparecimos en su cuarto, era bastante grande y a diferencia del apartamento de Alec su cuarto si estaba amueblado y tenía un baño incorporado.

─Ponte cómodo ─dijo entrando al baño y llevando algo de su ropa que encontró en el armario con ella

Miré a mí alrededor. Su cuarto estaba lleno de libros, tenía televisión, un DVD y una radio. Su armario también era inmenso, al igual que su cama en la que, con toda comodidad entraban unas cuatro personas. Al lado de la cama había una mesita de noche. También tenía un balcón, al cual llegaba un árbol. Estaba seguro que en algún momento ella había salido por ahí. Pero el lugar estaba oscuro y ya que no podíamos encender la luz decidí prender la lámpara que estaba en la mesita de noche y cuando su cuarto se iluminó, las estrellas se apoderaron de las paredes. La lámpara seguía intacta esta no brillaba, pero las paredes estaban cubiertas de estrellas. Ella salió de la ducha en ese momento

─Es genial ─dije

─Ya había olvidado que tenía eso ─dijo sonriendo

─¿Cómo hicieron esto?

─La lámpara es solo una tapada, solía funcionar hasta que aprendí a hacer esto ─dijo señalando la pared ─me lo enseñaron en el colegio. No es tan complicado como parece ─dijo encogiéndose de hombros

─Es asombroso ─dije aun mirando, yo había asumido que habían contratado a alguien para que lo haga y luego descubro que ella lo había hecho ─y la persona que lo hizo también ─ella miro al piso

En ese momento me percaté que se había cambiado de ropa, ahora llevaba un short de pijama que le quedaba a la altura del muslo, ella tenía unas piernas hermosas y un polo algo holgado. Era increíble que ella aun yendo a dormir se viera perfecta. Ella notó mi mirada

─Lo siento ─susurré

─Ya puedes usar el baño, no tengo ropa de hombre pero algo podrás coger del cuarto de mis padres, está aquí al lado, yo... ─yo asentí y desaparecí

No encontré mucho en el cuarto que ella había dicho, algunos polos eran demasiado pequeños, por suerte uno de los pantalones me quedó y así regresé al baño de su cuarto.

Cuando salí ella se había echado en el lado derecho de la cama, se había tapado y parecía concentrada en nada en particular.

─¿Puedo? ─pregunté acercándome al lado izquierdo de la cama, vi la duda en sus ojos

─Claro ─respondió. Me eché a su lado, una parte de mi quería abrazarla de nuevo y dormir con ella junto a mí. Pero sabía que eso no sucedería. Ella me miro ─descansa - dijo antes de darme la espalda

─Descansa ─respondí, pero yo sabía que no podría dormir fácilmente, no con ella a mi lado, así que mire las estrellas de su pared hasta que logré dormirme.


La guardiana del tiempo y la llave del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora