Capítulo 13

67 6 7
                                    


En toda mi vida, he tenido un novio, el cual fue realmente, un asco.
Podría hacer una lista de lo que nunca hizo por mí, pero el programa terminaría antes de que pudiera terminarla.
Hizo cosas horribles, cosas por las que no me gustaría volver a pasar de nuevo.
Desde eso cambié, y demasiado.
No puedo confiar como lo hacía antes.
No soporto la idea de que la gente me toque, jamás ha superado un abrazo, y ellos no duran ni diez segundos, porque mis nervios comienzan.
Pero con Zayn... eso no me sucede... ¿me explico?
Siento que si puedo confiar en él, incluso, la necesidad de tenerlo cerca me inunda, a pesar de que nos conocemos desde hace unas cuantas semanas.
¿Es normal?
Espero que lo sea.

Abrí la puerta, y observé al chico que estaba frente a mí.
Llevaba unos vaqueros color negro, una camisa a cuadros color azul, abierta y una remera blanca. Sus zapatos eran blancos también.
Había peinado su cabello hacia arriba y sonreía hasta más no poder.

—Hola —murmuré, sonriendo de lado.

—Hola —correspondió mi saludo—. Te ves... —me escaneó de arriba abajo— perfecta.

Me ruboricé.

—Tú no te ves mal.

—Nunca me veo mal —dijo levando su cabello hacia atrás.

—Claro —me reí.

—¿Nos vamos? —me extendió su brazo.

—Vamos —respondí tomándolo.

Salimos discretamente del edificio y caminamos hacia su Bentley Continental Gt.

—Discreto, ¿eh? —bromeé.

—Nadie nos notará —se rió y me abrió la puerta del copiloto.

—Tengo manos, Zayn —lo miré.

—Mi madre me matará si se entera de que su hijo no es un caballero con tan bella chica —dijo sonriendo de lado—, anda Lunita, sube.

Obedecí y subí al auto. Zayn lo rodeó y se subió al asiento del conductor.

—¿A dónde iremos? —pregunté mientras Zayn arrancaba el auto.

—Ah, ah, secreto, secreto —dijo con una voz misteriosa.

—Oh, vamos —lo animé. Él negó—. Prometeré fingir sorpresa —sonreí.

—Tentador, muy tentador... pero... no, lo lamento.

—Eres duro, ¿eh?

—Nunca nadie logra convencerme, Lunita —me observó por el rabillo del ojo.

—Nunca digas nunca —lo observé desafiante.

—¡Eso es de Justin Bieber! —exclamó.

—¿Y qué?, aún no tengo una frase.

—Debes tener una, todo el mundo la tiene.

—Eh... —pensé unos segundos—. ¡Lo tengo!

—Soy todo oídos —canturreó.

Me aclaré la garganta, exageradamente.

—Los pájaros... vuelan.

—Inspirador, realmente inspirador —se burló Zayn.

—Te he cambiado la vida —me reí.

El resto del viaje estuvo lleno de charlas y risas. Intentábamos conocernos más el uno al otro y era realmente perfecto.
No me importaba a donde me llevara, me sentía genial a su lado y eso me bastaba.
Sí, lo sé, muy cursi, pero ¿y qué?, era la verdad.

Last First KissWhere stories live. Discover now