Estaba haciendo las entregas de la noche, ya que Mark había tenido un accidente y era yo quien debía reemplazarlo. No me gustaba mucho hacer este tipo de trabajos, porque los caminos estaban llenos de nada: sólo carretera y árboles, muy pocas casas.
Tomé el pedido y subí a mi auto. Ya conocía la dirección, por lo que decidí acortar camino yendo por otro lado. El camino era igual de aburrido, sólo que esta vez había niebla que dificultaba mi visión.
Me detuve de golpe al ver que una persona saltó desde los arbustos al medio de la carretera, o mejor dicho, en frente de mi auto, haciendo que lo golpeara.
Puse mis manos en mi cabeza, no podía creer lo que había pasado: acababa de arrollar a alguien.
Bajé del auto para ver si la persona estaba bien. Era un hombre, y estaba vestido con una capucha negra y jeans gastados, parecía no tener expresión en su rostro. No sabía qué hacer, sentía pánico... ¿cómo lo hago despertar? ¿qué hacía este chico en medio de la nada? y ¿por qué saltó hacia mi auto?
Y aunque parezca mentira, las cosas se pusieron aún más extrañas.
Escuché un grito de auxilio que venía desde el bosque que estaba a mi izquierda: alguien estaba en peligro.
Miré al hombre que seguía tirado en el suelo sin reaccionar y fui a ver quién pedía ayuda entre los árboles, pensando estúpidamente que sería una buena idea dejar al hombre solo.
Corrí hacia los árboles, esperando otro grito de auxilio, pero nada de eso hubo: solo silencio.
- ¿Dónde estás? - grité.
Fue ahí cuando escuché pasos venir hacia mi, haciendo crujir las hojas de los árboles que se encontraban en el suelo. Me di vuelta para ver quién era y pude divisar la figura de un hombre escondiéndose entre los árboles.
Corrí lo más rápido que pude hacia mi auto, constantemente mirando hacia atrás para asegurarme de que nadie me seguía, y cuando llegué el hombre al que había arrollado ya no estaba.
No le presté atención, estaba preocupado en salir de allí. Puse mi coche en marcha y aceleré a fondo. Mi corazón latía a mil por hora, me corrían gotas de sudor frío por todo mi cuerpo, pero aún así tenía que ir a entregar la pizza que se me había encargado.
Al llegar a la casa, cuando toqué el timbre, una mujer salió a recibir la orden.
Luego de que me pagara, noté que sus ojos se centraron en algo que estaba detrás de mi, y luego me preguntó:
- ¿Ahora los envían de a dos a entregar las pizzas?
Estaba confundido y le pregunté a qué se refería.
- Me refiero a ese chico que está sentado en tu auto - contestó.
Sentí como se me helaba la sangre al darme vuelta y ver que, efectivamente, había alguien sentado en el asiento de atrás de mi coche.
- Ppp..ppuede prestarme ssu teléfono? - pregunté a la mujer muy nervioso.
Llamé a la policía, la cual llegó minutos mas tarde, pero la persona que estaba sentada en el auto ya se había ido.
La parte más horrible de todo es que encontraron un cuchillo ensangrentado en el asiento trasero, donde el hombre se estaba escondiendo.
Esta experiencia aún me atormenta y no puedo dejar de pensar en qué hubiese pasado si no hubiera bajado del auto a hacer la entrega...
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Relatos de Terror - Pizza Delivery
TerrorHistorias completamente reales y terroríficas que le ocurrieron a personas como tú. Edición "Pizza Delivery".