Al chico del banco de adelante.

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Al chico del banco de adelante:

Mira, tengo que contarte esto.

Son las 3 am pero tengo que escribirlo.

El otro día, llovió. Torrencialmente. Y en un momento, yo sabía que tú estabas a mi lado, pero de todas formas, seguí con mi vida como si nada. Sabía que llovía y que cuando saldría tendría que mojarme para ir hasta la biblioteca pero no lo pensé mucho.

Y, cuando iba a salir, me ofreciste tu chaqueta.

Aguanta, esto no acaba aquí.

Me negué, obviamente. Entonces no dijiste nada y te fuiste. Yo crucé, porque sinceramente, necesitaba que algo me despertara, es que estaba con el corazón a todo ritmo. No sé si no estaba colorada, pero probablemente habré estado tal como un tomate. Entonces, en un intento de tranquilizarme, me recuesto sobre la pared, y te busco.

Y tú cruzas bajo la lluvia.

Sé que puede sonar estúpido pero en el exacto momento en el que cruzabas vi que cerrabas los ojos y, durante unos segundos, te detuviste. Entonces me di cuenta de que, claro, ¿cómo no ibas a llamar mi atención nunca, con esos gestos, siendo quién eres en realidad? 

No sé cómo te olvidaré, Nat.

Géminis