Capítulo 36: Derek

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No tengo idea de que fue lo que me hizo quedarme a esperarla, solo sabía que cuando ella salió no había vuelta atrás y cuando me vio supe que estaba deseando ser invisible otra vez. Pero necesitaba hablar con ella, ella era todo para mí, aunque sabía que le había echo daño. Sabía que esa no había sido la mejor solución y ahora quería reparar todo.

Cielito ─dije sonriendo y actuando como siempre, eso la tomó con la guardia baja

─Hola ─dijo ella viéndose confundida

─Tenemos mucho que hacer ─dije señalando el camino hasta las afueras de Aureum

─¿Cómo qué? ─preguntó sin moverse

─Cómo hacer que tus poderes salgan de tu cadena ─dije

─Claro ─respondió y empezó a caminar hacia donde ya había señalado

El silencio cayó entre nosotros y decidí aliviarlo de la única forma que conocía, hice tropezar a Heaven

¡Rayos! ─dijo ella cuando la cogí ─algún día lograrás romperme algo con esa terrible costumbre que tienes, eres un tonto

Soy increíblemente sexy ─respondí sonriéndole y poniéndola de pie, ella empezó a reír y de pronto su cara se ensombreció y me di cuenta de que por unos minutos todo había sido como antes, tan perfecto hasta que lo arruiné

¿Cómo planeas sacar mi magia? ─preguntó cambiando de tema

No lo sé, algo se me ocurrirá ─respondí ─igual podemos practicar lucha

Claro ─respondió. El silencio volvió a caer entre nosotros y no hablamos hasta que llegamos a la cancha donde nos habíamos conocido

Heavendije mientras estirábamos ─deberíamos hablar

Estamos hablando ─dijo ella ocultando su rostro

─Sabes a lo que me refiero ─respondí atacándola

─No hay nada de qué hablar ─dijo devolviéndome los golpes, vaya a pesar de estar fuera de forma ella era fuerte

─Claro que si ─dije evadiendo una patada dirigida a mi pecho

─No Derek ─dijo ella liberándose de mi agarre ─tomaste tu decisión, se acabó tú lo dijiste

─Yo nunca dije que se había acabado ─dije quedándome quieto, ella uso su oportunidad y logró derribarme

─¿Qué? ─dijo ella quedándose anonadada

─Yo nunca te dejaría ─dije poniéndome de pie y acercándome a ella ─te amo demasiado para eso

─Pero... ─susurró, luego mordió su labio ─tú... tú te fuiste y estabas tan enojado

─Lo siento ¿sí? ─dije tomando su rostro en mis manos y secando una lagrima que resbalaba de su mejilla ─estaba muy enojado, pensé que si te ponías tan triste como cuando murió Dante, no te pondrías en peligro

─¿Por qué? ─pregunto ella tratando de controlar las lágrimas que amenazaban por caer

─No sabes lo que se siente saber que la persona a la que amas puede morir ─dije odiando la idea

─Tienes razón ─dijo alejándose ─no sé lo que se siente casi perder a la persona que amas, porque yo si perdí a la persona a la que amaba

La guardiana del tiempo y la llave del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora